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viernes, 15 de noviembre de 2024

Sigue mal la situación para Piñera

Más de 200 líderes sociales asesinados en primer trimestre de 2020...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 17/07/2020
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Marcha-Colombia-asesinatos
Las organizaciones populares y sociales realizan esta caminata en defensa de los derechos humanos violados por las supuestas fuerzas del orden y grupos paramilitares.

La coalición Chile Vamos, que llevó a Sebastián Piñera al Palacio de La Moneda en su segundo mandato, está hoy fraccionada, lo cual crea un estado de inestabilidad política superior a la que mantuvo en jaque al gobierno derechista cuando el pueblo exigió sus derechos en las calles en octubre pasado.

El ultraderechista Piñera carece de descanso. Su régimen es, en opinión de expertos, un desastre político y socioeconómico. Solo lo salvó de salir por la puerta trasera del Palacio la llegada al país de la pandemia del nuevo coronavirus, pues las principales organizaciones y movimientos sociales del país no le daban ni pretendían darle tregua.

Durante varios meses, las protestas populares pusieron a millares de chilenos en las calles de la mayoría de las ciudades del país exigiendo la redacción de una nueva constitución nacional que rompiera con las estructuras del régimen de Augusto Pinochet, y que el mandatario renunciara de inmediato.

Una represión digna de la dictadura pinochetista fue la respuesta del multimillonario presidente. Miles de chilenos aún permanecen presos por aquellos sucesos, más de 100 perdieron la visión debido a disparos de la gendarmería directo a los ojos, y la gran mayoría fue golpeada, torturada y las mujeres violadas en los cuarteles.

Protegido por la fuerza militar, el presidente no cedió. Hizo promesas que nadie creyó y luego inventó para afianzarse un acuerdo nacional con partidos opositores (esos que siempre andan para donde sopla el viento, menos el Partido Comunista, que no se prestó al juego) para “arreglar”, según sus palabras, la crisis interna que corroe la nación chilena.

Entró la COVID-19 a la nación sin una estructura sanitaria para enfrentarla y las personas buscaron refugio, ante el mal desempeño del régimen en tan aciagos momentos.

Ahora al presidente se lo llevan los diablos, pues le falló uno de los pocos recodos donde afianzarse cuando miembros de su partido en el Congreso Nacional votaron a favor de un proyecto de reforma constitucional que permita a los afiliados de las empresas Aseguradoras de Fondos de Pensiones (AFP) sacar de esas entidades hasta 10 % de sus ahorros para enfrentar la crisis sanitaria y económica del país que un día él llamó “el oasis” de América Latina. Solo que olvidó que estaba asentado sobre un volcán social.

El que sus correligionarios le viraran la espalda en un plan considerado vital para el gobierno agrava la posición del jefe de Estado, cuyos criterios no fueron tomados en cuenta por miembros de su partido Vamos Chile en la Cámara Baja. El pasado jueves, el presidente sostuvo una reunión con sus ministros. El punto en la agenda era el análisis de la derrota sufrida un día antes en la Cámara de Diputados. Lo que pasmó al jefe del gobierno es que los legisladores de derecha de su agrupación apoyaran una moción que él rechaza.

 De acuerdo con Rafael Calcines, corresponsal de Prensa Latina en Chile, Piñera habría expresado a sus ministros que “la situación de Chile Vamos no da para más”, al tiempo que reclamó mayor unidad a los partidos que lo respaldan, llamándolos a “defender nuestras convicciones”, y enfrentar lo que desde La Moneda se califica como “populismo”.

La postura del partido oficialista es una señal del grado de fricción existente en las filas gubernamentales, lo cual puede incluso poner en peligro la estadía del jefe de Estado en el cargo.

Fuentes del órgano legislativo indicaron que en la votación del miércoles, casi 15 diputados de las agrupaciones conservadoras Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional (RN) dieron su voto a favor del proyecto de la oposición o se abstuvieron, lo cual puede desencadenar una actitud similar en el Senado.
Ocho diputados, según esos medios, anunciaron que renunciarían a la bancada, y al menos dos senadores de derecha apoyarán la iniciativa.

