La telaraña tejida por el fujimorismo en Perú salió de nuevo a la luz cuando quedó al descubierto la trama que desde la cárcel llevó a efecto el exasesor del dictador Alberto Fujimori, Vladimiro Ilich Montesinos, quien trabajó en las sombras para impedir que el presidente electo, Pedro Castillo, asuma el gobierno el próximo día 28.
Montesinos, jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) de Fujimori, fue condenado a 22 años de cárcel por un tribunal que lo consideró responsable de la desaparición forzada de tres personas en el año 1993, robo, corrupción y otros delitos. Fue capturado en Venezuela, adonde huyó luego de la renuncia de su jefe y su fuga a Japón, cuya ciudadanía ostenta.
Montesinos se encuentra preso desde el año 2001 y ahora vuelve a la palestra pública tras descubrirse varias conversaciones en audio desde la cárcel, tanto desde un teléfono fijo como de tres números de celulares, en las que quedan demostradas sus eventuales conexiones con la embajada de Estados Unidos (EE.UU.) sus presuntos contactos en Washington y su plan para situar en la presidencia a la perdedora Keiko, acusada de lavado de dinero y para quien la fiscalía solicita una pena de 30 años de cárcel.
La idea del exasesor, denunciado por uno de sus supuestos cómplices en el plan, era pagarle un soborno de tres millones de dólares a igual número de miembros del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), para entregarle supuestas pruebas de fraude a la legación diplomática estadounidense.
Como resultado de las elecciones, ganadas por el profesor y dirigente sindical Castillo contra la hija del exmandatario por 40 000 votos de diferencia, Montesinos, el artífice de la gigantesca red de corrupción que se instaló en el aparato estatal durante el mandato de Fujimori, conspiró desde la cárcel contra el resultado del balotaje, celebrado el pasado 6 de junio, apoyando a la derechista, que no acepta su derrota y cada día inventa nuevos pretextos para evitar la asunción de su rival.
Los audios y videos que demuestran cómo el exasesor, encarcelado en una prisión de máxima seguridad de la base naval del Callao, pudo escalar su plan contra Castillo, fueron presentados por el exministro y excongresista Fernando Olivera, del partido Frente de la Esperanza, en conferencia de prensa silenciada por grandes medios.
De acuerdo con las pruebas presentadas, Montesinos habló en dos ocasiones (los días 10 y 23 de junio) al retirado coronel del Ejército Pedro Rejas Tataje, amigo del exdictador, quien grabó y entregó los audios a Olivera.
Sin embargo, el portal periodístico IDL-Reporteros confirmó que hubo 17 intercambios de telefonemas entre el 2 y el 24 del pasado mes. Se presentaron también conversaciones entre Rejas y Guillermo Sendón, indicado como operador del exasesor en las grabaciones, quien reconoció su participación, pero afirmó que “solo para seguir el juego”.
Montesinos, según pruebas confirmadas, armó el complot contra Castillo y dirigió a Keiko desde la primera vuelta.
Rejas Tataje conversó con dos altos oficiales de la Armada, quienes se percataron del peligro de la intromisión en el actual contexto político de uno de los hombres más expoderoso de Perú.
Lo que quería el encarcelado delincuente era poner a Keiko en el Palacio de Nariño como presidenta para ganarse la salida de la cárcel, tal como ella prometió hacer con su padre, si ganaba el cargo.
Dos elementos pusieron en alerta al excoronel: la certeza, porque lo vio personalmente, de los vínculos que Montesinos sostenía con Kenji Fujimori, el hermano de Keiko, para hacerle llegar a una segunda vuelta.
Según sus declaraciones, pudo visitar a una persona que controlaba un centro de cómputo en La Molina, desde donde se emitían millones de mensajes por redes sociales a favor de la campaña fujimorista, y luego lo contactó con su cuñado Fernando Marino Panduro, quien le dio un documento (hecho llegar a través de Kenji) para que la candidata lo usara en un debate público con Castillo.
Aunque los veteranos consultados por Rejas decidieron hacer público el complot, estimaron prudente que lo hiciera Olivera, recordado por los peruanos por difundir el primer “vladivideo” que evidenció la corrupción del fujimorismo.
Rejas mostró el teléfono celular en el que recibía las llamadas de Montesinos. Cada día, dijo, se hicieron más frecuentes después de la primera vuelta presidencial y aseguró que se comunicaba desde otros tres teléfonos móviles, identificados como “Víctor May”, “V. Monterola” y “V. May Luis Torres”.
El encarcelado represor se comunicó por primera vez con el oficial en retiro, allegado a Alberto Fujimori, en 2012, con quien le pidió establecer contacto, pero el antiguo dictador se negó. Continuó, no obstante, la relación entre Rejas y Montesinos.
