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lunes, 18 de noviembre de 2024

Las inevitables tres tazas…

Washington no deja de enfrentar preocupantes sorpresas ante sus pretensiones de dominio global...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 02/01/2020
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Misiles rusos
El sistema de misiles hipersónicos Avangard ya está operativo en las fuerzas armadas de Rusia

Si el “regalo navideño” de Donald Trump al mundo consistió en aprobar los más altos gastos militares en la historia de los Estados Unidos para el nuevo año fiscal, Rusia le puso en la mesa como antípoda la entrada en servicio desde el pasado 27 de diciembre de los misiles hipersónicos intercontinentales Avangard que, según Moscú, hacen inútiles todos los sistemas defensa anticoheteril hasta ahora en uso.

En efecto, el presidente de los norteamericanos decidió que en los próximos doce meses la primera potencia capitalista dilapidará el monto récord de 738 mil millones de dólares en el sector militar, una cifra que supera en más de diez veces y medio el presupuesto ruso para el mismo período.

Otra novedad de la disposición gringa es que parte de esa colosal cifra será destinada a la conversión del espacio exterior en una nueva zona de posible conflicto bélico, a través del establecimiento de la Fuerza Espacial, la nueva sexta rama del Pentágono.

El presupuesto norteamericano añade además gastos para sanciones adicionales a Rusia en temas industriales y energéticos, remesas de ayuda militar a Ucrania y penalizaciones a Turquía por la compra al Kremlin de baterías de misiles S400, entre otros acápites que intentan “reforzar” la tradición al chantaje bélico estadounidense al resto del orbe.

No obstante, el “cubo de agua fría” estaba a punto de llegar a través del propio presidente Vladímir Putin, quien en reciente encuentro con los integrantes del Centro Nacional de Defensa ruso anunció el despliegue operativo de los misiles hipersónicos intercontinentales Avangard, que se unen a los sistemas también hipersónicos Kinzhal, ya instalados con anterioridad en los aviones de combate MIG-31.

Según el mandatario, los citados nuevos misiles de largo alcance superan en veinte veces la velocidad del sonido en su desplazamiento y tienen una enorme cantidad de opciones de cambio en su trayectoria que los hacen indetectables e indestructibles para las defensas anticoheteriles que hasta hoy se conocen.

Ello, precisó Putin, coloca a Rusia a la cabeza mundial en materia de armas hipersónicas, un campo donde China también ha logrado importantes avances, mientras los Estados Unidos podría tardar al menos dos años en presentar alguna variante, según los propios medios militares norteamericanos.

El presidente ruso aseguró, no obstante, que estos avanzados armamentos nunca serán utilizados para agredir a nadie, y en esencia están destinados a fortalecer la defensa y seguridad nacionales.

Despachos de prensa de occidente, como la británica BBC, por ejemplo, indicaron que “ya en 2015, la Fuerza Aérea estadounidense había anunciado su objetivo de desarrollar un arma hipersónica para del 2023… pero ante el creciente progreso de Moscú y Pekín, en Washington es clara la preocupación por lo que pasa en el otro lado del océano”.

A finales del 2018, la Agencia de Defensa de Misiles de los Estados Unidos ya había solicitado cifras multimillonarias para el 2019 con el fin de desarrollar programas contra los portadores hipersónicos, pero sin resultados palpables hasta el presente.

De manera que en la Navidad particular de Mr. Trump con sede en su “complejo inmobiliario” de La Florida, tal vez los brindis de esta época por un “Estados Unidos primero” no hayan sido tan rutilantes como para satisfacer el vapuleado hiperegocentrismo de un “líder” que desbarató el acuerdo INF sobre misiles de corto y medio alcance, y tiene entre ojos hacer lo mismo con el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, STAR, que debe expirar en febrero de 2021.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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