En otras ocasiones hemos hablado acerca de cómo funcionan los cabildeos en Estados Unidos donde, a pesar de que la cifra de fallecidos asciende a miles diariamente, los comisionados de las Grandes Ligas del Béisbol (MLB) y de otros deportes profesionales han presentado planes para retomar sus temporadas de 2020. En ello ha tenido responsabilidad el presidente Donald Trump, cuando hace días alentó la idea de que puede abrir el país y también el deporte profesional.
Asimismo, Europa se suma a las presiones. El fin de semana, el fútbol italiano elevó un protocolo de garantías de seguridad al Gobierno, que ahora aguarda para ser aprobado, con el ánimo de reanudar las actividades, al menos poco a poco, en tanto la pandemia todavía cobra un alto número de víctimas en esa nación.
La intención del «Calcio», como se le conoce internacionalmente al fútbol italiano, enfrenta un panorama nada agradable, toda vez que la situación sanitaria de aquella nación conllevó a imponer una cuarentena hasta el próximo 3 de mayo. Ese mismo día, los presidentes de los clubes integrantes de la Serie a tienen planeado reunirse, con el ánimo de que sea la primera en retomar los partidos.
Y en medio de los peligros que afronta la nación, es precisamente Gabriele Gravina, presidente de la Federación Italiana de Fútbol, quien ha rechazado convertirse en «el sepulturero del Calcio», al afirmar que cancelar la temporada por el coronavirus «sería un desastre... ya que movemos casi cinco mil millones de euros».
¿Acaso tendrán certeza de que la situación sanitaria le permita al país volver a cierta normalidad? O es que, ¿al deporte profesional solo le interesan las ganancias más que la salud de los atletas?
El común denominador de estos movimientos es la baja económica sensible de todas estas organizaciones profesionales, que han dejado de percibir importantes ingresos por concepto de las entradas a los estadios no vendidas, por los derechos de transmisiones televisivas, además de otros aspectos entre los que se cuenta la publicidad, otra fuente de altas ganancias.
En esta línea de análisis, el eurodiputado francés Daniel Cohn-Bendit declaró que la pandemia actual tendrá un efecto muy fuerte sobre el deporte profesional, habituado a pagar sumas cada vez más irracionales. Piensa Bendit, según refiere pl, que la actual crisis impondrá una regulación que traerá como resultado ponerles topes a los salarios de los jugadores.
VOLEIBOL ITALIANO EN LA ENCRUCIJADA
Volviendo al tema deportivo en Italia, directivos del voleibol han expresado opiniones encontradas.
Catia Pedrini, presidenta del club Modena Volley, afirmó que es imposible que la Federación de Voleibol de Italia (FIP) modifique su decisión de dar por terminada la temporada, debido a la pandemia del nuevo coronavirus.
Pedrini se manifestó luego de conocer que otros exdirigentes de las ligas femenina y masculina de voleibol de la península le escribieron a Vincenzo Spadafora, titular de Deporte italiano, preocupados por la pérdida económica, causada por la detención de los partidos, según reporta Ansa.
Sin embargo, para la titular del Modena Volley está claro que el voleibol «no es un deporte de contacto, al igual que el baloncesto, pero los muchachos se reúnen y se entrenan juntos. Se pasan el balón, que es un vehículo de contagio enorme».
Al menos un criterio sensato, que aboga por esperar a que pase la marea de la COVID-19, aunque para ello sea preciso dar por terminada una campaña sin conocer a los ganadores sobre el terreno, pero podrán ser ganadores en su vida diaria.
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