Solo mujeres representarán a Cuba en los eventos de pista. Cinco mujeres que irán a épicas batallas, tres de ellas en eventos individuales y que se agruparán para conjugar sus esfuerzos en un relevo que ya ha escrito una de las entrañables páginas del atletismo cubano en 2021.
LAS CHICAS Y LA PISTA ARDIENTE
A ras de pista destaca Rose Mary Almanza quien prendió las alarmas; las buenas, con su carrera de 1:56.42 minutos en Ordizia el 19 de junio pasado y atizó la candela en Estocolmo, con el 1:56.28 que le dio su primera victoria en Liga de Diamantes.
Rose Mary se ha visto corriendo con “facilidad” por debajo de los dos minutos, con buen ritmo en la primera vuelta y (salvo en Mónaco) con fuerza para cerrar; señales que aúpan el indiscutible optimismo que despierta su temporada.
La camagüeyana va a sus terceros Juegos Olímpicos con la mira puesta en un único objetivo: la final. Y aunque este torneo (como el campeonato el mundial) nunca se parecerá en tácticas y/o estrategias a las que se siguen en un mitin, siendo prácticos, cualquier otro desenlace en el curso normal de los acontecimientos nos dejará con ese nefasto sabor de que podía dar más.
Rose tiene la segunda mejor marca del año, y tendrá que batirse sola y con mucha cabeza ante un poderoso escuadrón de atletas sub 1:58 minutos donde resaltan norteamericanas, etíopes, alguna kenyana, la vieja conocida Natoya Goule y la polivalente Laura Muir que acaba de hacer marca personal de 1:56.72 en Mónaco (aunque según algunas fuentes, puede que solo tome partida en los 1500).
Este 2021 podría ser el año de Rose Mary Almanza. Nos encantaría poder así contarlo porque nunca antes se le vio tan sólida, ni tan fuerte para enfrentar la competencia fundamental.
Los pasos de Zurian Hechavarría y Roxana Gómez en Tokio dependen prácticamente de la posibilidad de mejorarse a sí mismas. Cierto es que puede haber carreras que transcurran lentas, u otras que se nos vayan de las manos, pero con lo visto a priori, sus batallas serán, cuando menos, enconadas.
Zurian Hechavarría, por ejemplo, irá a una de las cruzadas más hostiles del atletismo contemporáneo. Y es que los 400m con vallas son una prueba convulsa, donde ya ha caído el récord del mundo y el universo parece moverse a ritmo de la joven maravilla Sydney MCLAUGHLIN que ya estampó ese increíble 51.90 segundos en la final de los Trials en Estados Unidos y que tiene tres marcas (las tres veces que ha corrido) entre las cuatro mejores carreras que se han hecho en este 2021. Tampoco escapa de los titulares la neerlandesa Femke Bol, autora marcas fantásticas, entre ellas un personal de 52.37 segundos que es récord europeo u23.
Hasta este minuto, son 17 las atletas que este año han bajado de los 55 segundos, aunque no todas van a estar en Tokio. Precisamente 55 flat (Lima, 2019) es la marca personal de nuestra chica, y este año enseña un 55.33 como mejor registro que aparece en el puesto 22 del escalafón de la World Athletic de cara a los Juegos Olímpicos.
Estos serán sus segundos Juegos Olímpicos (7ma de su heat preliminar en Río con 57.28 segundos) y mirando “por arribita” el escenario al que se enfrenta, el situarse en una semifinal ha de ser aplaudido con fuerza; alcanzar una final, motivo indiscutible de júbilo.
Por el título de los 400m planos también se pugna fuerte, aunque la declaración de las namibias Christine MBOMA (48.54/ RM sub20) y Beatrice Masilingi (49.53) como atletas DSD y la decisión de Athing Mu (49.57) de solo hacer los 800m rebaja un poco las tensiones en el grupo élite de la prueba. Roxana Gómez, aunque mejora sus marcas personales en varias oportunidades este año, llegará avalada por un 50.76 que la sitúa en el puesto 24 del año.
El mundo estará atento a Shaunae MILLER-UIBO (49.08) que debe resolver qué hacer porque el programa no favorece a las atletas que buscan doblar distancia con los 200. La convocatoria se regocija, además, con una Allyson Felix (50.02) en sus quintos Juegos Olímpicos, su coequipera Quanera HAYES (49.78), las jamaicanas Stephenie Ann MCPHERSON (49.61) y Candice MCLEOD (49.91) y la portentosa dominicana Marileidy PAULINO (49.99), por citar algunas de las que parten con mejores opciones de acuerdo a sus marcas contemporáneas.
En cuanto al relevo cubano, que se completa con Lisneidy Inés Veitía y Sahily Diago, llega con la adrenalina de haber alcanzado el título en Silesia, el único metal de Cuba en la historia de los Campeonatos Mundiales de Relevos. Ahora, la escena olímpica tendrá otros matices y mayores exigencias. La marca de 3:27.90 segundos que acredita este grupo como mejor resultado no representa una garantía de cara a los JJOO, sin embargo, es un valor agregado la armonía mostrada y las carreras desplegadas en esas fechas felices de mayo pasado.
