Producir es la palabra de orden si hablamos de la economía cubana. Entre las necesidades más apremiantes que hoy se plantea el Gobierno cubano se encuentra la integración entre los sectores, sobre todo el estatal, el privado y el cooperativo. Aunque ya se ha avanzado en algunos aspectos con el reconocimiento de la personalidad jurídica de trabajadores por cuenta propia y cooperativas en la Constitución de la República de Cuba, aprobada el 10 de abril de 2019, falta mucho por hacer, pues solo se han dado los primeros pasos en este sentido.
El Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez instó a edificar entre todos un modelo de socialismo diferente, construido por manos cubanas, donde los trabajadores sean los que diseñen las metas de las empresas estatales, y a continuar el empeño por alcanzar la descentralización de decisiones territoriales o empresariales, esas que muchas veces detienen la producción y obstaculizan la contratación de servicios privados por entidades estatales.
A medida que pase el tiempo la tendencia será ascendente con respecto al número de negocios privados en la Isla, y esto incidirá positivamente en la economía si se toman las medidas necesarias para que los sectores tengan la facilidad de contribuir entre sí y esto se revierta en resultados de producción.
UN EJEMPLO EN LA HABANA VIEJA: NEGOCIOS PRIVADOS Y LA OFICINA DEL HISTORIADOR
El Centro Histórico de La Habana es una zona pionera en el fomento de pequeños negocios privados y, no por casualidad, un ejemplo de lo que se puede hacer en materia de cooperación entre los sectores estatal y privado.
Atendiendo al clima de oportunidades, el Proyecto del barrio Santo Ángel cuenta con el apoyo la Oficina del Historiador de La Habana (OHCH), la cual le facilita a la red de negocios privados oportunas alianzas y contribuye al éxito de estos pequeños empresarios. Desde la iniciativa de Gilberto Valladares (Papito), peluquero de profesión, este proyecto individual tomó dimensiones superiores y en el año 2009 se convirtió en “Santo Ángel por dentro”.
El proyecto comunitario de desarrollo local es una organización comunitaria sin ánimo de lucro que ha creado importantes asociaciones con artistas, trabajadores por cuenta propia, vecinos y empresas como San Cristóbal, Havana Club y SELECMAR, impulsando la colaboración público-privada para el desarrollo local, sea este social, cultural o económico.
Plazuela de Santo Ángel en La Habana Vieja (Foto: Diana Rita Cabrera Hernandez/ Lonely Planet)
La mayoría de las actividades por cuenta propia que integran la red de negocios que forman parte del proyecto comenzaron sin financiamiento; otras lo hicieron con unos pocos ahorros, usando remesas provenientes del extranjero o a través de préstamos obtenidos en bancos o con prestamistas privados. Algunos de estos cuentapropistas no conocían sobre la política de créditos en el país o, sencillamente no sabían a dónde dirigir sus solicitudes.
La de Santo Ángel es una unión voluntaria donde los intereses son comunes. La creación de un fondo para contratar “a personas del barrio que se ocupen de la limpieza, de mantener la vegetación y vigilar durante las noches” lo demuestra.
Estos trabajadores por cuenta propia aportan a la sociedad y a la vez encuentran nuevas motivaciones para ejercer su profesión, entre las que se encuentran: mejorar económicamente, contar con horarios más cómodos y conseguir un empleo estable y que garantice rentabilidad.
UN MODELO DE GESTIÓN DIFERENTE
La existencia de un modelo de gestión en el Centro Histórico ha marcado la diferencia en Santo Ángel. El Plan Maestro (PM) se encarga de la coordinación, elaboración e implementación de un Plan Especial de Desarrollo Integral, en el que se incluye la programación de talleres, eventos y espacios de consultas e información.
Desde esta institución estatal se reconoce la importancia de estas empresas privadas, por lo tanto, entre sus líneas estratégicas ha incluido la superación para empresarios privados con la colaboración de la Universidad de La Habana.
Esta estrategia ha motivado oportunas alianzas con instituciones y empresas estatales como es el caso de la agencia de viajes San Cristóbal, que “se encarga de vender al mercado extranjero el producto turístico-comunitario Santo Ángel por dentro”; además, a través de ella llegan diariamente a la zona grupos turísticos que consumen en los diferentes negocios. Y no es la única agencia con la que mantienen relaciones para que el Callejón sea incluido en los recorridos, pues también se encuentran Amistur, Havanatur y Cubanacán, por lo que en meses de temporada alta llegan gran número de turistas en un día.
La Escuela de Barbería y Peluquería es uno de estos logros desde la OHCH. Muchos son los jóvenes que se han graduado en ella y se les ayuda a buscar empleo o abrir su propio negocio, ya sea en la comunidad o fuera de esta.
El Proyecto Comunitario Artecorte brinda clases de peluquería en el barrio de Santo Ángel (Foto: artecorte.org)
El trabajo desarrollado por la Oficina del Historiador bien podría ser un modelo a poner en práctica por otras entidades estatales. En este momento en que se busca la descentralización de la economía, estos ejemplos podrían fortalecer provechosas alianzas entre los sectores, y llevar al modelo socialista ideas de rentabilidad y sostenibilidad.
Fuente: Ecosistema emprendedor y pequeños negocios privados en el Centro Histórico de La Habana, del grupo Redes Empresariales en Apoyo al Desarrollo Local, de la Facultad de Economía, de la Universidad de la Habana.
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