El año 2021 va diciendo adiós para Cuba con el pecho cubierto de medallas. No son todas las deseadas, pero sí una buena cantidad que confirma que pese a las limitaciones económicas y las tensiones generadas por la pandemia, esta Isla no ha perdido su forma de cancha deportiva.
Las hay de consagrados, como Mijaín López e Idalys Ortiz, quienes subieron por cuarta vez seguida al podio olímpico; en el caso del primero siempre a lo más alto, y ella con un título, par de platas (la última en Tokio) y un bronce; y también cuelgan preseas de jóvenes que ratifican la continuidad.
Idalys Ortiz subió por cuarta vez al podio olímpico. Foto Roberto Morejón Rodríguez
- Consulte además: Idalys Ortiz, entre retos de superación y el sí a Paris 2024
Ha sido una temporada atípica, que en otros años se llamaba «muerta» en lo que a juegos múltiples se refiere, y en este caso hubo dos: los olímpicos, atrasados por la COVID-19, y la primera edición de los Panamericanos Junior. En ambas citas estuvo Cuba, y en las dos con loables resultados.
AL OTRO LADO DEL MUNDO
En Tokio, sin público en las gradas, pero con una organización exquisita, muy asiática, que a los periodistas de este lado del mundo hubo momentos en que nos sacó del paso por la verticalidad y la exactitud, la delegación cubana conquistó un elogiado puesto 14 con saldo de siete oros, tres platas y cinco bronces.
Desde la cita olímpica de Atenas 2004, nuestro país no alcanzaba más de cinco títulos ni se ubicaba entre los primeros 15 lugares en el medallero final.
Cuba ocupó el cuarto escaño en el ranking continental (detrás de Estados Unidos, Canadá y Brasil, estos dos últimos con igual cantidad de oros que los nuestros) y tiene un mérito adicional que solo compitieran 69 atletas —el grupo más reducido desde 1964—, quienes compitieron en 62 pruebas de las 339 programadas.
Individualmente, Mijaín López conquistó su cuarto oro seguido. Cada vez que porta la bandera, se encarama en la cima del podio, y el gigantón no descarta asistir a París 2024; ganó tan cómodo en Tokio…
Mijaín López conquistó su cuarto oro seguido. Foto: Roberto Morejón Rodríguez
También Idalys Ortiz se colgó su cuarta presea en línea. Después de un larguísimo combate cedió en la discusión del título y esta fue su segunda plata, que acompaña un oro y un bronce. La muchacha de la eterna sonrisa silenció a los que dudaban de ella, después que se fuera del Mundial sin preseas.
El mismo dos de agosto, día del gran botín para Cuba, Luis Orta firmó una actuación memorable en los 60 kilos de la lucha grecorromana, que para muchos fue la medalla fuera de plan. Sin mucho palmarés, el habanero fue sorteando rivales y ya en la final, se veía seguro.
El otro metal áureo que, a mi juicio, vale doble, fue el de la dupla de Serguey Torres y Fernando Dayán en el C-2 a mil metros. Nunca antes Cuba había ganado un oro en el canotaje, aunque sí atesoraba preseas.
Y hubo otra plata, también el dos de agosto, que mostró la constancia, la experiencia y el esfuerzo del tiro cubano, pese a las carencias de recursos y municiones: la de Leuris Pupo.
MÁS CERCA, LOS JÓVENES
Pocos meses después, entre finales de noviembre y principios de diciembre, Colombia acogió los primeros Juegos Panamericanos Junior, una iniciativa que parece destinada a establecerse en el calendario deportivo de la región.
Cuba se alojó en el quinto lugar del medallero con suma de 29 títulos, 19 de plata y 22 de bronce, antecedida por Brasil (59-49-55); Colombia (48-34-63); Estados Unidos (47-29-38) y México (46-78-48).
Aunque fue una cita reciente, es bueno dejar algunas notas en este balance del año. Sin dudas, el atletismo y las luchas fueron muy aportadoras al botín con nueve preseas doradas cada uno.
También el boxeo dejó una grata impresión con sus cuatro primeros lugares, y seis medallas de siete posibles.
En total, 13 deportes aportaron medallas: atletismo, boxeo, canotaje, clavados, judo, lucha, tenis de mesa, levantamiento de pesas, voleibol de playa, esgrima, karate, pentatlón moderno y remo.
Entre las multimedallistas descuellan dos: en los saltos ornamentales Anisley García se colgó tres metales (dos oros y un bronce), mientras la olímpica del tenis de mesa, Daniela Fonseca, fue dueña de cuatro (una del color más cotizado y tres bronces).
Anisley Garía firmó una excelente actuación en los Juegos panamericanos de Cali. Foto Calixto N. Llanes
El béisbol se adjudicó un metal de bronce, única medalla de ese deporte en todo el año, que sigue mostrándose muy por debajo de los resultados históricos y lo más lamentable con serios problemas en la ejecución de los fundamentos de juego.
OTRAS MEDALLAS DE 2021
Sin embargo, esos no fueron los únicos logros del deporte cubano en el año en curso. Pese a lo ajustado del calendario internacional y los Juegos Olímpicos atravesados en el mismo medio, hubo otras noticias muy gratas en campeonatos del mundo.
En la cita del orbe de atletismo para menores de 20 años, efectuada en agosto en Kenya, Juan Carley Vázquez conquistó el oro en impulsión de la bala (19.73 metros), mientras en Cali fue bronce.
Shainer Rengifo entró tercero en los 100 metros planos (10.32 segundos) y Yiselena Ballar se adjudicó el mismo lugar en jabalina (55.48 metros), prueba en la que fue subtitular en los Panamericanos Júnior.
Tras ganar los Juegos Olímpicos, la escuadra de boxeo también dominó el Mundial con tres oros y dos bronces. A los esperados primeros puestos de Andy Cruz (63.5 kg) y Julio César La Cruz (92), se sumó un espectacular triunfo de Yoenlys Hernández (75). Los bronces fueron a los puños de Osvel Caballero (57) y Herich Ruiz (86).
Flamantes monarcas olímpicos del C-2 a mil metros, Serguey Torres y Fernando Dayan cerraron el año con un bronce en el Mundial, certamen en el que Yarisleidis Duboys y khaterin Nuevo se adueñaron de la plata en c-2 200 metros y del bronce en c-2 500.
Sin conseguir podio, el quinto lugar de Arlenis Sierra en el Mundial de ruta femenino es un resultado histórico, inédito. Muy cerca estuvo la manzanillera se colarse en el trío delantero, pese a pedalear sola, sin un equipo que la acompañara.
Con esa actuación mejoró el lugar 12 de 2019, que era, hasta entonces lo más loable de una cubana. En el embalaje final quedaron por detrás de ella, la neerlandesa Annemiek van Vleuten y la italiana Elisa Longo Borghini, plata y bronce, respectivamente, en Tokio.
En el Mundial de béisbol sub-23, con un equipo que se fue diezmando por días, la guerrilla cubana que terminó la justa ocupó el cuarto escaño.
Fue un año atípico, signado por un calendario internacional en el que casi todos los países pusieron el foco en los Juegos Olímpicos, y Cuba no fue la excepción, pero tampoco desaprovechó la oportunidad para probar su talento joven.
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