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jueves, 31 de octubre de 2024

USA-Iran: Nada de nada

Washington sigue dando largas a su pretendido regreso al pacto nuclear iraní...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 22/11/2021
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Trump anunció retirada-eu-acuerdo nuclear con Irán
Donald Trump retiró unilateralmente a los Esta-dos Unidos del pacto nuclear con Irán… y Bi-den sigue de brazos cruzados. (Tomada de actualidad.rt).

La política externa de la actual administración norteamericana semeja la del capitán de un buque que dice navegar mediante la aplicación de todas las medidas de respeto al tráfico marítimo, y sin embargo timonea a capricho, hostiliza a toda nave que la parezca, desecha y subvalora las cartas náuticas, y suscribe similares violaciones de su díscola tripulación.

Y es que desde los días de su imposición como candidato demócrata y de su rugosa campaña electoral, venimos oyendo de Joe Biden que recompondría todos los entuertos globales  de Donald Trump, el conservador con reputación de elefante en cristalería que puso de cabeza cuanto se le ocurrió en materia de relaciones y tratados mundiales suscritos por USA.

No obstante, bien pasado tiempo de su gestión, Biden mantiene en píe casi todos los aberrados dislates internacionales de su antecesor, y sostiene los puntales agresivos, injerencistas, hostiles y hegemonistas del trastocado magnate inmobiliario.

Y es que, ni su país se ha dispuesto estratégicamente a cultivar relaciones globales basadas en el respeto a los demás, ni se cansa de elaborar obstáculos para evitar precisamente una armonía universal que beneficie a todos, incluso en medio de la inédita y amarga experiencia de la planetaria pandemia de la Covid 19.

De manera que la hoja oficial norteamericana mantiene pendientes el llevado y traído “arreglo de los vínculos con Cuba”; el frenar los peligros de confrontación militar y nuclear para conseguir los objetivos supremacistas gringos, establecer vínculos creativos y serios con China y Rusia, tratar a sus socios europeos como iguales, o devolverse al seno del Pacto nuclear con Irán que costó largos años de discusiones y elaboración y del que Trump dio baja unilateralmente a la primera potencia capitalista en 2018.

Y precisamente por estos días, Viena vuelve a dar vida a la ya prolongada serie de reuniones de que viene siendo sede para tratar un posible retorno de Washington al denominado oficialmente Plan integral de Acción Conjunta, PIAC, luego de un receso de tres meses por la realización de elecciones presidenciales en Irán.

En  sesiones anteriores Irán y las naciones que más decididamente le apoyan, han reiterado que una vuelta norteamericana solo será aceptada por Teherán, y con toda justicia, si Washington cesa, en primerísima instancia, las numerosas sanciones que en los más disímiles aspectos le impuso Donald Trump para intentar doblegar al gobierno persa a reescribir un tratado a la medida de las pretensiones de la Casa Blanca.

Como se recuerda, el mandatario republicano calificó (algo habitual en su jerga) de malo, negativo y  errado el protocolo suscrito en 2015 por los propios Estados Unidos, Irán, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania, y que regulaba el programa nuclear iraní para el uso pacífico de la energía atómica.

Entonces el prepotente estadista gringo pretendía alterar las cláusulas originales para adoptar términos injerencistas en su trato con la República Islámica, e incluir en un “nuevo acuerdo” el desarrollo de misiles militares defensivos por Teherán, un aspecto que alarma sobremanera al Israel sionista, socio predilecto de USA en Oriente Medio, y poseedor de cuantiosos arsenales atómicos nunca declarados a los organismos internacionales competentes sin que ello altere una pizca a Washington y sus comparsas occidentales.

Biden, que como ya decíamos, afirmó que volvería atrás todo el desorden trumpista una vez instalado en la Casa Blanca, ha preferido dar largas a este y otros líos, y en el caso de Teherán mantiene y hasta suma nuevos “castigos” a la nación persa, con la retorcida idea de que las presiones obliguen al adversario  a apegarse, justamente, a las asimétricas y burdas exigencias heredadas de su antecesor.

Irán lo ha dicho muchas veces, y acaba de reiterarlo hace apenas horas en la voz del portavoz de la Cancillería iraní, Said Jatibzade, quien indicó en rueda de prensa que el levantamiento efectivo y verificable de las sanciones impuestas contra su país tras la salida norteamericana del acuerdo nuclear, es la condición invariable para devolverle efectividad al PIAC en el menor tiempo posible.

Por demás el funcionario comentó que sin dudas se trata de un proceso complicado, toda vez que el comportamiento de Biden hasta hoy crea seria desconfianza y deja mucho que desear en materia de credibilidad en torno a su gestión y sus propósitos.

La pelota, por tanto, sigue en el campo de Washington y mientras, del otro lado, todas las cartas siguen claras y sobre la mesa.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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