Libia, arca de disenso

Tras reducirse algunas discrepancias entre los dos gobiernos activos en Libia, se reanudó el diálogo para la reforma constitucional previa a las elecciones, que deberán inducir a la reunificación nacional.

La ronda de conversaciones del comité conjunto comenzó luego de que 24 miembros del Alto Consejo del Estado y del Parlamento —con base en Trípoli y Tobruk, respectivamente— accedieron a negociar las bases que regirán el proceso electoral, mientras que la división en dos autoridades continúa obstaculizando el entendimiento

Esa ruptura es consecuencia de la lucha por el poder desatada luego del derrocamiento y asesinato del líder Muamar Gadafi en 2011, que desestabilizó al país y afectó la seguridad subregional con la eclosión del radicalismo de distorsionado cariz confesional islámico.

La fractura incentivó cada vez más la batalla por el mando, que en el caso de Libia significa posesión de las fuentes y exportación de petróleo de muy buena calidad, detrás de cuya apropiación estuvo la guerra contra Gadafi lanzada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y aliados árabes.

Desde 2014 existen un gobierno en Trípoli, la capital, y otro en la oriental ciudad de Tobruk y estudiosos opinan que esa pugna por imponerse perdurará hasta surgir una verdadera voluntad conciliatoria menos sometida a las demandas de las élites y más atenta a las necesidades del pueblo libio.

En el actual escenario del país convergen las luchas intestinas entre rivales, los intereses internacionales y la presencia de innumerables milicias, asì como una gran cantidad de armas que incitan a la respuesta bélica por cualquier malentendido y en ese contexto las perspectivas de entendimiento son escasas por no decir nulas.

Sin embargo, Egipto acoge ahora el intento de negociar la reforma constitucional libia que permita avanzar hacia elecciones generales, las cuales den paso tanto al reconocimiento institucional como a la reunificación nacional, algo mucho más complejo después transitar hasta hace poco tiempo por el escabroso camino de la guerra.

Doce diputados del Parlamento con sede en Tobruk y e igual número de representantes del Alto Consejo de Estado, un órgano asesor en Trípoli, participarían en los encuentros, adelantó el portavoz del Legislativo, Abdullah Bliheg.

Esa ronda de negociaciones fue promovida por la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (Unsmil) y comenzó sus sesiones luego de que los legisladores accedieron a negociar el fundamento constitucional requerido para las elecciones y observadores le definen como un intento restaurador.

No obstante, en el terreno “las divisiones entre las facciones libias se profundizaron y las milicias se movilizaron, especialmente en la región occidental. Eso ha generado temores de que los combates puedan regresar después de más de un año y medio de relativa calma”, anota diariosabah.com.

En 2021, las partes acordaron celebrar comicios y pasar a otra etapa de transición posgadafi , pero la Comisión Electoral suspendió en diciembre la consulta luego de tomar en cuenta informes técnicos, judiciales y de seguridad, desde entonces la realización de ese ejercicio civil —que resulta clave— está en suspenso.

Pese a múltiples gestiones de la comunidad internacional el país norteafricano continúa acumulando disensos, los encuentros en El Cairo pueden alentar al cambio, pero las críticas en un órgano de decisión como la Comisión Militar Conjunta 5+5, espacio de diálogo entre los contendientes con facultades reales, es un mal augurio.