Mucho me consta que al joven voleibolista Jesús Herrera muy pocos entrenadores cubanos le veían el talento apropiado para crecer y convertirse en estrella con sus remates y mañas en una cancha. Craso error. Con el paso del tiempo —y su accionar, claro está—, el opuesto zurdo capitalino hizo añicos tales “criterios”, pues se convirtió en una de las figuras más destacadas de la liga profesional de Argentina.
Para sus “detractores” parecía un salto inexplicable. Pero de ser un jugador más, sin apenas minutos de juego con la selección nacional, que asistió incluso el Campeonato Mundial de Italia-Bulgaria en 2018, el joven fue contratado en Argentina por el club Obras de San Juan, y en el 2019 compitió como plantilla del Bolívar.
Pero cuando sus potentes remates venían retumbando en las instalaciones del gigante sudamericano y las gradas se repletaban para verlo jugar a él —algo que también me consta sobremanera—, llegó la intrusa COVID-19 que detuvo la temporada. Entonces, los directivos se reunieron y decidieron entregarle el premio Rus de Oro a los más destacados.
Y ustedes ya se imaginan lo que pasó: Herrera fue seleccionado como el mejor opuesto del torneo, por delante de un jugador de tanto aval como el mismísimo argentino Bruno Lima, quien se desempeña en el club Gigantes del Sur. Vale citar que, en 65 sets disputados, el gigante cubano de 1,94 de estatura, 87 kilogramos de peso y 25 años de edad marcó 379 puntos, de los cuales 288 fueron en ataque, 67 aces y 24 bloqueos.
“Estoy muy contento con ese premio, pues es el reconocimiento a mi esfuerzo y resultados durante la temporada. Muchos en Cuba han dicho que soy un jugador mediocre; pero esto es una muestra de que tienen más valor los criterios de quienes consideran que soy un voleibolista de mucho futuro”, comentó Herrera en exclusiva con Cubahora.
Sin duda alguna, esta liga sudamericana ha crecido mucho con la participación de jugadores cubanos, al extremo de que Liván Osoria y Miguel Ángel López recibieron también el premio Rus de Oro como mejor central y punta-receptor más destacado, respectivamente.
Para el opuesto, la liga de Argentina le ha aportado todo lo que es en estos momentos. “Me ha enseñado que el voleibol es del equipo que menos errores comete, y siempre saldrá ganador el que más empeño le ponga a cada partido. Además, es importante que el grupo tenga la idea de siempre ser una familia”, aseveró.
Su velocidad, poder de salto y potente ataque desde las esquinas de la malla también han sido apreciado por los cazadores de talentos de otras ligas de mayor potencial que la argentina. De ahí el contrato que acaba de recibir para integrar las filas del club francés Chaumont 52, en el cual jugará junto a los también cubanos Roamy Alonso y Osniel Melgarejo.
“Eso es un verdadero sueño. Es un orgullo que un club de ese nivel, en una liga mucho más fuerte, haya visto mis condiciones y se interese en contratarme. Allá también trataré de hacerlo bien para buscar buenos resultados”, explicó Herrera a Cubahora.
Por estos días, el temido atacador se encuentra en aislamiento en casa, como principal medida para evitar la propagación de la COVID-19. “En casa hago todo tipo de ejercicios que se pueda realizar para mantener la forma deportiva, en especial abdominales, planchas y barras. Y esto lo comparto con mi esposa Yanileidis Sánchez, jugadora de la selección nacional de voleibol de playa”, sentenció Herrera.
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