Cada Día Internacional de la Mujer deviene ocasión para en diversas latitudes valorar cuánto se ha logrado, retrocedido o si persisten los mismos problemas y desafíos en materia de género, y sin ánimo de vanagloriarnos pues falta bastante por hacer –y por convencer- acá se pasa revista al llamado Plan Nacional para el adelanto de las Mujeres (PAM) y se promueven debates que inviten a la reflexión colectiva.
En medio de merecidas felicitaciones o reconocimientos ya sea en el centro laboral y de estudios, en la calle, en el hogar, en fin, donde quiera que esté su obra, su amor o impronta (¿dónde no?), preguntémonos si tenemos plena conciencia alrededor de esas manifestaciones de discriminación, de patrones machistas o de preceptos patriarcales que debemos erradicar, y subyacen como raíces de los árboles en nuestras mentes y comportamientos.
Sin dudas nos alegra saber que para el venidero periodo legislativo, de aprobarse en las elecciones del 26 de marzo próximo la candidatura propuesta, el Parlamento cubano mantendrá un hito alcanzado en el 2018 pues será el segundo con mayor número de diputadas en el mundo: el 55,3% de los 470 integrantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
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También es motivo de regocijo que a pesar de las serias dificultades que fundamentalmente debido al bloqueo estadounidense desde hace décadas enfrenta Cuba, son mujeres el 39% de los ocupados en la economía, el 62% de los profesionales universitarios también empleados, el 64% de los trabajadores administrativos, el 66% de los técnicos, el 44% de los empleados en los servicios y el 32% en los cargos directivos.
BRECHAS Y PREJUICIOS EN LAS LABORES DOMESTICAS Y DE CUIDADOS
He aquí, en este último indicador una de las brechas que se debe reducir en el empeño por promover el avance de las mujeres y la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades refrendados en la Constitución de la República.
Respecto al acceso a cargos de dirección la Doctora en ciencias Magela Romero Almodóvar, profesora de Sociología de la Universidad de La Habana y coordinadora de la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados, argumenta que cuando en el hogar se enferman personas dependientes como los niños y los adultos mayores, o hay certificados médicos, por lo general son ellas las que tienen que abandonar los puestos de trabajo para dedicarse al cuidado de esos seres queridos.
En su opinión cuando desde la casa no se le brinda todo el apoyo necesario a las mujeres e incluso son criticadas por la propia familia, en el entendido de que por ser dirigentes o cuadros ellas no le brindan toda la atención o el tiempo requerido a los hijos y al esposo, lo que está mal no es que asuman esas responsabilidades laborales, administrativas o políticas sino que haya una desigual distribución de las labores domésticas y de cuidados que limita tal participación.
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Se nos han encasillado como las cuidadoras por excelencia y eso hace que nos vaya privando y nos limite el desarrollo, el empoderamiento, la autonomía, el desarrollo personal incluso de proyectos de vida específicos, ha dicho con razón la Licenciada Yelene Palmero García, investigadora del Centro de Estudios de la Mujer, de la Federación de Mujeres Cubanas.
Pero no únicamente en la ocupación de cargos directivos se da esa situación, sino también en el salario, pues aunque ante la ley hombres y mujeres ganan lo mismo por igual desempeño, las que por razones como las citadas no pudieron cumplir su jornada laboral se les afectan sus ingresos, en tanto muy pocos hombres comparten ese rol de cuidador al interior de las familias.
En declaraciones a Prensa Latina Silvia Odriozola, decana de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, explicó que aunque está legislado igual salario por misma plaza ocupada para unas y otros, ellas suelen ocupar los puestos de menor remuneración.
En esto influye la sobrecarga de tareas domésticas y de cuidados sobre sus hombros, a partir de roles de género establecidos durante décadas, que las colocan en una situación desfavorable, acotó.
Yendo más allá, un reciente estudio de las trabajadoras sociales en comunidades cubanas reveló que más de 20 mil personas no acceden al mercado laboral porque están dedicadas a los cuidados, y ello resulta bien preocupante pues cómo una mujer puede tener ingresos propios, empoderarse, si lo primero y lo más importante es el vínculo laboral, según señaló en el programa televisivo Cuadrando la caja, del domingo 5 de marzo la Máster en ciencias Belkis Delgado Cáceres, directora de Prevención Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Y de acuerdo al informe publicado en marzo del 2021 en el sitio web de este organismo, un desafío para el empleo y los servicios que se prestan lo constituye la dinámica demográfica, si se tiene en cuenta que la esperanza de vida al nacer de las mujeres es de 80,45 años; y el 56,4 % de la población mayor de 80 años es mujer, frente a un 43,5% de hombres.
Por si fuera poco, se estima, que en 2030 el 58% de las cubanas en edad laboral se dedicará al cuidado de los adultos mayores.
CAMINO AL EMPODERAMIENTO Y LA AUTONOMIA ECONOMICAS
El empoderamiento económico de las mujeres, uno de los programas que dentro del PAM conduce el MTTS, contribuye directamente a la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y al crecimiento económico inclusivo; de ahí la necesaria autonomía económica, en el entendido de generar ingresos y recursos propios a partir del acceso al trabajo remunerado en igualdad de condiciones que los hombres.
