En agosto de 2019 la noticia de una posible suspensión a Christian Coleman conmocionó al universo del atletismo. Era el candidato al trono de la velocidad mundial tras haberse adueñado del récord del orbe de los 60 metros planos y firmar registros de encanto en el hectómetro, pero se había saltado tres controles antidopaje y, como se sabe, cualquier acumulación de tres fallos en un periodo menor a 12 meses puede suponer un período de inelegibilidad.
Días antes del Mundial de Doha, Coleman fue absuelto por las instancias deportivas de su país, Estados Unidos, al ganar un recurso de apelación donde se demostraba que una de las fechas por las que había sido imputado estaba fuera del rango preciso para sancionarle.
Coleman corrió en territorio catarí y, como se había pensado, ganó el oro en los 100 metros con 9.76 segundos y fue parte del relevo estadounidense que se tituló en la prueba de 4x100m
Hoy, vuelve a estar señalado. A saber, falló un control en diciembre y ahora se enfrenta a una sanción de hasta dos años que puede dejarle fuera de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021.
“Quiero que todos estén al tanto de una situación con la que estoy lidiando actualmente”, dijo Coleman en un comunicado publicado en Twitter.
“Hace unos días, la AIU (Unidad de Integridad del Atletismo) tomó una decisión sobre la que había estado apelando durante seis meses desde que me perdí una prueba el 9 de diciembre de 2019. Y ahora esto podría resultar en que me suspendan por otras fallas de presentación que ocurrieron hace más de un año en este momento”.
Los deportistas de alto nivel tienen que comunicar rigurosamente su localización y notificar cada día una franja horaria y un lugar para que puedan ser sometidos a una posible prueba antidopaje.
Según el reglamento de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), cualquier combinación de tres incumplimientos de estas normas, ya sea por no haber pasado una prueba o por no haber presentado los documentos a tiempo o por informaciones incompletas, en un período de 12 meses se considera un delito de dopaje que se puede castigar con una suspensión de hasta dos años.
“Esto ha sido un intento deliberado de que yo no pasará este control”, afirma el velocista que arrastraba los pendientes del 16 de enero y el 26 de abril de 2019.
“Me han controlado muchas veces después, incluso durante la cuarentena. Pero, por supuesto, eso no importa. Como no importa que nunca haya consumido drogas”, sentenció.
Si la suspensión se convirtiera en definitiva, comenzaría el 14 de mayo de 2020, como anunció la AIU, y con la clemencia del tribunal pudiera enfrentar solo una sanción de un año, por lo que tendría opciones de ir a los Juegos Olímpicos que deben comenzar en julio de 2021. Asuntos estos que están por verse.
El caso Coleman se suma al de la representante de Bahréin Salwa Eid Naser, campeona del mundo de 400 metros, quien fuera también suspendida provisionalmente por la Unidad de Integridad del Atletismo al confirmarse que se saltó tres controles antes de los Mundiales de Doha. En enero de 2020 tampoco fue localizada para otro control.
“No soy una tramposa, sólo me salté tres controles. Jamás tomaría drogas para aumentar el rendimiento; creo en el talento y sé que yo tengo talento”, dijo esta mujer que venció en Catar con 48.14 segundos, récord para los campeonatos del mundo y tercer mejor crono de la historia solo superado por la germana Marita Koch (47.60) y la checa Jarmila Kratochvílová (47.99).
Expertos advertían hace poco que este período de receso podría destapar una nueva ola de violaciones. Se habla de que en el triatlón hay una ofensiva en camino debido a la aparición de indicios del uso de una nueva sustancia y las últimas jornadas han dejado tristes confirmaciones en deportes como el fútbol, el ciclismo, e incluso en la velocidad a motor.
EL CASO LAMINE DIACK: ACTUALIZACIÓN
Lamine Diack, quien comparece desde el 1º de junio ante un tribunal en Paris, ha admitido que ralentizó procedimientos contra atletas rusos sospechosos de dopaje, alegando que actúo de esa manera para salvaguardar la salud financiera.
“Era necesario salvar la salud financiera [de la IAAF] y estaba dispuesto a hacer este compromiso”, fue su testimonio, según informó el diario español Marca.
La Fiscalía Nacional Financiera francesa solicitó este miércoles (17.06.2020) cuatro años de prisión y la multa máxima de 500 000 euros para el expresidente del atletismo mundial por los delitos de corrupción activa y pasiva, blanqueo de capitales en banda organizada y abuso de confianza, en el proceso contra varios antiguos responsables de la IAAF en relación al dopaje institucionalizado en Rusia.
Su hijo Papa Massata, ausente al proceso, enfrenta una condena aún más severa; cinco años de prisión y 500 000 euros de multa.
Se espera que el juicio se extienda hasta este jueves 18 de junio.
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