Adán Armando Martínez Calzado es un balonmanista de 23 añosque ama su profesión. Es un enamorado de la portería en cualquier deporte, y aún más en el suyo.
Estuvo como portero suplente en el equipo que ganó la medalla de plata en el Campeonato Mundial para Naciones Emergentes en Georgia 2019. Allí, debido a la espectacular actuación de Magnol Suárez, no tuvo muchos minutos pero supo aprovecharlos. Paró para un cincuenta por ciento que lo situaron en el segundo lugar entre todos los cancerberos. Hace unos días se convirtió en el tercer portero cubano firmado para una liga europea.
Sobre su carrera deportiva conversó con Cubahora.
—¿Cómo comenzaste en este deporte?
—Como casi todos los cubanos, jugaba pelota. Desde primero hasta quinto grado fui pelotero. En séptimo comienzo en el balonmano como interior, pero cogía muchos golpes. Y dije: quiero ser portero como mi papá.
—Pero en esa posición se cogen también muchos pelotazos…
—Sí, pero los buscas tú. Además, el entrenamiento de los porteros es muy dinámico. Hay que trabajar en mayor medida la explosividad, la velocidad de reacción. Y es una posición que me fascina. No solo en el balonmano, sino en todos los deportes que tienen porteros.
—¿Qué representó para ti participar como compañero de posición de Magnol Suárez en el Mundial de Naciones Emergentes?
—Fue una gran experiencia. Magnol prácticamente nos llevó a la final porque fue el MVP en varios partidos. Le aportó mucho a nuestro equipo con paradas importantes. Acompañarlo en el mundial fue muy importante para mí. Y un gran reto sustituirlo en algunos partidos, por el excelente nivel que mostró en el torneo.
—¿Cuánto puede aportarte este contrato con el Sporting de Portugal?
—Estamos muy contentos. Todos tenemos metas y vemos cómo paso a paso comienzan a cumplirse. En mi caso soy un portero joven. Esta es una posición longeva, y este contrato me da la oportunidad de irme superando poco a poco. Y es lo mejor que puede pasarnos, para apoyar después a nuestra selección nacional.
—Eres el tercer portero contratado por Cuba. Parece una posición garantizada. ¿Cómo es tu relación con Magnol Suárez y con Alejandro Romero?
—Con mis otros dos compañeros mantengo una buena relación. Antes de que fueran contratados compartí vestuario con ellos. Alejandro es habanero, igual que yo, por lo que compartimos varios torneos nacionales. A Magnol lo conocí en el Cerro Pelado, y hemos mantenido una buena relación. Ellos me han ayudado mucho, sobre todo cuando han venido desde Europa a las concentraciones para los Centroamericanos y Panamericanos. Uno va tomando los consejos positivos que te dan sobre la posición, la colocación para las jugadas.
—¿Ídolos?
—Mi mayor ídolo es mi papá, quien fue portero de la época dorada del balonmano cubano. Gracias a sus consejos he mejorado mucho. En el mundo, curiosamente, no es un portero de balonmano, sino el tico Keylor Navas que es de fútbol, pero siempre lo he admirado. Y entre los porteros internacionales de balonmano, Thierry Omellers, quien fue portero de Francia muchos años, y uno de los mejores de todos los tiempos.
—¿Cómo ves el futuro de Cuba en este deporte?
—Tenemos un equipo competitivo. Con varios jugadores en ligas foráneas: Vamos a intentar la clasificación olímpica. La disposición la tenemos, y con mucha entrega es un reto posible.
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