Cuenta la historia que el tabaco llegó a Cuba por el año tres mil antes de nuestra era. Se dice también que nuestros aborígenes, en su mayoría compuesto por el llamado Indio Taíno, conferían a la planta propiedades curativas y un rol determinante en las ceremonias sociales, políticas y religiosas; como resultado el producto resaltaba entre sus principales cultivos.
Luego con la colonización, la planta de tabaco se extendió por el mundo, desencadenándose instantáneamente una fuerte pasión por él. Rápidamente España figuró entre los países con el mayor número de adeptos. Más tarde se extendió a otras partes de Europa, donde se establecieron las más serias sanciones hacia el tabaco. Curiosamente, mientras más lo prohibían, más se expandía su terreno de empleo con fines medicinales.
Ceñir a unas pocas líneas la fluctuación de lo que hoy se nombra industria tabacalera cubana resulta imposible. Mucho ha llovido sobre estas plantaciones desde, lo que la historia nombro como el "Estanco del Tabaco" hasta nuestros días.
Actualmente, la comercialización de los productos habanos está exclusivamente en manos de la empresa mixta Habanos S.A. perteneciente en partes iguales a Cubatabaco, empresa del estado cubano, y Altadis, fruto de la fusión de Tabacalera y Seita.
Se puede afirmar que el sector mantiene un ritmo ascendente. Hoy destaca a nivel internacional la producción de los habanos, los puros tipo Premium que desde hace mucho tiempo constituyen principal joya del mercado de puros en el mundo.
Pero ello no es una cuestión del azar, existe una triple condición que realza el producto y que está dado por la conjugación de tres factores esenciales: clima, suelo y experiencia de los productores. De ahí que los fumadores más exigentes del mundo prefieran los Habanos.
De ahí que cada año, en un nuevo empeño por potencializar el desarrollo de este producto, La Habana acoja el Festival del Habano, catalogado como el mayor encuentro internacional para los amantes del mejor tabaco del mundo, que en su 21 edición tendrá lugar del 18 al 22 de febrero.
En el año en que La Habana celebra su 500 aniversario, la cita centrará la atención al reconocimiento de las marcas San Cristóbal de La Habana, Hoyo de Monterrey y Trinidad.
Según ha divulgado el sitio oficial del evento, la reunión atrapa la atención de más de mil personas de unos 70 países cada año, pues es el momento oportuno para conocer más de cerca las bondades de los habanos.
Durante cinco días, los asistentes al XXI Festival del Habano disfrutarán de un completo programa de actividades donde conocerán el origen, elaboración y los más diversos aspectos en torno a la cultura del Habano. Será una semana intensa y dedicada a las últimas novedades, conocimiento y disfrute del Habano, en la que se esperan asistentes de más de 60 países, reza un comunicado divulgado por el comité organizador.
Acceda al programa completo del evento
EL SELLO DE GARANTÍA
Cuando se tiene una reputación como la de los Habanos, no es sorprendente que personas inescrupulosas traten de imitar las presentaciones y productos. De ahí que desde tiempos atrás se tomasen medidas para contrarrestar este flagelo.
La primera vez que se utilizó el Sello de Garantía fue en 1889 por medio de un Decreto Real, emitido por el Rey de España. Después en 1912, el gobierno independiente de Cuba aprobó una ley que autorizaba el uso de un nuevo diseño, similar al que se emplea en la actualidad. Así, en 1931 sufrió una ligera modificación y en 1999 el cambio fue más radical, al añadírsele un número de serie en rojo y un emblema que se ve sólo bajo la luz ultravioleta.
Desde 1994, todas las cajas llevan el sello Habanos. Es el indicador de la Denominación de Origen Protegida que ampara esos puros. Todas las cajas y petacas de Habanos lo llevan.
Otra manera de comprobar si estamos ante un auténtico Habano es a través de los sellos de los importadores locales.Cada país o región puede tener sus propios sellos complementarios, para constituir un filtro local suplementario contra las falsificaciones. Estas marcas son responsabilidad de los distribuidores exclusivos locales.
Desde 1960, los fondos de todas las cajas de Habanos tienen una marca estampada en caliente con las palabras “Hecho en Cuba”. Antes de esa fecha, en ciertas ocasiones se escribía en inglés (Made in Cuba). A partir de 1994, en los fondos de las cajas también aparece una marca estampada en caliente que dice “Habanos S.A.”, nombre de la compañía que distribuye los Habanos en el mundo. Entre 1985 y 1994 el nombre era “Cubatabaco”. Hoy en día se utilizan varios marcajes: Totalmente a Mano – Tripa Larga o Totalmente a Mano – Tripa Corta.
De igual forma, los fondos de las cajas de Habanos presentan dos sellos en tinta. Uno es el código secreto que nos dice qué fábrica de la industria confeccionó los Habanos, mientras que otra da el mes y el año en que se colocaron en la caja. Para los conocedores de Habanos esto es un apartado indispensable puesto que la calidad del producto está relacionada también a las fechas en que fueron colocados en la caja.
Todo lo explicado es de suma importancia sobre todo para los aficionados al producto quienes deben siempre velar por no ser timados.
LUCHA CONTRA LAS FALSIFICACIONES
“En el mundo existen pocas cosas que, sin lugar a dudas, son lo mejor en su clase. Una de ellas es el Habano”, de ahí que no se escatime en esfuerzos, por parte de Habanos S.A y la Aduana General de la República de Cuba, en la lucha contra las falsificaciones.
Ejemplo de ello es la Resolución No 41-2003, firmada por la Dirección General de la Aduana de Cuba, que regula la extracción de tabaco torcido de Cuba. Con la entrada en vigor de esta regulación todos los viajeros nacionales e internacionales a la salida de Cuba quedan en la obligación de declarar verbalmente ante la Aduana si llevan consigo tabaco torcido.
Según se explica los viajeros estarán obligados a presentar la copia de la factura original de compra de los establecimientos autorizados siempre que lleven en su equipaje más de 23 unidades de tabaco torcido.
Además, los tabacos torcidos deberán estar en sus envases originales con todas las habilitaciones oficiales, incluyendo el nuevo sello holográfico.
De no cumplirse estos requisitos el producto será decomisado por la Aduana Nacional de la República de Cuba.
Así, en 2009 la Aduana General de la República de Cuba aprobó otro documento dirigido a regular la extracción de tabacos desde la Isla, la Resolución No. 323-2009.
De acuerdo al documento, se pueden extraer (sin fines comerciales) hasta 20 unidades de tabaco suelto sin papeles, facturas u otros requerimientos por viajero. Esta nueva medida sustituyó la Resolución No. 6, de 30 de abril de 2007, la cual permitía llevar hasta 50 tabacos sueltos, en cajas o en la mano sin necesidad de presentar factura u otro documento.
En la actualidad, además de estos 20 tabacos sueltos o sin factura, los viajeros podrán llevar hasta un máximo de cincuenta (50) unidades de tabaco torcido, con la condición de que estén contenidos en envases originales, cerradas y selladas con el nuevo sello de garantía y el holograma oficial recientemente introducido, sin los cuales no se permitirá la exportación.
Para concluir, se puede decir que el mundo de los Habanos –mucho más vasto de lo que se ha querido esbozar en estas líneas- se define por la elegancia, el brillo, pero, sobre todo por su excelencia y calidad.
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