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sábado, 23 de noviembre de 2024

Elecciones EE.UU.: gallos roncos (+ Infografía)

El primer debate entre Romney y Obama no puso trigo en la mesa de los electores...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 05/10/2012
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Mitt Romney y Barack Obama debate electoral
Mitt Romney y Barack Obama se saludan antes del primer debate electoral.

Más que un debate para exponer criterios contundentes sobre las serias preocupaciones de los electores norteamericanos, el primer encuentro televisivo entre el reelecionista presidente Barack Obama y su contendiente republicano Mitt Romney, semejó un soso canto de gallos roncos sobre la barda.

El cuadro se redujo entonces al de un mandatario sin mayores luces, evidentemente orientado a no hacer pronunciamientos demasiado incisivos, y un rival que llegó hasta la mentira al abordar el tema de los impuestos y la salud pública, según el juicio de influyentes medios de prensa locales.

De hecho, Obama desaprovechó la jornada para colocar en el tapete asuntos peliagudos para su oponente, como el tema de los recortes de empleo que realizó Romney cuando presidía la compañía Bain Capital.

Tampoco cuestionó sus declaraciones de impuestos, su intoleranca en temas migratorios, y su reciente pifia política al afirmar que 47% de las personas que votarán por Obama lo hacen porque obtienen beneficios de su administración y creen que son acreedores del estado.

Para los observadores, el único momento de cierto brillo en el mandatario fue cuando Romney habló de su presunto plan de salud pública, del que Obama dijo que no se conoce un ápice de forma pública, cuando apenas resta un mes para concurrir a las urnas.

Otro embuste del candidato republicano fue el referido a que una administración bajo su mando no bajará los impuestos a los ricos, cuando todo el mundo sabe que una de sus medidas prioritarias será de orden contrario, y que volverá a adoptar en ese sentido las políticas del díscolo George W. Bush, favorables a los grandes capitales.

Por lo demás, se dice que buena parte de los medios que cubrieron este primer debate público coinciden en dar el triunfo a un Mitt Romney que “se mostró más activo y seguro” que el presidente, aunque las mismas fuentes aducen que si ese efecto no se traduce en una ventaja en las preferencias de los posibles votantes, para nada le agencian a los republicanos la posibilidad de acceder a la Oficina Oval este noviembre.

De hecho, afirma el sitio digital de la BBC, terminado el encuentro, Romney logró adelantar poco más de ocho puntos en las encuestas, para reiniciar un nuevo declive pocas horas después.

A juicio de internautas que escribieron a esa propia página digital, el “alumbón” del republicano ante las televisoras no opaca la desconfianza que genera su historia política, su sonrisa nerviosa e insegura, y la falta de propuestas concretas para un cambio positivo en la nación.

De manera que para los cincuenta millones de norteamericanos que se dice siguieron este primer debate, del corral no llegó un canto sólido, sino el eco de desafinados silbos que no han aportado nada en torno al futuro inmediato del país.

Y mientras los aspirantes de uno y otro bando sacan cuentas y ajustan detalles para otra vez verse cara a cara en las próximas semanas, se supo que millones de norteamericanos tal vez se vean impedidos de acudir a votar por el sinnúmero de restricciones y disposiciones legales que se están imponiendo en más de veinte estados para registrarse como electores válidos.

Se trata de una medida que afecta especialmente a personas de la tercera edad, bajos ingresos o naturalizadas, cuyos documentos, al decir de las autoridades involucradas en estos cambios, no demuestran plenamente la “posibilidad legal” de expresar su voluntad en las urnas.

De hecho, según datos del Centro Brennan de la Universidad de Nueva York, cerca de 21 millones de ciudadanos carecen del tipo de documentos que ahora se están solicitando a partir de las mencionadas disposiciones estaduales. Otro golpetazo en un país donde tradicionalmente menos del 60 por ciento de los habilitados acude a ejercer el voto.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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