En marzo de este año, el exjefe del SIN hizo contacto de nuevo con su amigo desde uno de los tres celulares que manejaba. Le dio órdenes precisas y nombres y le reiteró, según la grabación que “es necesario que Keiko pase a segunda vuelta y meta a 30 o 35 congresistas por lo menos”.
En su visita al centro desde donde se emitía una campaña subversiva contra Castillo a través de las redes sociales, Rejas comprobó que había más de 100 personas trabajando. El encargado del lugar, llamado Carlos, le explicó que ellos ponían los equipos y el personal y que él solo tenía que pagar al personal. “Me dijo textualmente que el objetivo era posicionar a la chica en segunda vuelta y ellos harían el resto”, precisó el antiguo militar,. Una parte del complot ponderaba la posición izquierdista de Castillo y su partido Perú Libre.
El 19 de abril, el evidente verdadero jefe de campaña de la Fujimori ordenó que esta distribuyera bonos de comida y diera dinero a la gente durante una invasión de terrenos en Lomo de Corvina. Ella, precisó, tiene que hacerse noticia.
El resultado adverso de la votación a la ultraderechista cambió el sentido de las conversaciones entre Rejas y Montesinos, cuando este solicitó el pago de sobornos a tres miembros del JNE y el antiguo militar decidió grabarlo todo al convencerse de que era cómplice de un complot ilícito y prohibido.
En ese audio se escucha la voz del sicario diciendo que había que “ponerle gasolina” (dinero) a los magistrados del JNE para que admitiesen todos los recursos de anulación de votos presentados por Keiko para demorar la proclamación del ganador. Fueron más de 200 000 para ser analizados por cinco del JNE, segunda instancia electoral.
También, según se estima tras un análisis de la grabación del 23 de junio a las 16:30 (hora local) debían alentar un pronunciamiento del gobierno de EE.UU. ante un presunto fraude electoral, basándose en pruebas que serían entregadas por el esposo de Keiko, Mark Vito Villanella, señalado como el “gringo” en el audio.
La denuncia contra el antiguo jefe del SIN no solo lo pondrá de nuevo ante la Fiscalía, sino que ensució la imagen de la Armada peruana, cuerpo encargado de controlar la prisión supuestamente supersegura de Perú.
Las comunicaciones hechas desde ese lugar demuestran que Montesinos tiene cómplices internos que le permiten usar los celulares.
La figura de Montesinos siempre revolotea en la política interna del país andino, ya que en 2016 también le encontraron un teléfono móvil desde el que conversó con personeros fujimoristas pocos días antes de la segunda vuelta presidencial entre el exmandatario Pedro Pablo Kuczynski y Keiko, quien por segunda vez perdió la presidencia.
Analistas llaman la atención sobre el hecho de que más de un millar de militares en retiro, en especial de la Marina de Guerra, firmaran un documento dirigido al alto mando de las Fuerzas Armadas sobre un supuesto fraude electoral, que distintos medios políticos califican de preparativos de un golpe de Estado contra el futuro gobierno de Castillo.
Entre los firmantes están los almirantes Jorge Montoya —futuro presidente del Congreso Nacional— y José Cueto, electos congresistas por el ultraconservador partido Renovación Popular.
Ahora, mientras el presidente electo no proclamado anunció que la próxima semana dará a conocer su futuro gabinete, la perdedora Fujimori solicitó una auditoría internacional de los votos, lo que al parecer no prosperará ni siquiera entre posibles aliados, como el gobierno de EE.UU. y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Hace unos días, el régimen de Joseph Biden valoró de transparentes y democráticos los comicios, y la OEA, que tuvo observadores en el proceso, también celebró la transparencia. En términos similares se pronunciaron la Unión Europea y Canadá, presentes en los comicios.
No obstante, varios políticos de derecha viajaron a Washington para pedir una cita en la OEA, entre ellos Jorge Montoya, quienes presentaron ante ese organismo un informe sobre supuestas ilegalidades cometidas en el balotaje y que, aseguran, no fueron detectadas por los invitados.
También un grupo de ciudadanos peruanos residentes en EE.UU. se dirigió a la OEA para rechazar presuntas acciones antidemocráticas en el balotaje.
“Como peruanas y peruanos residentes en el exterior solicitamos una reunión para expresarle nuestra preocupación por la democracia, ahora asediada por sectores de gran poder económico que buscan revertir los resultados de las elecciones presidenciales”, precisan.
Así andan las cosas en Perú, siempre con Montesinos al acecho, aunque hay consenso en distintos sectores respecto a que el JNE debe proclamar presidente a Castillo esta semana.
Carlos
1/7/21 11:55
El Palacio de Nariño es la sede de la presidencia colombiana
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