La autonomía es una de las aspiraciones más importantes y sobre todo cuando hablamos de la económica teniendo en cuenta que no basta con que las mujeres se inserten en el mercado de trabajo, ganen sus propios ingresos sino que también después puedan usarlos en satisfacer sus necesidades y aspiraciones, en lo que se quieran comprar o a donde quieran salir, porque muchas veces ese dinero ellas lo distribuyen en la familia y van aplazando la satisfacción de sus necesidades.
Por otro lado, cabría preguntarnos cómo se comportan estas brechas o manifestaciones de discriminación de género en las zonas rurales.
Según la Licenciada Yelene Palmero, investigadora del Centro de Estudios de la Mujer, en el campo la situación resulta peor porque realmente hay una deficiente e insuficiente infraestructura de servicios de apoyo al hogar y del cuidado; la disponibilidad laboral también es menor que en las zonas urbanas, y además está muy arraigada una cultura tradicional, se reproducen patrones culturales del deber ser femenino y masculino y, por supuesto, las mujeres pueden ser incluso hasta víctimas de violencia por no estar asumiéndolos.
A veces en las cooperativas se dan grandes desigualdades en cuanto al empleo. Las mujeres se ocupan de trabajar la tierra o de atender a los animales de cría y domésticos, cuidan a los niños, hacen las tareas del hogar y eso ni siquiera es reconocido, muchas veces no se les remunera esas actividades imprescindibles; solo se les paga al personal que está trabajando directamente la tierra.
Asimismo de acuerdo con la Doctora en ciencias Magela Romero Almodóvar, profesora de Sociología de la Universidad de La Habana, está ocurriendo otro fenómeno que no es nuevo y sí preocupante. Se trata de esos negocios privados, en los que solo exigen como empleadas a muchachas de buena apariencia, blancas, con nivel universitario…
Esto obviamente responde a una cultura tradicional que potencia ese modelo de belleza y eso es muy peligroso. También desde el feminismo nos hemos posicionado en una crítica a este tipo de convocatorias porque limita la participación de la mayoría de las mujeres, división sexual del trabajo que opera en todos los escenarios de la vida y muchos creen que en ello estamos muy avanzados como sociedad, cuando en realidad seguimos arrastrando cejos culturales, preceptos patriarcales, subraya la experta.
POR UN SISTEMA INTEGRADOR DE CUIDADOS, QUE BENEFICIE Y PROTEJA AL CUIDADOR
Ante esos y otros hechos de discriminación y prejuicios, en opinión de la Máster en ciencias Belkis Delgado Cáceres, directora de Prevención Social del MTSS, lo primero es fortalecer la educación desde las primeras edades. Si nosotros no educamos a los niños con esta perspectiva de género van a crecer siendo lo mismo que tenemos hoy en la sociedad.
Por eso vale mucho que dentro de nuestro sistema de educación se introduzca el tema de los cuidados, con un enfoque de género desde las edades tempranas; también la capacitación a todas las estructuras pues hasta en los centros de trabajo se dan hechos de prejuicios cuando ante la necesidad de los cuidados de algún familiar un hombre pide alguna licencia retribuida y viene la pregunta de por qué su esposa, hija o madre no asumen esos roles en el hogar.
Entonces esta batalla debe ir acompañada de toda una campaña de sensibilización y de capacitación de las estructuras de gobierno, de los decisores de políticas para poder transformar esta realidad, que es cultural.
Para cambiarla, explica la funcionaria del MTSS, estamos pensando en un sistema de cuidado que sea integrador, pues están dispersos todos los tipos de cuidados que hoy tenemos en el país, aunque algunos están consolidados.
Este sistema está proponiendo integrar todos los esfuerzos desde todos los organismos con objetivos, con una perspectiva, con un presupuesto pues gastamos mucho en el país en servicio de cuidado; sin embargo, lo hacemos de manera dispersa desde educación, desde salud, desde el propio Ministerio de Trabajo, desde otras instituciones, pero no lo tenemos como sistema y es lo que nos estamos proponiendo, además de que permita salir al mercado laboral y garantice la calidad de vida de los cuidadores.
Según la Doctora en ciencias Magela Romero Almodóvar, profesora de Sociología de la Universidad de La Habana, desde la Red Cubana de Estudios sobre Cuidados estamos impulsando, acompañando, la capacitación no solo de las personas decisoras sino también de la población para ir rompiendo con esos preceptos patriarcales que tanto daño nos hacen, para que los hombres sientan la responsabilidad del cuidado como suya porque es un derecho pero también es un deber de todas las personas sentirse responsable de la vida de otros.
En el Día Internacional de La Mujer hay notables avances gracias al Plan Nacional para el adelanto de las Mujeres, y conciencia de la carga familiar que para muchas mujeres representan aún el trabajo doméstico y de cuidados, y de que camino al empoderamiento económico de las cubanas no son pocos los obstáculos en materia de igualdad de género.
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