Sin creer en Norge Luis Ruiz, el mejor pitcher de Camagüey —y uno de los mejores de Cuba hoy—, el equipo de Artemisa ganó 3-0 el primer partido de la final en la Serie Nacional de Béisbol para menores de 23 años, celebrado en un estadio Cándido González que vio prender las luces para un juego televisado después de más de un lustro.
Los conocidos Cazadores de Artemisa cayeron en el mismo segundo inning sobre los envíos del novato del año de la 52 Serie Nacional, cuando le ligaron par de indiscutibles sin out, que se combinó con un toque de sacrificio que el antesalista decidió tirar sin tiempo a la tercera base. Luego dos fáciles roletazos por el cuadro empujaron las dos primeras carreras para los visitantes.
En el tercero, la tropa de Jorge Luis Machado amplió una rayita más en el marcador cuando Lázaro Pérez se embasó por error y pisó el home remolcado por hit de Omar Hoja, el mejor bateador por los artemiseños con par de imparables en el encuentro.
Pero nada de eso hubiera definido el partido sin el trabajo excelente del zurdo Misael Villa, quien siempre estuvo por encima de los bateadores —abría con strike, como debe ser— y logró espaciar cuatro hit de los agramontinos, con tres ponches y par de boletos en seis y un tercio de actuación, antes de entregar el montículo al relevista Yunieski García.
El último tercio del desafío resultó también un martirio para los locales, pues Yunieski sacó cuatro de los ocho out por la vía de los strikes, entre ellos un escón de ponches en el noveno inning, válido para anotarse su séptimo salvamento en este torneo.
Finalizado el pleito se anunció que este viernes se enfrentarán en el segundo juego de esta final al mejor de cinco, Arbelio Quiroz por Camagüey y Geonel Gutierrez por Artemisa.
MORALEJAS POSITIVAS
Para Artemisa:
- El acertado manejo del pitcheo, sin ataduras ni empecinamientos. Cuando su abridor titubeó con una base por bola en el séptimo, el mentor no dudó en traer a su mejor relevista, cual garantía de éxito. ¿Qué pudo esperar más, qué fue un riesgo? Puede ser, pero la pelota es eso, un constante riesgo.
- El buen corrido de las bases del equipo y la excelente defensa de su receptor, Dariel Crespo, quizás el mejor de su categoría y solo necesitado de que los entrenadores trabajen más el tema ofensivo. También sobresalió con el guante el jardinero Yosvani Peñalver, quien atrapó una línea en el cuarto episodio que pudo haber roto la blanqueada.
- El entusiasmo, alegría y combatividad de la alineación, que no se amilanó al tener frente a uno de los mejores lanzadores de Cuba.
Para Camagüey:
- Las gradas llenas del estadio Cándido González, algo que hacía años no se veía en la principal plaza beisbolera de la provincia.
- El pitcheo de Norge Luis Ruiz, quien apenas lleva una semana de entrenamiento y fue mal defendido por sus compañeros con tres errores.
- La lección para el tercera base debe haber quedado marcada en su memoria para siempre. Con hombre en primera y segunda si tocan la bola por la antesala y hay corredores rápidos, el tiro con más probabilidades de sacar out es el que se realiza a primera.
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