Cuando Yuddiel González pegó el hit que dejó al campo a Panamá en la parte baja del octavo inning (extrainning en tiempos de juegos mochos), el diezmado equipo cubano salió a festejar como si hubieran ganado el campeonato. Todo el tiempo estuvieron debajo o abrazados en la pizarra hasta ese postrer momento.
Sin embargo, el esfuerzo fue recompensado entrada la madrugada con un jonrón que determinó el triunfo de México sobre Colombia por 3-2, y ese resultado arrastró a los nuestros hasta la discusión del metal bronceado ante los propios cafeteros.
Era la única opción para seguir soñando con el podio en un campeonato en que no hubo conjunto que haya vivido momentos más tensos que el nuestro, que llega a este duelo final con más corazón que hombres en condiciones de empuñar.
Ni un cambio pudo hacer el mentor Eriel Sánchez por mucho que lo hubiese deseado, y en un arranque de inspiración le dio la bola a su cerrador, Frank Abel Álvarez, de escasas, pero buenas actuaciones precedentes.
Dice el avezado entrenador José Manuel Cortina, que un cerrador es un abridor de noveno inning, y Frank Abel quiso confirmarlo, aunque no tuvo una apertura exitosa y se fue del box con el marcador a mitad de nocaut.
Como a esa hora no hay más que quemar las naves, Eriel acudió a quien pudo ser su abridor, Bryan Chi, y el habanero, con dos derrotas a cuestas, no lo pudo hacer mejor.
Poco después de comenzar su trabajo, el equipo insular respondió emparejando el marcador con racimo de cinco en el cuarto tramo, donde fue fundamental un doblete de Rodolexis Moreno que limpió las bases.
Un error y una base robada abrieron las puertas para la sexta de los canaleros en el sexto y a la hora de recoger los bates la guerrilla cubana negoció el empate nuevamente aplicando los fundamentos en situaciones así: tras doblete de Yandi Yanes, Iván Prieto lo adelantó y Rangel Ramos lo remolcó con elevado.
Llegó, entonces, la Regla Schiller, esa señora que aborrecemos quienes amamos el béisbol puro, auténtico, el de las tantas opciones genuinamente del juego para decidirlo, y los panameños pisaron dos veces el plato.
En su oportunidad, los nuestros no se desanimaron, marcaron las dos que les toca por obsequio y Yuddiel completó la hombrada con su imparable al medio del campo que lo va erigiendo como el hombre de la hora cero.
Si Cuba estuvo en la superronda fue por el muchacho de Ciego de Ávila con su palazo ante Taipéi de China que volteó definitivamente la pizarra, y si ahora discutirá hoy el bronce ante Colombia se debe también a él que sepultó las esperanzas de Panamá.
Yuddiel y Bryan Chi, que pudo firmar su primer éxito en tres decisiones, fueron los protagonistas del triunfo cubano que en su momento solo extendía las esperanzas, a la espera del último juego de la noche: México-Colombia, y sucedió lo que esperaban.
Con los hombres justos para armar un lineup saldrán al campo frente a los colombianos, quienes ya los derrotaron en la segunda fecha de la superronda por 6-1. Jugarán con más hidalguía que opciones; cargando sobre sí el decoro de aquellos que no tuvieron la dignidad siquiera de acompañarlos hasta el último día de competencia.
Al redactar esta nota, no se sabía aún la designación para la apertura, pero Naykel Cruz podría ser una buena carta.
Tabla de posiciones de la superronda
1-Venezuela (4-1)
2-México (3-2)
3-Colombia (3-2)
4-Cuba (2-3)
5-Panamá (2-3)
6-Taipéi de China (1-4)
Ronda de Consuelo
7-Nicaragua (5-0)
8-Korea (4-1)
9-República Dominicana (3-2)
10-Países Bajos (2-3)
11-Alemania (1-4)
12-República Checa (0-5)
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