El presidente de facto de Brasil, el derechista Michel Temer, cercado por la corrupción propia y de sus allegados, es también reo de los grandes capitales que ya decidieron su salida del Palacio del Planalto para intentar poner en su lugar a otro de sus títeres menos embarrado por el toma y daca del dinero entre bastidores.
Uno de los principales puntales del régimen conservador, el consorcio mediático O Globo, que impulsó el golpe parlamentario contra la legitima presidenta Dilma Rousseff, fue el que, la noche del miércoles, difundió la noticia de un audio en el que el mandatario avala sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien cumple 15 años de prisión por corrupción, lavado de dinero y evasión de divisas vinculados con el caso Lava Jato, de la estatal Petrobras.
Cunha, del tradicional Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) que lidera Temer, fue quien aceptó —por venganza— denuncias contra Rousseff y llevó adelante el aval de la Cámara para entramarla en un juicio político que culminó con su destitución en 2016.
El dinero que pagaría la JBS, la principal productora de proteína animal del mundo, con mucho peso en Estados Unidos, silenciaría al exjefe de la Cámara para evitar la investigación de los casos de corrupción que involucran a directivos de esa compañía.
La JBS es blanco de al menos cinco operaciones policiales que evalúan fraudes contra la administración pública, lavado de dinero y corrupción.
De acuerdo con una de las grabaciones divulgadas, de conocimiento público, luego de su liberación por el juez Edson Fachín del Supremo Tribunal de Justicia (STJ), la delación premiada de los dueños de la JBS Joesley Batista y su hermano Wesley dio el jaque mate al gobierno conservador.
En uno de los audios, Temer escuchó de Joesley que le estaba entregando a Cunha y al operador Lúcio Funaro una mesada en la cárcel para que permanecieran callados. Ante esa información que le consultaban, Temer le dijo al propietario de JBS: “Tenemos que mantener eso, ¿entendiste?”, en una clara aceptación del soborno a Cunha y Funaro.
El nuevo capítulo de la crisis política que envuelve a la élite gobernante brasileña, tanto en el Ejecutivo como en el Congreso Nacional, crea un cerco en torno al presidente ilegítimo, que ya está siendo indagado por la Justicia por su participación en el caso de corrupción de la Petrobras. Si renuncia, es muy posible que sea detenido de inmediato al perder su impunidad política.
Llamado “el camaleón” por su facilidad de adaptarse como segundón a cualquier gobierno, será investigado por la Justicia en este caso ocurrido durante el ejercicio del cargo.
Al igual que el mandatario, seis de sus ministros nombrados el pasado año se vieron forzados a renunciar por su implicación en el Lava Jato. Ayer, otros dos —el de Cultura y el de Ciudades— decidieron alejarse del gobierno debido, dijeron, a que no comparten la postura del jefe del Ejecutivo.
Un preocupado pero arrogante Temer apareció ayer en la televisión nacional negando los cargos y afirmando que no renunciará, pues, aseguró, no tiene nada que ver con el audio, que algunos de sus defensores dicen fue editado para comprometerlo.
La realidad es que a los grandes capitales no les interesa este mandatario relacionado públicamente con varios escándalos delictivos, con solo un 5 % de aprobación popular y con una alta pérdida de confianza de posibles inversores ante lo endeble de su posición y el rechazo del pueblo que desde que asumió no sale de las calles en continuas protestas por sus políticas neoliberales.
La situación política se puso peor solo en cuestión de horas. Áecio Neves, otro enemigo jurado de Rousseff, quien lo derrotó en las presidenciales del 2014, también fue nombrado en el audio y de inmediato fue suspendido de su cargo de senador por el Tribunal Supremo. Junto a Neves, presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aliado de Temer y posible candidato otra vez en el 2018, cayeron presos varios de sus familiares.
¿QUÉ OCURRIRÁ SI TEMER CAE?
Si Temer, como se espera, renuncia a la presidencia, la línea sucesoria indica que esta sea ocupada por el vicepresidente (en este caso es él mismo pues lo era cuando destituyó a Rousseff), luego al presidente de la Cámara de Diputados, luego al del Senado y por último al presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), según indica la Constitución Nacional.
Sin embargo, el traspaso no sería tan fácil. Primero, porque el interés de los capitales que derrumbaron a Rousseff y colocaron a Temer es que se realicen elecciones indirectas en un plazo de 30 días convocadas por la actual directora del STF, Carmen Lucía. ¿Por qué se llegaría a este punto? Pues, porque el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y el del Senado, Eunicio Oliveira también están siendo investigados después de las recientes delaciones de directivos de la firma constructora Odebrecht vinculados al caso Lava Jato. Por esa particularidad, ninguno de ellos puede asumir el cargo.
Si esto ocurre, y así debe pasar en las actuales circunstancias, el poder legislativo tendría que realizar elecciones indirectas y sería Carmen Lucía la sucesora interina.
