Los dos equipos cubanos que intervinieron en la Olimpiada mundial de ajedrez, celebrada en Tromso, Noruega, tuvieron actuaciones muy diferentes. La selección que jugó en el torneo Abierto repitió su mejor lugar histórico, al concluir en el séptimo puesto; mientras, las mujeres quedaron muy lejos de los pronósticos, porque se ubicaron en la trigésima posición.
Entre los hombres, Isán Ortiz y Lázaro Bruzón fueron los jugadores más destacados. Antes de que se moviera la primera pieza en la ciudad noruega existían muchas dudas sobre el nivel con que llegaban estos dos ajedrecistas, por sus pobres resultados en certámenes recientes; sin embargo, en momentos de tensión obtuvieron victorias decisivas.
Bruzón logró 8 puntos en las 11 partidas—nunca descansó, al igual que Domínguez—y agregó 15 unidades a su ELO de 2664 puntos. Entre sus seis victorias sobresalieron las obtenidas sobre el israelí MaximRodshtein (2671) y el inglés Gawain Jones (2665). Ortiz estuvo hasta la última ronda como el mejor cuarto tablero; pero las tablas en el adiós lo dejaron con la medalla de plata, al totalizar 6 puntos en 8 cotejos.
El holguinero agregó 16,8 unidades a su coeficiente y sus victorias más importantes fueron ante el indio Babu M.R. Lalith (2565), el israelí Emil Sutovsky (2624) y el búlgaro Krasimir Rusev(2548). De esta forma, Ortiz se convirtió en el cuarto cubano en ganar una medalla en una Olimpiada y el primero en recibir una presea de plata. Anteriormente, José Raúl Capablanca, en 1939, y Reinaldo Vera, en 1998, habían conquistado el oro y Silvino García mereció el bronce, en 1978.
Después de su participación en el Memorial Capablanca, en La Habana, Leinier Domínguez tomó un largo descanso de más de dos meses. Quizás este prolongado período de inactividad haya afectado en algo su juego. En Tromso, Domínguez enfrentó, como primer tablero, a los rivales más complicados, ante los que logró 6,5 puntos, en 11 partidas.
Su mejor momento, sin dudas, ocurrió en el match ante Azerbaiyán, cuando superó a ShakhriyarMamedyarov(2743) y su punto más bajo fue el revés contra el búlgaro VeselinTopalov (2772) quien jugó un torneo espectacular y obtuvo la medalla de oro. En total, Leinier cedió 5,2 puntos ELO y descendió hasta el decimocuarto escaño en el listado mundial en vivo, con un coeficiente de 2754,8 unidades.
En el tercer tablero, Yuniesky Quesada hizo 5,5 en 10 partidas y su estoica defensa en la partida final, contra el inglés David Howell (2650), le permitió a Cuba ganar el match conclusivo. Por último, Yuri González tuvo un excelente debut olímpico: 3,5 en las 4 partidas jugadas.
Cuba ganó 7 matches, igualó dos y cedió en dos ocasiones—frente a Azerbaiyán y Bulgaria—y totalizó 16 puntos. De las 44 partidas efectuadas, los cubanos ganaron 20, entablaron 19 y solo cedieron en 5 oportunidades. El séptimo lugar en la tabla final del posiciones igualó el mejor resultado histórico de una selección nacional, pues antes, en la edición de NoviSad, 1990 y en Calviá, 2004 elequipo nacional había concluido en ese mismo escaño.
LAS CUBANAS DECEPCIONARON
En Tromso, la actuación de la selección femenina cubana fue decepcionante. De seguro nadie esperaba que se repitiera el cuarto lugar obtenido en Khanty-Mansiysk, en 2010; pero tampoco que el equipo concluyera en la trigésima posición, con solo 13 puntos.
