Ismel y los Cocodrilos, por encima

PELOTERO DE LA SEMANA

Abocada a los últimos compases de la segunda etapa, a Villa Clara le contaba cada triunfo. Holguín la perseguía fieramente, y el boleto semifinalista del monarca cubano estaba en juego. Para colmo, el equipo no podía disponer de su mejor pitcher, el sancionado Freddy Asiel Álvarez.

Fue entonces que emergió la figura del espirituano Ismel Jiménez, un internacional de 27 años que transita por su décima contienda doméstica. Una vez más, un jugador de refuerzo aportaba con creces a la causa naranja.

En la semana, Jiménez derrotó a Artemisa y Holguín, desafíos en los cuales acumuló 12.1 entradas de faena sin soportar carrera limpia, al tiempo que recetaba 14 ponchetes y regalaba apenas dos bases por bolas. En total, enfrentó oficialmente a 47 hombres y le dieron ocho indiscutibles, para anémico average adversario de .170.

Así, después de una clasificatoria donde su equipo no lo apoyó lo suficiente –al punto de perder seis encuentros y solo ganar dos-, el derecho culminó el tramo clave del campeonato con balance de 8-2 y efectividad de 2.59. (Su promedio histórico de éxitos y reveses es actualmente de 117 y 50, entre los mejores de las Series Nacionales).

Si miramos a los lideratos globales del certamen, Jiménez finalizó segundo en Juegos Iniciados (21) y Victorias (10), tercero en Entradas Lanzadas (136.0), quinto en Ponches (84) y octavo en PCL (2.51).

Ahora, con Matanzas a la vista en la fase de play offs, vendrá un reto más duro para el trinitario. Calidad tiene para hacerle frente.

EQUIPO DE LA SEMANA

Nuevamente la tropa yumurina resultó la más destacada en la selección de Cubahora, tras rendir una recta final impresionante que le permitió cerrar con 57 triunfos y 30 fracasos, a cinco juegos de distancia de su escolta en la clasificación.

Por estos días, los pupilos de Víctor Mesa barrieron a Holguín y aventajaron por la mínima a Pinar del Río. Ante los Cachorros los scores fueron de 4x3, 6x5 y 5x4, y sobre Pinar pasaron 5x4 y 12x7, con patinazo de 8x4.

En esos compromisos, Matanzas fabricó 36 anotaciones –a razón de seis por duelo-, pegó 66 imparables y cometió ocho pifias, con un gasto atacante en el que descollaron 12 dobles, dos triples y un cuadrangular.

Sus estadísticas colectivas lo dicen todo. Ateniéndonos a la fase recién concluida, que es la más exigente del campeonato, Matanzas mandó en promedio con .317, anotadas (254), OBP (.398) y slugging (.455), además de ser también segunda en defensiva con .977. Y para rematar, fue sublíder en efectividad monticular con 3.74 limpias soportadas cada nueve innings de trabajo.

A juicio de la mayoría de los aficionados y expertos, los Cocodrilos saldrán como favoritos a la postemporada. Terceros hace dos años, segundos en la campaña previa, ahora sueñan con regresar a un trono que le resulta esquivo a la provincia desde el lejano 1991. La mesa parece estar servida.