Las luchas se han adueñado con todo derecho del habanero Coliseo de la Ciudad Deportiva (este viernes y sábado desde las diez de la mañana). Y es importante dirigir nuestros imaginarios reflectores hacia allá. ¿Por qué? Tan solo un dato: es el único deporte en el cual nuestro país ha podido ganar al menos una medalla de oro en los siete Juegos Olímpicos efectuados desde los de Barcelona 1992. Sí, es solo un antecedente…
Quiere decir que lograron después subir al punto más alto de los podios en los de Atlanta 1996, Sídney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012 y Río 2016. Una racha que se iba a tratar de mantener en los de Tokio 2020, aplazados para 2021 por la terrible pandemia del Covid-19.
Bueno, tan solo otro dato: el hombre de más posibilidades en ese colosal empeño es el casi invencible Mijaín López (división súper pesada del estilo grecorromano). Si logra la hazaña sería el primer luchador de la historia con cuatro de oro en Juegos Olímpicos. ¿El más grande entonces de todos los tiempos?
Pero de cara a Tokio hay muchas posibilidades centradas también en Ismael Borrero, de los 67 kilogramos de la misma modalidad, campeón de los Juegos Olímpicos de Río, y de los Campeonatos Mundiales de Las Vegas (Estados Unidos) 2015 y Nur Sultan (Kazajistán) 2019.
DECIDEN ELLOS
Hablamos de la tradicional gala que se efectúa en el mes de diciembre. Ahora por segunda vez con el nombre del ya fallecido brillante entrenador Pedro Val, artífice de los grandes éxitos en el estilo grecorromano. Bueno tan solo otro dato: el 9 de diciembre se celebra el Día de la Lucha Cubana. Es porque en 2001 se redondeó el triunfo por primera vez por países en un campeonato mundial, en este caso en el estilo clásico, en Patras, Grecia.
Algo más sobre Pedro (así era conocido): fue seleccionado por la entonces federación internacional como el mejor entrenador del mundo de lucha grecorromana en el 2010.
Este viernes había varios resortes importantes, digamos que resortes bien calientes. En algunas divisiones, como en dos de la libre masculina, habría par de combates entre los dos encartados de mayores posibilidades. Los que ganaran (de ser necesario habría después un tercer duelo) sería el representante al clasificatorio olímpico, previsto para abril-mayo, en Bulgaria. Así de transparente fue el sistema puesto sobre el tapete. No iban a existir designaciones de dedos…
Una de ellas resultó la de los 57 kilogramos: Reineris Andreu, monarca del mundo sub 23 en Bydgoszcz 2017 y Budapest 2019, quien salió con par de sonrisas (3-2 y 4-3) ante Yowlys Bonne, campeón absoluto en la división no olímpica de los 61 en Budapest 2018.
La otra fue la de los 86 kilogramos: Yurieski Torreblanca logró dos veces su sueño del día ante Lázaro Hernández (3-2, 6-2).
Ah… se vio inmenso a Borrero, quien se impuso 8-2 a Damián Solenzal.
El derrotado, dorado en el panamericano juvenil de Guatemala 2018, supo calibrar muy bien lo ocurrido:
“Todos saben el nivel de mi contrincante, incluso pude marcarle un par de puntos, algo que pocos logran, pero tengo confianza y espero mejorar cada día”, afirmó a la agencia Prensa Latina.
El deporte sin sorpresas se parece a un plato al que no se le hecho sal: en la libre femenina Lianna de la Caridad Montero, medallista de bronce en el mundial de Budapest 2018, clasificada a los Juegos Olímpicos, salió cabizbaja del tapiz, tras ceder contra Laura Herin (2-2).
JUEGOS OLÍMPICOS
Al principio hablamos de cubanos y de Juegos Olímpicos, y ahora nos parece oportuno retomar el tema…
Hasta el momento tenemos clasificados a doce de nuestros exponentes, cifra como ya escribimos que puede incrementarse el año próximo sobre los tapices que se montarán en Sofía.
El aporte ha sido el siguiente: seis de la grecorromana, tres en la libre masculina y otras tres a cargo de las incipientes y pujantes chicas.
Y ahora nos parece muy justo volver a Pedro Val, que da nombre a esta Gala que termina este sábado:
Pedro estuvo desde 1975 hasta 2018 como preparador de los equipos nacionales. Entre las glorias con las cuales trabajó se encuentran Filiberto Azcuy, Héctor Milián Pérez, y Mijaín López (¿el más grande de la historia?)…
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