En los antiguos relojes analógicos, los ajedrecistas temían el momento en que una de las manecillas llegaba a una pequeña flecha roja, porque sabían que les quedaba poco tiempo para alcanzar un determinado número de jugadas o culminar la partida.
Con la introducción de los relojes digitales, desapareció la pequeña flecha; pero, lógicamente, no terminó el miedo de los trebejistas por el control de los minutos empleados para encontrar la mejor estrategia sobre el tablero. El Gran Maestro cubano Leinier Domínguez nunca ha tenido como punto fuerte la administración del tiempo y esto ha quedado demostrado nuevamente en la primera parada de la serie Grand Prix 2014-2015, que se celebra en Bakú, Azerbaiyán.
Leinier ha afrontado diversas complicaciones en sus tres primeros duelos en la capital azerí. En el inicio, contra el uzbeco Rustam Kasimdzhanov (2706), estuvo cerca de obtener la victoria; pero, con escasos segundos para realizar más de 10 movimientos, no encontró la combinación ganadora (26. Ce7, jaque).
Luego, en el segundo enfrentamiento, protagonizó una de las partidas más largas de su ya extensa carrera, frente al ruso Evgeny Tomashevsky (2701), no solo por los 100 movimientos realizados, sino, especialmente, por el tiempo consumido. El cotejo se extendió por más de ¡siete horas! El cubano tuvo la victoria a su alcance—aunque el camino parecía menos claro que ante Kasimdzhanov—; sin embargo, el final de dama, torre y tres peones para cada banco también concluyó con la división del punto.
Lo peor ocurrió en la tercera ronda. En su primera partida con negras, Leinier enfrentó la Apertura peón dama, propuesta por el ruso Sergei Karjakin. El cubano aseguró en la conferencia de prensa posterior que no salió bien parado de la apertura; pero sobre el tablero existía igualdad. Entonces apareció el principal enemigo de Domínguez: el tiempo. En el Grand Prix, los participantes reciben dos horas para completar 40 jugadas, sin incremento de segundos por movimiento.
Karjakin notó los apuros de Domínguez y se lanzó de lleno, con 31.c4. El cubano tomó el peón de d4, con el caballo y allí empezó a desmoronarse su posición. El ruso cambió las piezas y centró sus esfuerzos en el peón libre por la columna “h”. Dos nuevas imprecisiones de Leinier lo hundieron totalmente y, ante la imposibilidad de detener la coronación, las negras rindieron su rey. Karjakin siempre ha sido uno de los rivales más complejos para Domínguez: en partidas clásicas, el balance favorece al ruso por tres a cero y cuatro tablas.
Con un punto de tres posibles, Domínguez ocupa la décima plaza, entre doce competidores y su ELO en vivo ha descendido en seis puntos, hasta los 2745, con los que aparece ubicado en el decimoséptimo escaño del ranking mundial. En la cuarta jornada, Leinier llevará las blancas frente al líder del certamen, el israelí Boris Gelfand (2748).
Otro jugador con serios problemas para controlar el tiempo es el ruso Alexander Grischuk quien, desconsolado, vio cómo, en una posición igualada, su reloj llegaba a cero, en su enfrenamiento contra Gelfand. Las cuatro partidas restantes de la tercera fecha finalizaron en tablas.
Fabiano Caruana comenzó impetuoso en Bakú; pero en sus dos duelos más recientes dejó escapar posiciones ganadoras. Hikaru Nakamura reconoció su suerte al obtener al menos medio punto de su duelo contra el italiano. Además, compartieron la unidad Tomashevsky vs. Kasimdzhanov; Radjabov vs. Svidler y Mamedyarov vs. Andreikin.
Después de tres rondas, Gelfand lidera en solitario, 2,5 puntos. Detrás marchan Caruana, Nakamura y Svidler, 2. Del quinto al octavo se ubican Radjabov, Kasimdzhanov, Tomashevsky y Karjakin, 1,5. Luego, del 9 al 11, aparece Leinier junto a Grischuk y Mamedyarov, 1 y cierra la tabla Andreikin, con apenas media unidad.
Bandera roja para Leinier Domínguez
El Gran Maestro cubano ha tenido problemas para controlar el reloj y esto influyó en su revés ante Sergey Karjakin…
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