En la última jornada, las muchachas Yarisleidis Cirilo y Katherin Nuevo sacaron otra histórica medalla del Lago Bagsvaerd en el C2- 200 metros. Finalizaron en segundo lugar con crono de 43.89 segundos, muy cerca de la dupla española formada por Patricia Coco/María Corbera, quien resultó la ganadora con marca de 43,88 segundos.
El resto de la jornada dominical le dejó un noveno lugar a José Ramón Pelier en el C1- 500 metros con 1:50:57 minutos. En el mismo puesto, terminó Cirilo en el C1 a 200 metros con 48,85 segundos, justo un poco antes de conquistar la histórica plata.
En las distancias más largas, la propia Cirilo en el C-1 a 5000 metros pasó por la meta en el décimo lugar a los 28:56:49 minutos. En la misma prueba, pero en el sector masculino, el campeón olímpico Fernando Dayán Jorge concluyó en el octavo lugar con crono de 24:28:92 minutos.
¿Qué lecturas deja este campeonato mundial?
Lo primero es que Cuba se mantiene en la élite de este deporte en el orbe, al ubicarse en el lugar 16 del medallero por países con una medalla de plata y dos de bronce, en un torneo dominado por Hungría con balance de seis títulos, ocho medallas de plata y cuatro de bronce.
Nuestro país fue el tercero de América solo antecedido por Canadá y Chile, naciones que alcanzaron una medalla de oro en cada caso.
Las dos medallas alcanzadas por las mujeres (bronce en el C-2 500 metros y plata en el C-2 200 metros) las inscriben como las primeras del sexo femenino en la historia del canotaje cubano con medallas mundiales.
Definitivamente el Inder tiene que potenciar la participación en eventos de primer nivel para estas atletas que solo cuentan con 18 y 19 años de edad. Y será vital para ellas con el objetivo de conseguir títulos panamericanos en competencias individuales en Chile 2023.
Las coronas mundiales de Canadá y Chile en la cita del orbe fueron justamente en la canoa femenina, por intermedio de Katie Vicent en el C-1 200 metros, y María José Maillard en el C-1 500 metros respectivamente, por lo que las cubanas no pueden dormirse en los laureles.
Otra vez Serguey Torres y Fernando Dayan demostraron su clase con el bronce en el C-1 1000 metros. Desgraciadamente no pudieron conseguir el doblón ni la ansiada corona mundial que tan esquiva resulta, pero un podio mundialista siempre es bien recibido.
El espirituano sumo su décima medalla mundial y el cienfueguero la sexta, y por cuarto mundial consecutivo este bote se sube al podio en una cita del orbe. Se dice fácil, pero ratifica la grandeza del bote cubano.
Aunque no todo es color de rosa. Los cubanos no pudieron incluirse en la final del C-2 a 500 metros que será la prueba olímpica en París 2024. Todos los esfuerzos en los entrenamientos y en las competencias de primer nivel tienen que centrarse en la distancia más corta para tener opciones en la justa parisina.
Hay que garantizarle pruebas de primer nivel en el C-2 a 500 metros, para que vayan familiarizándose con el escenario mundial, y palpar las posibilidades reales en esta distancia.
José Ramón Pelier no estuvo cerca del podio con séptimo y noveno lugar, pero su ciclo olímpico es el que recién comienza. El muchacho de Baracoa tiene todas las condiciones para seguir creciendo en este deporte. Otro canoísta con un gran futuro que también necesita competir al máximo nivel.
Estoy seguro que con una estrategia acertada en este ciclo olímpico, y el apoyo del Inder para cumplir con compromisos de nivel sobre todo en Europa, el canotaje nos brindará muchas alegrías en París 2024.
De las aguas parisinas sacaremos medallas olímpicas.
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