Otra sorpresa fue que, aunque la oposición chilena casi siempre está dividida, esta vez actuó en bloque y al menos en la Cámara de Diputados venció a la propuesta gubernamental.

Al parecer, al régimen le quedan pocos opciones para resolver la crisis económica que atraviesa el país, a la que se une la sanitaria, cuando quedó demostrado que el sistema de salud operativo no actuó correctamente ante el avance de la COVID-19.

Aunque considerados por analistas como planes descalabrados, el mandatario cedió el domingo 5 a la insistencia de amplios sectores políticos y anunció un plan de ayuda a la clase media, sin mucho respaldo económico debido a la pandemia y las cuarentenas.

El programa prevé la entrega de créditos financiados por el Estado, postergación en pago de deudas hasta por seis meses, del subsidio de arriendo por tres meses y ampliación de los créditos con aval del Estado (CAE) para la educación superior.

Sin embargo, al contrario de lo que previó el Ejecutivo, cayeron infinidad de críticas, pues para muchos, lo que el régimen consideró una apreciable ayuda solo conducirá a que la clase media se endeude aún más.

A pesar de lo rimbombante, el anuncio no tuvo los resultados esperados, pues Chile posee una de las deudas privadas más altas del planeta.

También le salió el tiro por la culata cuando ingresó al Congreso el veto presidencial contra una ley respaldada por amplia mayoría en las dos Cámaras que impide el corte de los servicios básicos a la población, azotada por la pandemia.

Lo que quedó en claro para las mayorías es que el gobierno, una vez más, demostró su insensibilidad ante la situación de millones de familias, la mayoría incluso comiendo gracias a las ollas populares.

Y mientras Piñera piensa en la clase media, en los sectores más desposeídos surge la solidaridad para la subsistencia. No hay apoyo por parte de las instituciones municipales y gubernamentales ante las medidas de cuarentena y el estado de emergencia dictados desde Santiago de Chile. En las comunas, donde viven en su mayoría los ahora parados trabajadores informales, las ollas, frecuentes en cerros de la turística Valparaíso, son preparadas por gastronómicos que reciben aportes de la ciudadanía.

A principios de este mes, las localidades rurales de Valparaíso y de otras grandes localidades salieron de nuevo a las calles exigiendo la salida de Piñera, y recordaron las grandes manifestaciones allí realizadas los días 3 y 6 de julio de 1986, cuando la población protestó públicamente por el asesinato de los jóvenes Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Gloria Quintana por parte de militares de la dictadura de Pinochet.

Marchas y mítines en Santiago, Antofagasta, la región del Bío Bío, fueron atacadas ahora también por la Policía Militar, que puso como pretexto el estado de cuarentena vigente en el país. En las redes sociales hubo denuncias de disparos, mientras en Bío Bío al menos diez personas resultaron detenidas. Carabineros también irrumpió en domicilios particulares y edificios.

El pasado sábado, autoridades sanitarias de Chile informaron que se registraron 3500 nuevos contagios y 131 decesos en las últimas 24 horas a causa de la Covid-19. Esa nación supera los 280 000 pacientes confirmados y 6051 fallecidos.

Ante los descalabros oficiales, la Asociación Chilena de Farmacias Populares (Achifarp) anunció la importación del medicamento ruso Avifavir, utilizado en la nación euroasiática con éxito en pacientes críticos con la COVID-19.

Crónica Digital publicó las declaraciones del presidente de Achifarp, quien dijo que ponían a disposición inmediata del gobierno y el Ministerio de Salud el medicamento para su uso mientras dure la pandemia. Según el diario, el Avifavir es un antiviral que en Rusia logró que más del 60 % de las personas contagiadas experimentaran una baja de la carga viral en solo cuatro días, además de reducir a la mitad el tiempo que tiene que pasar un paciente crítico en cuidados intensivos.

Mientras esto ocurre, Piñera decidió la suspensión hasta nuevo aviso del comité político que realiza cada lunes con los presidentes de los partidos integrantes de la coalición Chile Vamos.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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