Recuerdo hace cuatro años, uno de los tantos mensajes de condolencia enviados a Cuba, cuando en todo el planeta Tierra se conoció la triste noticia del fallecimiento de nuestro multicampeón de boxeo Teófilo Stevenson. Aquí se los dejo:
«Me entristeció profundamente la noticia de la muerte de uno de los grandes campeones del boxeo, Teófilo Stevenson. Aunque nunca peleó profesionalmente, haber ganado tres medallas de oro en Juegos Olímpicos, garantiza que él habría sido un enemigo formidable para cualquier otro campeón de peso pesado reinante o cualquier retador en su mejor momento. Siempre recordaré el encuentro con el gran Teófilo en su Cuba natal. Que descanse en paz».
Quien así se pronunció fue uno de sus grandes amigos, el estadounidense Mohammed Alí, tricampeón mundial de boxeo, quien estuvo par de ocasiones en La Habana: 1996 y 1998. Y en su primera visita, hizo realidad uno de sus grandes sueños: conocer al Comandante en Jefe Fidel Castro.
Pero las casualidades del destino, que en ocasiones son tan ingratas, estuvieron bien «cerca» de provocar que ambos estelares púgiles fallecieran ¡el mismo día!. Alí recibió este viernes un masivo cortejo fúnebre por las calles de su natal ciudad de Louisville, solo una semana después de su fallecimiento. Y este sábado, Stevenson será recordado por todos sus allegados, en una peregrinación en el cementerio de Puerto Padre, en Las Tunas, donde reposan sus restos mortales.
ALÍ SOBRE EL ENCERADO
El récord de Alí fue de 56 victorias (37 nocaut y 19 por decisión) y solo cinco derrotas. La primera fue en 1971, contra Joe Frazier, considerada por los especialistas como la «pelea del siglo», en tanto Ken Norton lo venció en 1973. Su tercer fracaso fue ante los puños de Leon Spinks, en tanto cayó por cuarta vez y única por nocaut, frente a Larry Holmes. El quinto desliz de Alí fue ante el jamaicano Trebor Berbick, en 1981.
LA PELEA DEL SIGLO
Después de convertirse al islamismo y cambiar su nombre al de Muhammad Alí, y de no acatar la orden de ir a la guerra de Vietnam por su religión, Cassius Clay –su primer nombre- regresó al ring en marzo de 1971 frente al campeón de peso pesado Joe Frazier, quien lo derrotó en el Madison Square Garden de Nueva York y le quebró el invicto de 31 peleas ganadas.
Según reflejan las crónicas de la época, Alí dominó los tres primeros rounds con su jab de izquierda y rectos de derecha. Pero después, los ganchos de Frazier lo enviaron a la lona en el asalto 15. Alí se pudo levantar, pero al final, su oponente se llevó la decisión.
EL RUGIDO DE LA SELVA
La ciudad de Kinshasa, en Zaire, atestiguó otra de las grandes y brutales peleas de Alí, esta vez contra el titular superpesado George Foreman.
Los pasajes de la pelea sitúan como estrategia empleada por Alí, pegarse a las cuerdas y provocar que Foreman se desgastara tirando golpes. Luego, con el rival sumamente agotado, le endosó potente derechazo al rostro y lo aniquiló.
La carrera de Alí, titular olímpico en Roma 60, pero en la división de los semipesados, tuvo su clímax en la década de 1960. Refieren los especialistas que eran tantas sus habilidades y velocidad de piernas y manos sobre el encerado, que como él mismo decía, «podía flotar como una mariposa y picar como una abeja».
ÍDOLO DENTRO Y FUERA DEL RING
Mohammed fue un ídolo, un artista en el ring. Su estilo elegante y ligero sobre el cuadrilátero y sus reflejos únicos lo convirtieron en un mito planetario. Con su manera de boxear, revolucionó su deporte. Con los brazos sueltos colgando al costado, sin guardia alguna, provocaba a los rivales
Pero la audacia e influencia de Alí, rebasaron las 12 cuerdas. Se manifestó en contra del racismo y la guerra de Vietnam. Además, como siempre sostuvo sus criterios y se opuso frontalmente a las autoridades blancas en todo el mundo, fue el ídolo de millones de hombres negros y oprimidos.
En su carrera profesional, también se previó un combate que jamás fructificó contra nuestro Stevenson, quien era amateur y quería que se disputara bajo las reglas del amateurismo (tres rounds), en tanto un profesional como Alí pedía 12 o 15 asaltos.
«El combate hubiera terminado con un empate», comentó en varias ocasiones Alí.
Lissabetl
17/6/16 12:57
Te digo en estos momentos que no sabia que Teofilo el GRANDE está sepultado en Puerto Padre aunque vivio en el Municipio Delicias, me regocija que este alli en su terruño de donde salio y triunfó
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