Por Víctor Reyes Parra
Uno de los cambios más significativos es que se eliminan las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, conocido por sus iniciales como PASO. Este sistema existe formalmente desde el 2019 como parte de la reforma política impulsada entonces, pero nunca llegó a ser aplicado por sucesivas exoneraciones dispuestas por el Congreso.
La propuesta fue sustentada ante el pleno por Martha Moyano (Fuerza Popular), presidenta la Comisión de Constitución, grupo que había dado luz verde a la iniciativa a fines de noviembre. Por entonces, especialistas habían advertido que los cambios golpeaban la reforma política y favorecían a las cúpulas partidarias.
No obstante, desde el fujimorismo sostuvieron que el objetivo de la iniciativa era “fortalacer” a los partidos políticos. Durante el debate en el pleno, hubo dos intentos para que el proyecto vuelva a la Comisión de Constitución y para que pase antes por la Comisión de Justicia. Sin embargo, la mayoría votó en contra en ambas ocasiones
Martha Moyano accedió a hacer algunos cambios sugeridos durante el debate, como reducir al 10% el número de electores inscritos que deben votar válidamente en las elecciones internas, pero las principales reformas se mantuvieron. “Lo que tenemos que hacer es seguir fortaleciendo los partidos”, afirmó.
Con el apoyo de Fuerza Popular (22), APP (10), Renovación Popular (8), Avanza País (8), Acción Popular (6), Somos Perú (5), Podemos Perú (5), Unidad y Diálogo (1), Perú Bicentenario (1) y los no agrupadados que fueron de Acción Popular (8), la propuesta fue aprobada con 74 votos.
De los partidos que marcaron en verde, al menos Fuerza Popular, APP, Podemos y Somos Perú están marcados por el fuerte liderazgo de cúpulas partidarias: las de Keiko Fujimori, César Acuña, José Luna Gálvez y Patricia Li, respectivamente. Fujimori, en particular, lleva tres candidaturas presidenciales consecutivas, mientras que Acuña suma dos.
La propuesta logró luego superar los 78 votos requeridos y logró 80 apoyos para poder ser exonerada de segunda votación. Esto se pudo gracias al súbito apoyo de Perú Libre, que había votado en abstención minutos antes. Ese partido está marcado por el liderazgo de la cúpula liderada por el prófugo Vladimir Cerrón.
Los principales cambios
La reforma para las PASO fue aprobada en el 2019. Bajo este sistema, la ciudadanía estaba obligada a votar en las elecciones primarias del partido de su preferencia, sin la necesidad de estar afiliado a este, para definir a los candidatos para presidente, congresistas, gobernadores y alcaldes.
Las PASO también servían como un filtro respecto a los partidos inscritos, que actualmente son 25: solo aquellos agrupaciones que obtenían una votación superior al 1.5% de votos válidos podían seguir en contienda y participar en la elección general. En el caso de alianzas, se sumaba 0.5% por partido.
Con lo aprobado por el Congreso, todo eso ha quedado sin efecto. La reforma plantea que cada partido político puede elegir entre tres opciones para realizar sus elecciones internas:
-Elecciones voluntarias entre todos los afiliados a un partido y los ciudadanos que, no siendo afiliados, se inscribran como electores ante la agrupación política
-Elecciones voluntarias solo entre los afiliados
-Elecciones a través de delegados, los cuales son previamente elegidos por los afiliados de acuerdo con las normas internas de cada partido.
En los dos primeros casos, se puso como requisito que solo pueden seguir en contienda los partido que obtienen el 10% de votos válidos del total de electores de su padrón de afiliados. En el tercer caso, el 10% de votos válidos de los delegados.
“No estamos eliminando de ninguna manera la participación de un ciudadano que no es militante y que se pretende que vote al interior de un partido por un candidato. Lo va a hacer, pero primero se tiene que registrar en el padrón electoral del propio partido”, sostuvo Martha Moyano antes del voto.
También se establece que las primarias serán para definir a candidatos a presidente y vicepresidentes, elegidos por fórmula; candidatos al Congreso y Parlamento Andino; gobernadores y vicegobernadores por fórmula; consejeros regionales; y alcaldes y regidores.
Otro de los principales cambios está en los requisitos para la inscripción de partidos políticos. Actualmente, uno de ellos es contar un número de afiliados equivalente al 0.1% del padrón electoral. Es decir, unos 25,000 afiliados.
La reforma, sin embargo, ahora añade que se debe tener una “relación de adherentes en número no menor del tres por ciento {3%) de los ciudadanos que sufragaron en las últimas elecciones”. El padrón de las elecciones del 2021 fue de 25 millones 287 mil 954 personas, lo que haría necesario tener más de 758 mil “adherentes” que den su firma al partido.
Las partidos tendrán un plazo de dos años desde que adquiren sus formularios de inscripción para recolectar firmas de adherentes y preentar su solicitud de inscripción al Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Si se detecta fraude en la recolección de firmas, la responsabilidad penal recae “sobre el responsable que el estatuto de la organización política determine, así como en el responsable de la hoja de adherentes”.
En el caso de los movimientos regionales, se agregó como requisito tener el 5% de adherentes de los ciudadanos que votaron en la circunscripción a la que pertenecen.
Por otro lado, también se estableció que no se podrán inscribir las organizaciones “cuyo contenido ideológico, doctrinario o programático promueva la destrucción del estado constitucional de derecho”.
Adicionalmente, se podrá aplicar para la elección de congresistas el “doble voto preferencial opcional, excepto en los distritos electorales donde se elige menos de dos (2) congresistas, en cuyo caso hay un (1) solo voto preferencial opcional”. El voto preferencial había sido dejado de lado con la reforma política y ya no estaba vigente.
Críticas
Para el abogado José Naupari, especialista en temas electorales, las reformas apuntan a favorecer a las cúpulas partidarias ya existentes. “Quieren simplemente cerrar la competencia a la gente que está ahora, a ellos. Dicen que quieren institucionalidad, pero meten el voto preferencial de nuevo”, dijo a El Comercio.
El abogado cuestionó en particular el retorno de la elección por delegados y que sean los propios partidos quiénes definan cómo estos serán elegidos. “Antes tenías a los delegados bajo la modalidad de un militante, un voto. Pero con la redacción actual, el propio partido va a definir, al final del día, quiénes van”, advirtió.
Además, criticó que se haya puesto solo el 10% como tope y que esto se calcule en base a voto válidos en lugar del total de electores hábiles. También cuestionó que se haya agregado la figura del “adherente”: una persona que solo firma el padrón y no tiene participación en la vida del partido, por lo que incluso puede ser adherente de varios partidos.
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