No siempre resulta posible encontrar un tipo de relación como esta, en la que de manera tan directa se beneficia la economía y, a la vez, hay un impacto positivo en el ambiente. Ese es el caso del gasificador que por estos días se instala en Los Palacios, con el apoyo del proyecto BASAL, para convertir la cáscara del arroz en electricidad.
Casi la quinta parte del peso del grano de arroz lo aporta su cáscara, un residuo que contribuye a aumentar el riesgo de incendios, la proliferación de plagas y la contaminación de la atmósfera local por partículas sólidas. Con un costo de 550 000 USD y una recuperación simple de menos de tres años, el gasificador generará toda la energía que necesita el molino y ahorrará todo el diesel que se utiliza hoy en el secado del arroz.
Este proyecto pudiera ser replicable para el resto de los complejos molineros secaderos de Cuba y así se evitaría la emisión de más de 35 000 toneladas de CO2 equivalente, y ganaría en eficiencia la operación económica vinculada al secado del arroz. Sería Ganar-ganar.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.