Como todo infame que es capaz de cualquier salvajismo y desafuero contra quienes le enfrentan y le hacen retroceder, los militares norteamericanos dislocados ilegalmente en Siria y los grupos internos que se le adhieren, parecen decididos a reiterar por estos días la gastada farsa de nuevos “ataques químicos” de Damasco contra la población civil.
Según medios rusos de inteligencia, y con el apoyo de los titulados “cascos blancos” dedicados a la “humanitaria” labor de proyectar internacionalmente el “horror oficia del régimen de Bashar al Assad” contra sus conciudadanos, terroristas del auto titulado Frente Al-Nusra (la facción siria de Al Qaeda), estarían tramando un presunto golpe con artefactos químicos en la provincia noroccidental de Idlib, concretamente en las localidades de Kansafra y Qadura.
Todo estaría listo entonces para el repetido show mediático que pretende demonizar al gobierno sirio y a sus aliados por prácticas genocidas, y con ello justificar lo inexplicable de la presencia impuesta en Siria de militares estadounidenses y de las acciones violentas de los grupos extremistas.
No se trata de un asunto nuevo. Bajo el pretexto de castigar tales “vandalismos oficiales”, Siria ha debido enfrentar bombardeos aéreos y de misiles de Washington y sus aliados, debidamente atajados en su momento por las defensas rusas y locales, a la vez que, en el espectro mediático, la demonización de sus acciones en defensa de la integridad y la seguridad nacionales.
Vale recordar con relación a esta nueva denuncia, las fallidas represalias militares de Occidente escenificadas en abril de 2018 luego de divulgarse en las redes la falacia en torno a la intoxicación por Damasco de “civiles inocentes” en la ciudad de Duma, todo un montaje escenográfico desmentido ulteriormente por la propia Organización internacional para la Prohibición de Armas Químicas.
Escándalo que obligó además a medios de prensa como la cadena británica BBC a admitir que divulgó una mentira al difundir un material fílmico sobre los sucesos en Duma plagado de “graves inexactitudes y falsas afirmaciones.”
Por demás, donde en realidad ha habido afectados entre la población civil por el uso de armas químicas, ha quedado fehacientemente demostrado que su uso ha estado a cargo de los terroristas, debidamente entrenados en Europa y los Estados Unidos en semejantes menesteres, y poseedores de talleres clandestinos para la fabricación de artefactos tóxicos ocupados más de una vez por la tropas nacionales luego de desalojarles de sus posiciones.
Por otra parte, y con el evidente propósito de intentar prolongar su injerencia en Siria cuando pareciera que las horas del terrorismo están contadas en ese país luego de once años de guerra impuesta, los Estados Unidos ha arreciado en estos días sus embarques de armas desde sus bases en Iraq hasta sus ilegales posiciones en territorio sirio, en lo que parecería un apresurado empeño de apuntalar a los grupos internos a su mando casi a punto de la derrota, y que además están implicados en el reiteradamente denunciado robo de petróleo local al que se han entregado los militares gringos desde los días del retorcido presidente Donald Trump.
Así, en apenas una semana, no menos de 126 camiones cargados de pertrechos bélicos, y escoltados por vehículos de combate y blindados, han entrado en Siria desde el norte de Iraq a través del cruce fronterizo ilegal de Al-Walid y con destino a Al-Hasaka, donde Washington se esfuerza por establecer el control de milicias separatistas de origen kurdo y crear condiciones para la partición forzosa del territorio nacional en un futuro mediato.
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