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miércoles, 6 de noviembre de 2024

Un buen mundial para los cubanos

Ese parece un buen calificativo para nuestros judocas, más allá de un domingo en que se deseaba mucho más…

Rafael Norberto Pérez Valdés en Exclusivo 01/09/2014
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El último combate este domingo sobre los tatamis de la arena Traktor, de la ciudad rusa de Chelyabinsk, sede del XXX Campeonato Mundial de Judo, obliga a intentar hacer un resumen de lo ocurrido durante toda una semana.

Y, para decirlo sin demora, nos parece reconocer que la actuación de los cubanos se puede calificar de muy buena, más allá de cierto domingo nublado en las competencias por equipos, con las cuales deseamos empezar nuestra nota.

Los dos colectivos, tanto el femenino, como el masculino, terminaron en séptimos lugares, lo cual es más significativo en el caso de las chicas, pues resultaron medallistas de bronce en los dos mundiales anteriores, el de París 2011 y Río 2013.

En ambas contiendas, aportemos un dato, se presentaron representantes de 16 países.

Las muchachas comenzaron ganándole a las chinas, pero luego cedieron ante las mongolas, que a su vez habían derrotado a las kazajas. En el repechage perdieron contra las rusas.

En definitiva las campeonas resultaron las chicas de Francia, que dominaron a las de Mongolia, en tanto los bronces quedaron en los cuellos de las representantes de Alemania y Japón.

El elenco masculino de Cuba empezó con buen pie contra los de Tayikistán, pero no pudieron ante la fuerte Rusia, y tampoco en el repechage frente a Brasil, gran rival de nuestro continente.

Los japoneses derrotaron en la final a los rusos, mientras que georgianos y alemanes quedaron con las de bronce.

Ah, y los japoneses, padres del judo, terminaron en la cima general del mundial, con cuatro medallas de oro, dos de plata y tres de bronce.

COMPLETANDO UNA IDEA

Al principio habíamos escrito que fue un buen mundial para los cubanos, pero nos quedó pendiente explicarlo después de referirnos primero a las competencias que bajaron el telón en Chelyabinsk.

Para llegar a esa conclusión es necesario acercarnos a antecedentes cercanos, es decir, los dos mundiales anteriores.

En París 2011 se terminó en el lugar 13, con dos medallas de bronce, una aportada por Asley González (división de los 90 kilogramos) y otra por el equipo femenino.

Luego en Río se subió hasta la tercera plaza, con los títulos del propio González y de Idalys Ortiz (más de 78 kilogramos), y otra vez el bronce del equipo femenino.

Ahora en suelo ruso se quedó en la tercera posición, con el nuevo oro de la campeona olímpica Ortiz —seleccionada como la mejor judoca del mundial—; la inesperada plata de José Armenteros (100), y los bronces de Maria Celia Laborde (48) y Onix Cortés (70).

Las chicas finalizaron cuartas, y los varones octavos.

Quiere decir que ahora hubo cuatro medallistas, dos más que en Río, aunque con un título menos, pero tampoco debe olvidarse que nuestra otra gran posibilidad,  Asley González, monarca olímpico y hasta ahora mundial, no pudo competir por una lesión en uno de sus hombros.

Es por eso que este mundial nos pareció mejor para los cubanos, sin que en este caso 2+2 sea siempre igual a 4: más medallistas pese a no tener en acción a un hombre muy seguro.

El panorama parece tener puntos que inspiran a la confianza, pero habrá que seguir apretando mucho las tuercas de cara a los cada vez más cercanos Juegos Olímpicos de Río 2016.


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Rafael Norberto Pérez Valdés


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