La primera parte de la Olimpiada pudiera considerarse aceptable para el equipo, capitaneado por el Gran Maestro Román Hernández. Las cubanas ganaron cuatro de los cinco primeros matches; aunque los triunfos sobre croatas y checas fueron por la mínima (2.5-1.5), gracias a las victorias logradas por Maritza Arribas, en el cuarto tablero.
A partir de allí comenzaron los problemas, porque las chicas perdieron dos de los siguientes tres matches—frente a Alemania y Uzbekistán—, por lo que retrocedieron muchísimo en la tabla. Un amplio triunfo sobre Argelia en la penúltima ronda dio algunas esperanzas; sin embargo, el empate contra Suecia, en el adiós, las dejó en el puesto 30.
De las cinco integrantes del equipo, cuatro perdieron ELO. La peor parte la llevó la tunera Yaniet Marrero—medallista de oro cuatro años atrás—quien cedió 32,8 unidades, al perder tres partidas; mientras, Yanira Vigoa no lució bien en su debut olímpico, al obtener 5,5 unidades en 9 partidas y perdió 11,2 puntos en su coeficiente.
En el primer tablero, Lisandra Ordaz (5,5 de 10) dejó 7,4 puntos y Sulennis Piña (5,5 de 9) también quedó con números negativos (-0,4). La veterana Maritza Arribas, en su decimotercera Olimpiada, fue la más destacada de la selección, al totalizar 5 puntos en 7 partidas.
CHINA, LA MAYOR SORPRESA OLÍMPICA
La gran sorpresa del torneo Abierto en Tromso fue el equipo chino. Los asiáticos se presentaron sin su principal figura, Wang Hao (2730); pero una vez más quedó demostrado que en la Olimpiada es imprescindible que todos los integrantes tengan un desempeño muy parejo. Los chinos—Wang Yue, DingLiren, YuYangyi, Ni Hua y WeiYi— terminaron invictos, con 20 puntos, dos por encima de Hungría y la India, una selección que tampoco presentó a sus dos mejores ajedrecistas (ViswanathanAnand y PentalaHarikrishna).
En la selección húngara jugó, por última vez, Judit Polgar, reconocida como la ajedrecista más completa de todos los tiempos. Tras 25 años frente a los tableros, Polgar decidió retirarse de la práctica activa del ajedrez. Lástima que nunca se produjera el tan esperado match entre ella y la actual campeona, la china HouYifan.
Los rusos volvieron a decepcionar. Este equipo presentó nuevamente el mayor ELO promedio del torneo; sin embargo, concluyó en el cuarto lugar; mientras, los armenios, campeones en tres de las últimas cinco versiones de la Olimpiada, finalizaron en la octava plaza, por detrás de los cubanos.
El actual titular del orbe, el noruego Magnus Carlsen, no pudo brillar ante sus fanáticos y “solo” logró 6 puntos en las 9 partidas y su ELO descendió en 7 unidades, aunque con 2870 continúa como amplísimo líder del ranking mundial.
En el torneo femenino, el equipo de la polémica, Rusia—la tardía inscripción de la ucraniana, ahora rusa, KaterynaLagno, casi provoca la cancelación del evento—ganó con dos puntos de ventaja sobre China y Ucrania, ocupantes de la segunda y tercera posición respectivamente.
La Olimpiada tuvo un final dramático, no solo por la tensión de los encuentros de la última fecha, sino, especialmente, por la muerte del jugador KurtMeier, de 67 años, de origen suizo, quien representó a Seychelles. En la parte conclusiva de su duelo frente al ruandés Alain Niyibizi, Meier sufrió un infarto y falleció en la sala de juego. Este hecho conmovió al mundo del ajedrez.
Otro momento importante vivido en Tromso fue la elección del presidente de la Federación Internacional para los próximos cuatro años. KirsanIllyumzhinov, titular de la organización desde 1995, volvió a ser reelecto, tras superar por una holgada diferencia (110 votos contra 69) a su rival, GarryKasparov.
La próxima Olimpiada será organizada por Bakú, la capital azerí, en 2016.
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