Sin embargo, chocan con dos grandes polos. De una parte, la oposición en el Congreso solicitó a ese órgano elecciones directas que serían posibles de ser aceptada una propuesta de Enmienda Constitucional con votación calificada. De la otra, cientos de miles de personas en las calles exigen comicios libres en los que puedan escoger en las urnas a sus nuevos gobernantes.
En ese contexto, en las últimas horas Maia recibió siete solicitudes de juicio político contra Temer, y aunque este corrupto político no los acepte, en algún momento deberá ceder, pues su propia piel está en graves peligros.
Los primeros en introducir peticiones de impugnación en Diputados fueron Paulo Teixeira (PT) y Alessandro Molon (Rede), una vez que se conociera la denuncia de la red O Globo.
Teixeira dijo a Brasil de Fato que “lo ocurrido es de extrema gravedad porque revela los entresijos de la caída de Dilma. Se trata de un crimen de responsabilidad del presidente en ejercicio de su mandato y eso requiere que sea separado del cargo, por eso registramos la solicitud de impeachment en este momento.
Consultado sobre la posibilidad de que la denuncia realizada por la empresa JBS repercuta en otros parlamentarios de Brasilia, Teixeira resaltó que el gran temor en torno a una posible delación de Cunha es que revelaría los intereses económicos y la compra de parlamentarios que ocurrieron para que se aprobara el impeachment contra Dilma Rousseff: “eso explotaría la República, pero creo que en realidad ya explotó”, dijo en referencia a las denuncias de hoy.
En este golpe dentro del golpe contra Rousseff se observa también que algunos de los partidos aliados del gobierno empezaron la dispersión política cuando abandonaron el Congreso Nacional una vez difundido el llamado “audio maldito”, y la compulsión mediática que empleó contra la presidenta ahora se volvió en su contra.
La presidenta del STF, Carmen Lucía, posiblemente ya sabía de la grabación cuando se reunió el pasado día 9 con 13 importantes empresarios, tres de ellos del Consejo de Desarrollo Económico y Social, conocido como “Consejón”, formado por Temer en noviembre del pasado año, e integrada por sectores variados de la economía.
Analistas consideran que en ese encuentro se barajó el momento preciso de difundir el audio grabado por el presidente de JBS para obtener gracias judiciales.
Otra desconfiada de la posición de la red O Globo es la profesora de Derecho de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Carol Proner, quien explicó que “la denuncia contra Michel Temer es contundente y, en un país serio, sería un motivo suficiente para hacer caer al gobierno. Sin embargo, teniendo en cuenta la forma en que está siendo transmitida y celebrada, uniendo a la Red Globo de televisión, al STF y a la PGE (Procuraduría General del Estado)…, y considerando que el Supremo Tribunal Federal organizó recientemente una reunión con empresarios para reflexionar sobre el futuro del país en la que muchos de ellos habían promovido los golpes de 1964 y 2016, hay que ser muy cautos”.
Proner afirmó que “la transición para el Estado Democrático de Derecho debe ser hecha por los legítimos perjudicados, que son los trabajadores y los movimientos sociales, y no por un nuevo golpe. La población está atenta, con mucha cautela, porque no permitiremos que nuevamente nos sean usurpados los derechos constitucionales por aquellos que pretenden aprobar la reforma de la Previdencia Social, la reforma del trabajo y el retroceso de más de un siglo en las garantías y los derechos en Brasil”.
MOMENTOS IMPORTANTES PARA LA IZQUIERDA
Es importante para la izquierda brasileña este momento político. A pesar de la propaganda y la persecución judicial en su contra, analistas consideran que el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, tiene grandes posibilidades de retornar al Palacio de Planalto.
En estos momentos, la situación económica de Brasil, a pesar de la defensa de Temer en su alocución pública, empeoró a raíz de las denuncias de la compañía JBS.
El índice Bovespa, que reúne a las 70 empresas más importantes del país abrió ayer con – 16,40 %, la cotización del dólar subió solo un 6 % en la apertura, las acciones de Petrobrás se desplomaron en un 20 %, en un escenario de economía deprimida desde hace tres años.
La realidad indica que apenas cumplido un año de su mandato, el régimen de Temer agravó la crisis política y económica de Brasil, pues la población no lo quiere y su complicada participación en delitos de corrupción afectan la imagen internacional del país.
Las reformas laboral y de pensiones que prometió a los capitalistas que le colocaron en el Planalto han causado una revuelta interna debido a sus afectaciones a la clase obrera.
Una tercera medida, el congelamiento del gasto público por 20 años, busca el retroceso en sectores priorizados por los 12 años de gobierno del PT, en especial en las áreas de salud, educación y vivienda.
El pasado día 28, por primera vez en dos décadas, Brasil vivió una gran huelga general que unificó a las organizaciones sindicales, sociales, campesinas y estudiantiles, y para este domingo se esperan grandes movilizaciones para exigir la salida de Temer.
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