El 17 de enero es un día histórico para Las Tunas y su gente. Llegar a la cima de la pelota cubana cuando se ha estado por tanto tiempo en el sótano del campeonato doméstico es, cuando menos, motivo de júbilo. Aquellas jornadas de 2019 quedan como testigos de cómo puede llegar a vibrar de forma espontánea toda una provincia. El recuerdo de aquellos días yace en el imaginario popular de tal forma que aún estremece.
István Ojeda Bello es uno de los tantos seres humanos que guarda con orgullo esos momentos. Desde su rol como reportero del Periódico 26, estuvo a pie de obra en cada una de las presentaciones de aquellos leñadores que desandaron la isla con sed de resurrección y convicción sobre el triunfo.
István se siente un ser humano afortunado; un aficionado que ha tenido el privilegio de vivir de cerca los grandes momentos del béisbol tunero. Su trabajo le puso en el ojo del huracán y hoy buena parte de la memoria gráfica de las épicas contiendas de los Leñadores de Las Tunas lleva su firma, como también guarda en su corazón el eco de la victoria.
“Ese día es, junto al nacimiento de mi hija, uno de los días más felices de mi vida. Y me atrevo a afirmar que somos miles los que lo sentimos así. No se recuerda en esta provincia una manifestación de júbilo tan grande como las que se vivieron aquí en la noche del 17 de enero de 2019 y en la jornada del 18 cuando se produjo el recibimiento” – me cuenta mientras observa la foto que guarda como reliquia personal del triunfo tunero.
El triunfo trasciende lo deportivo y se sostiene como un halo de esperanza. Es uno de esos hechos que nos recuerda que las cosas buenas también pasan en aquellos sitios donde la gente no pierde la fe y lucha hacer posible, lo imposible.
“Yo siempre le he dicho a todos, y lo he dicho en varios espacios, que el triunfo también realzó la existencia de esta provincia. El triunfo de la pelota puso a Las Tunas en el mapa de muchas personas en Cuba. Fíjate que yo estoy seguro de que muchas personas tomaron conciencia real de que existe en Cuba, una provincia con este nombre gracias a la victoria en el béisbol y a lo que hizo el equipo de pelota.
Foto: Cortesía del entrevistado
Y eso reconforta. Porque demuestra que si se puede. Israel Rojas el líder de Buena Fé hablaba precisamente de esto en su muro de Facebook por esos días, porque lo sentía en su piel, por el aquello de ver cómo era posible vencer pese a ser una provincia pequeña y poco desarrollada. – rememora István.
- ¿Dudaste en algún momento del triunfo de los leñadores?
- Pues sí, si dudé. Ten en cuenta que esta victoria viene precedida de la derrota en la final del 2018. Fíjate que yo veo el campeonato como la concatenación de esas dos series, la del subtítulo y la del título. ¡Es que no se puede ver la victoria sin pensar en lo que pasó el año anterior! Son episodios conectados por la historia, que también forjaron el carácter del equipo.
Que en 2018 ellos hayan estado tan cerca, a una carrera, a un batazo del título era un arma de doble filo, porque podía haber calado y que no fueran capaces de levantarse de esa desilusión, pero fue todo lo contrario.
Somos una provincia pequeña, desacostumbrada por completo a ver a su equipo ganar. Conforme pasaban los días era inevitable cuestionarse si era cierto, pellizcarte y buscar certezas ante el sueño que se construía.
Encima, los partidos se ponían tensos, ese mismo juego final ante Villa Clara se complicó en el noveno ining y era inevitable no dudar, incluso, hasta el último momento.
- Si tuvieras que escoger un momento de esa campaña por el título ¿Cuál sería?
- Es difícil encontrar un punto de mayor significación porque el torneo en si recoge todos los momentos que nos guían hasta la victoria que fue el punto climax. Sin embargo, podría destacar ese jonrón de Jorge Yhonson en el octavo ining del quinto juego de la final. A veces nos centramos en hombres y nombres, hechos y casos, pero las circunstancias y la suerte siempre tendrán un papel fundamental en cada conquista.
Ese mismo batazo llega después de una jugada que se rectifica gracias al replay. Personalmente el cuadrangular me produjo regocijo porque yo estaba pensando en que sucediera.
El juego estaba 5x4 y yo pensé, bueno un batazo de Yhonson ahora pone el juego….y ahí me quedé y no terminé el pensamiento por el temor ese que cargamos de que si contamos las cosas buenas pues no se dan, ..y Yhonson le pega, la llenó como decimos, y aún ahí, con la pelota en el aire yo volví a dudar, y pensé que podría irse de foul, desde su condición de zurdo que había halado para su mano. Pero la pelota se fue de jonrón, y justo ahí, yo creí que era posible, que el campeonato era posible.
Ojeda Bello guarda un recuerdo particular de la serie del campeonato. Una foto constituye su reliquia personal, que le hace recordar a diario la epopeya. Una imagen del triunfo, que colgó allí, en la sala de su casa, justo al lado de los diplomas que le honran como ganador del premio de Periodismo Juan Gualberto Gómez.
La foto es también la expresión de esa conexión entre uno y otro campeonato de la que te hablaba. Esa foto viene precedida de una que hice durante la final de 2018.
No se si recuerdan el intento de robo de Yosvani Alarcón y cuando es puesto out se queda tendido, lesionado incluso, y se observa a un jugador que sucumbe ante el momento como un barco a la deriva. Yo recordé a Buena Fé y ese tema que cuenta que el naufragio se parece al capitán, porque al caer el capitán caía el equipo junto con él.
Foto: Cortesía del entrevistado
La foto también es el recuerdo de uno de los más felices de mi vida, no solo por lo que sentíamos sino por lo que veíamos que sucedía a nuestro alrededor. No ha habido una expresión de júbilo tan grande como la vivida en esos días. De una manifestación tan espontánea. Yo hice muchas fotos, tenía muchas imágenes, pero entonces llegó ese momento en la Plaza de la Revolución Vicente García, mientras esperábamos por los peloteros que llegaran allí para ofrendar el título a pueblo.
Justo en ese momento en que Yosvani (Alarcón) viene llegando y levanta el trofeo, yo hago la foto y quedo prendido de ella.
Es mi imagen de la victoria porque muestra que si se pudo. La foto está en casa, no la he usado en casi nada, pero es mi impronta particular de la Victoria de Las Tunas
- Arranca la serie 61. ¿Otro año de podio para los leñadores?
- No soy ni de lejos un analista de beisbol. Soy un aficionado al que su trabajo le ha brindado el privilegio de estar cerca de los acontecimientos del béisbol en las Tunas. Gracias a eso he podido graficar los momentos.
No sabría decirte qué haremos, pero este equipo se ha ganado el respeto y ha cultivado la voluntad de ganar. Siempre lo veremos como un equipo que es capaz, porque sabemos qué es posible, lo hemos hecho y para todos los implicados eso es un plus.
Ya son cuatro años desde la victoria y cada día alguien la recuerda; el título conserva su significado. Y es que es una victoria tan necesaria como el oxígeno mismo. Un triunfo sobre el que también ha reposado el presente y el futuro de esta provincia, muchas veces, olvidada. Es un acto de resurrección, la muestra fehaciente de que en la vida tenemos derecho a todo, menos a renunciar, y perder la fe y la esperanza.
Foto: Cortesía del entrevistado
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