Sería inexacto hablar de marcas porque la mayoría de los equipos que allí veremos no se han mostrado tal cual. De ejemplo valen, quizás, los registros de los pasados Juegos de Río 2016 donde Estados Unidos ganó oro con 3:19.06 minutos (Australia fue 7ma con 3:27.45) o del último campeonato mundial de Doha 2019, donde también se llevaron el título las estadounidenses con 3:18.92 (Países Bajos 7ma con 3:27.89).
Así, lo único que es un hecho es que en territorio japonés estarán de vuelta los todopoderosos Estados Unidos y Jamaica, que la dinámica escuadra de Países Bajos ajustará sus tramos y lo hará mejor, y que Gran Bretaña, Polonia, Francia y demás habituales no se guardarán nada.
En Tokio habrá que correr, y fuerte para estar en la codiciada final. Para Cuba, para este equipo, inscribirse en esa instancia sería una grandiosa e histórica actuación. Notas melódicas en la banda sonora del sueño. A fin de cuentas, a la hora de escribir estas historias, “No importa si eres el campeón defensor”, pues partimos todos de una única garantía: los hechos
LA ILUSIÓN DE IR MÁS ALTO
Fieles a la idea de ir más alto, aterrizan Luis Zayas (salto de altura) y Yarisley Silva, nuestros representantes en las llamadas pruebas de saltos verticales. Ambos, con la buena costumbre de hacerlo a la hora buena. Zayas así lo ha mostrado desde que diera aquella la agradable sorpresa en los Juegos Panamericanos de Lima en 2019 y es por esa cuerda tendrá que caminar para conquistar empeños mayores en Tokio. Si bien el salto de altura "no está en sus quince", la presencia del histórico Barshim (2.30 este año) y los líderes de temporada lya IVANYUK (2.37), el bieloruso Maksim NEDASEKAU (2.37) o el sorprendente JuVaughn HARRISON (2.36) sugiere que para hacer historia habrá que ir más allá de los 2.33 que perduran como tope personal de Zayas. No en vano la World Athletics pactó está medida como mínima de acceso directo, con 17 hombres además del cubano cumpliendo con tal requerimiento.
¡De Yarisley Silva qué decirles! Un aparte y todo el respeto quien nos ha enseñado como nadie que "El mejor guerrero no es el que triunfa siempre, sino el que vuelve sin miedo a la batalla". Su mayor victoria es estar en sus cuartos Juegos Olímpicos y aunque su prueba exhibe a una avanzada de mujeres con 4.90 metros o más, la vida ha demostrado que las batallas se libran en ese minuto y con la pértiga entre manos. Fe de ello puede ofrecer la flamante líder del actual listado mundial, Katie Nageotte (4.95) cuando tuvo que conformarse con la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Por sumar irá Yorgelis Rodríguez, autora de un histórico heptatlón de 6437 puntos aquí en La Habana que la situó en Tokio, quebrando la nefasta inercia de haber estado por (casi) tres años alejada de la alta competición actuar afectada por una difícil lesión. Yorgelis vuelve a los Juegos Olímpicos tras ser séptima en Río de Janeiro (6481 puntos). Llega precedida de su hidalguía y un margen posible de mejora en cada una de sus pruebas.
De primera instancia, la pugna por el título pudiera tener a Nafi Thiam (6819) y Katarina Thomson-Jhonson (6981) en primera fina, aunque ninguna ha completado hepatlón este año. En planos estelares podrían estar las estadounidenses Kunz (6703), WILLIAMS (6683) y BOUGARD (6667), en un top ten de cara a Tokio que completan la húngara Xénia KRIZSÁN (6651), Verena PREINER (6591) y la holandesa Anouk VETTER (6461), la austriaca Ivona DADIC (6461) y la cubana Yorgelis Rodríguez.
Así las cosas, el atletismo cubano se muestra con oportunidad de superarse en un entorno mundial que, aun revuelto, no dejará sus ganancias a merced de sutiles pescadores. Habrá que pelear, y duro. Habrá que dar, necesariamente, lo mejor para dejar una huella en el olimpo. Por acá todos soñamos con el oro, con recuperar esa senda descontinuada después de Beijing. Todos soñamos con ello, pero siendo justos hemos de reconocer que la gloria olímpica empieza justamente con ser olímpicos; máxime en las circunstancias actuales.
Yelena Isinbayeva, tras su segundo título olímpico en Beijing 2008, recordaba al mundo y gritaba a los cuatro vientos que:
El oro no es cuestión de favoritismos.
No importa si has sido imbatible
No importa si eres el campeón defensor
No importa si eres el recordista del mundo
El oro nunca es un regalo.
A falta de 20 días para el inicio de las competencias, la suerte está echada. Los días que restan valdrán para limar detalles, y hacer los últimos ajustes a las maquinarias. A todos nuestros atletas y al colectivo que les rodea lo mejor y el deseo que su esfuerzo durante todo este accidentado ciclo se revierta en resultados acorde a lo planeado.
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