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sábado, 2 de noviembre de 2024

Ojeriza vigente

Tras el actual escenario mesoriental sigue vigente para el hegemonismo la derrota de Siria...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 13/09/2015
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Los esfuerzos imperiales para completar el cuadro de dominio y control sobre Asia Central y Oriente Medio  están lejos de haberse modificado. Se trata de un escenario estratégico en el cerco contra Rusia y China al cual las fuerzas más reaccionarias no renunciarán fácilmente.

Y por estos días la destrucción del incómodo estado sirio independiente vuelve a las primeras páginas, pretextando la ejecución de “acciones radicales y bien intencionadas” en la lucha contra el terrorista Estado Islámico de Irak y el Levante, EIIL, precisamente creado, armado, pagado y entrenado por Washington, sus aliados otanistas, la derecha árabe y el sionismo.

Así, la entidad subversiva y criminal que de buenas a primeras se apoderó de grandes extensiones territoriales y riquezas petroleras, y que sigue vigente en sus actos brutales a pesar de meses de pretendidos ataques aéreos norteamericanos y de sus congéneres, es hoy el subterfugio para intentar a ampliar la injerencia externa en Siria y poner fin al gobierno del presidente Basshar al-Assad.

Al “caldo imperial” se siguen añadiendo, desde luego, renovados condimentos que pretenden timar a la opinión pública, a la vez que establecer nuevos pretextos para justificar acciones militares directas contra suelo sirio.

Es el caso que, de buenas a primera, y gracias al dominio sobre el aparato mediático global, el candente tema de los miles de inmigrantes tercermundistas que pretenden arribar a Europa Occidental se ha convertido en una suerte de exclusiva “tormenta siria”.

Tal como hacen notar analistas de la talla profesional de Thierry Meyssan, apenas un tercio de los refugiados de Medio Oriente que están llegando a suelo europeo provienen de zonas de guerra. De esta porción, veinte por ciento son sirios, siete por ciento afganos y tres por ciento iraquíes. Los dos tercios restantes de la gran cifra total, son individuos y familias que buscan mejores oportunidades de vida y trabajo, es decir, “emigrantes económicos”, según la literatura clásica.

Ello, desde luego, sin desconocer que la injerencia militar extranjera y la acción de sus grupos terroristas crea un escenario de inestabilidad que añade nuevas razones para elevar el número de los que quieren marcharse.

De hecho, cita el propio analista, “desde el inicio de la primavera árabe, en 2011, el número de personas que trata de cruzar el Mediterráneo y de entrar en la Unión Europea ha aumentado considerablemente, sobrepasando incluso el doble de cifras anteriores, y se elevó en 2014 a 626 mil personas.”

Una crisis civil que, sin dudas, se convierte en renovada excusa hegemonista para favorecer pretendidas “acciones humanitarias” que se traducen en ocupación de territorios, acciones subversivas y cambio de autoridades al antojo y conveniencia de los intereses foráneos, como ya sucedió en Iraq y Libia, por solo citar dos ejemplos.

Y en torno a Siria la campaña está en marcha y ya se aprecian los primeros “frutos”.

Mientras naciones como Irán proclaman su intención de favorecer un diálogo no injerencista con todos los interesados para poner coto a los actos agresivos contra Siria, y Rusia por su parte intenta hacer llegar ayuda a Damasco en medio del sabotaje hegemonista a esas acciones humanitarias, desde occidente Gran Bretaña y Francia anunciaron su intención de, al igual que Washington, ejecutar ataques aéreos contra suelo sirio para “reducir a los terrorista del EIIL.”

Tanto el premier inglés, David Cameron, como el presidente galo, Francoise Hollande, indicaron  que lo que ambas naciones desean es “conocer y contrarrestar lo que se prepara contra  nosotros y lo que se hace contra la población siria".

Y mientras tan “pundonorosas” frases recorren los medios globales, no pocos se preguntan porqué en vez de mirar solo a Siria, no se le cortan las manos a quienes desde los Estados Unidos, Europa Occidental, las satrapías árabes e Israel, crearon y mantienen vivas a las entidades extremistas islámicas del corte de Al Qaeda y el EIIL, aún cuando la respuesta es evidente: son cuervos útiles  y su existencia y manutención bien vale el riesgo de algún que otro picotazo a quienes les alimentan.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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