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lunes, 25 de noviembre de 2024

Pesadilla Made in Rusia

Los pelos se le erizan a Washington y Tel Aviv por el apoyo militar ruso a Siria...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 05/06/2013
1 comentarios
Misiles SS-300
El apoyo ruso a Siria le ha puesto los pelos de punta a los EE.UU e Israel.

Que el secretario norteamericano de estado, John Kerry, haya “alertado” a Moscú que la presencia de misiles S-300 en Siria “desestabiliza la situación en Medio Oriente”, resulta, cuando menos, un pésimo chiste.

No importa que el tono del jefe de la diplomacia estadounidense asumiese aires de gravedad y circunspección. Al fin y al cabo, con similar rostro la Casa Blanca ha hecho más de una barbaridad internacional en su larga historia de agresividad e intervencionismo.

Lo que sucede es que “el derecho de Rusia a suministrar armas a quienes el Kremlin lo estime conveniente”, según reafirmó Moscú, es una prerrogativa que al imperio le incomoda en grado sumo.

Por consiguiente, las afirmaciones del vicecanciller ruso, Serguei Riabkov, de que el despliegue de los SS-300 evitaría una intervención extranjera contra Damasco, no son aceptables, atendibles ni lógicas para los impulsores de la agresión externa contra el pueblo sirio.

Cuerdo y lícito si resulta, según el recetario Made in USA, haber convertido a Israel -bajo el más tupido manto de silencio- en la quinta potencia nuclear del orbe y en el primer receptor mundial de la “ayuda” militar norteamericana al exterior.

Razonable y válido es también haber generado una indefinidida, devastadora y riesgosa guerra “antiterrorista” en Asia Central; desbancado a las autoridades Libias; amenazar perennemente a Irán por su programa nuclear para usos pacíficos; pretender un cambio de régimen en Sira a viva fuerza; y fomentar alianzas injerecistas donde convergen mano a mano las potencias occidentales lideradas por los Estados Unidos, mercenarios pagados por gobiernos árabes  absolutistas, las fuerzas armadas de Israel y sus servicios de inteligencia, y los terroristas de Al Qaeda.

Como “sacrosanta y respetable” ha sido además la decisión oficial gringa de desplegar misiles Patriot  en la frontera turco-siria, y alentar y aplaudir  los bombardeos aéreos sionistas sobre instalaciones científicas y áreas pobladas de un país cuyo pecado es no congeniar con el entreguismo y con los planes imperiales de hacer de Asia Central y Oriente Medio parte de su “mar particular.”

Y es que lo que sucede en el fondo, es que Siria no resulta un pastel fácil de cortar por muchas razones. Hay, en este caso concreto, una nación con tradiciones, historia y conciencia, junto a unas autoridades que han mostrado pericia al hacer política interna y externa, y unas fuerzas armadas cuya lealtad no parece albergar dudas. Todo, junto a una opinión pública internacional que tuvo bastante con el fraude mediático de la “liberación de Libia”.

De manera que cuando John Kerry  y sus aliados sionistas alborotan en torno a los SS-300, en realidad es porque saben que esos potentes medios defensivos (por cierto, Rusia ya posee los SS-500 con trayectoria supra atmosférica) multiplican no solo el poder de un ejército sirio que se va imponiendo sobre las bandas mercenarias pagadas por Occidente, sino que además disminuyen a casi cero la posibilidad de Tel Aviv de aventurarse en nuevos ataques aéreos contra Damasco, y comprometen seriamente el “éxito” de cualquier intentona militar externa bajo banderas “humanitarias” o “pacificadoras”.

De hecho, los llevados y traídos SS-300 clasifican como uno de los más potentes sistemas misilísticos del planeta para la defensa de los espacios aéreo y marítimo.

Según revistas rusas especializadas en el tema y valoraciones de las propias fuentes militares occidentales, estos complejos coheteriles, sus componentes de detección  y dirección de vuelo, su alcance, y su alta movilidad al estar ubicados en vehículos de peso medio, los convierten “en uno de los más efectivos y letales sistemas de defensa que se haya desarrollado, capaz de desplegarse en cinco minutos y de lanzar varios tipos de misiles hipersónicos diseñados para destruir aviones, cohetes crucero y balísticos, barcos de guerra, naves de desembarco anfibio, helicópteros y  buques de vigilancia, todo desde un mismo módulo, porque puede transportar varios tipos de proyectiles sobre el mismo camión de transporte.”

En pocas palabras, que los SS-300 no son precisamente un “regalo adorable” para los que en Siria han apostado por la guerra y la injerencia.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista

Se han publicado 1 comentarios


domezzzz
 13/6/13 13:08

Es que, ya vimos el verdadero guión en Libia de eeuu-ue-israel....dijeron que los iban a liberar y llevarles urnas democráticas. ¿Y cómo lo hicieron?. Pues, "liberando de la vida" a los libios, para luego meterlos en urnas....funerarias...

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