La muy luchada clasificación del maltrecho Villa Clara completó los cuatro aspirantes al título, los que a partir de hoy se verán las caras en el esperado Play off de la 53 Serie Nacional de Béisbol, colofón de un campeonato que dejó bastantes sinsabores entre los fieles —pacientes— seguidores de este deporte en nuestro país.
Sinsabores y, además, la reiteración de que la pelota cubana actual urge de cambios; para ser más exactos: nuestro beisbol ha estado pidiendo a gritos (sin que se le haya hecho caso) una auténtica revolución que transforme de arriba abajo su actual estructura.
Entrevistado por la TV cubana, el brillante torpedero que fue Antonio “Tony” González, considerado uno de los jugadores más inteligentes que ha pasado por nuestros diamantes, declaró que la calidad de la Serie Nacional había descendido porque, hizo énfasis, no contamos hoy de primera línea con 16 receptores, ni 16 inicialistas, ni 16 camareros, ni con 16 torpederos, etc.etc. Agregó Tony que ni siquiera tenemos 2 lanzadores de primera línea para cada uno de los 16 equipos. Y se preguntó —y nos preguntamos— ¿especialización?
Por otros muchos motivos, imposibles de enumerar en unas pocas líneas, reitero, hay que aplicarle el bisturí a todas las instancias de la pelota cubana.
Duélale a quien le duela —y a mí me duele muchísimo— lo cierto es que hoy nuestro béisbol se distancia cada vez mas del de años atrás, no muy lejanos. Acepto que, pasión nacional al fin, mucho público la sigue, particularmente a finales de campaña y ahora en los Play off, motivados los aficionados por el empeño que los jugadores ponen en el terreno y lo reñido de algunos encuentros. Pero, aclaro, un juego reñido es una cosa y un buen juego puede ser otra. Esos son otros diez pesos.
La serie que llega a su fin, si no ha sido la más polémica y accidentada de cuantas se han jugado, le pica cerca. La misma se caracterizó por desaciertos que fueron desde la Dirección Nacional de Béisbol a ingenuos errores no permisibles en jugadores que se desempeñan a este alto nivel: mal corrido de bases, incapacidad para un toque de sacrificio, lanzadores que no tiran strikes…
Al hacer este recuento, tampoco se puede pasar por alto el cuestionado y cuestionable trabajo de algunos árbitros, en ocasiones huérfanos de la autoridad con la que un oficial debe salir al terreno a impartir justicia. Ese don de mando, del cual carecieron, en unos casos por falta de respaldo oficial y en otros por incapacidad propia, fue el que hizo grande a Amado Maestri, un paradigma del arbitraje en Cuba y fuera de Cuba.
Cuando Maestri se paraba detrás del home el strike era strike y la bola bola, el out out y el quieto quieto. Con él no había marcha atrás posible ni juego que se interrumpiera sin que decretara el forfeit para el causante de la demora injustificada y lo hacía en los minutos reglamentados. No tenía que consultar nada ni a nadie. ¿Recoger al equipo y llevarlo para el dogout? ¡Con Maestri no había de eso!. Esa fue su gran virtud ¡En el terreno mando yo! decía y… mandaba.
Mas, ya estamos en Play off. Mejor dejar otras reflexiones para más adelante y trasladémonos a las incidencias de la post temporada, ya sea desde un asiento en la grada o frente a la pantalla del televisor.
¿Ya tiene su favorito?... yo tengo el mío y como comentarista deportivo que soy me siento obligado, no importa el riesgo, a ofrecer un pronóstico para los lectores. Ahí va: que gane el mejor.
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