//

sábado, 16 de noviembre de 2024

El primer parcial

Trump debuta en los contactos colectivos con los líderes del Viejo Continente...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 28/05/2017
0 comentarios
Trump, encuentro OTAN
Cada integrante de la OTAN debe dedicar al menos dos por ciento de su Producto Interno Bruto anual a gastos militares, y según Trump, ese requisitio únicamente lo cumplen los Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Polonia y Estonia.

La gira del presidente norteamericano Donald Trump, iniciada días atrás en Oriente Medio, y con conclusión entre los aliados europeos de Washington, ha sido una suerte de “round de reco-nocimiento”, para utilizar un aserto boxístico que encaja perfectamente en la definición de este inicial intercambio.

Hay que decir que si bien algunos interlocutores intentaron pintar de rosado cuanto aconteció en esos días, otros hablan de decepciones, y los terceros lo asimilan como un espacio donde alternaron las paladas de cal y las de arena.

Desde luego, la expectación era enorme, teniendo en cuenta que en sus jornadas como candidato a la presidencia, y en sus primeras acciones ya instalado en la Casa Blanca, el controvertido magnate inmobiliario no fue nada simpático al referirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la Unión Europea (UE), a los acuerdos globales sobre el medio ambiente, al asunto migratorio, y a los temas económicos interna-cionales.

Y, sin dudas, esa imagen no dejó de marcar sus diálogos con el Papa Francisco, en el Vaticano, ni los realizados en Bruselas y luego en Sicilia.

De hecho, la prensa refiere que la tensión fue notoria en los minutos junto al Sumo Pontífice, quien tuvo la perspicaz gentileza de regalar a Trump una medalla con una rama de olivo para instarle muy seriamente a trabajar por la paz.

Además, puso en manos del huesped sus textos apostólicos relativos a la defensa de la naturaleza y de los derechos de los más empobrecidos y expoliados.

Tensión que, cuentan testigos, cedió un tanto con la presencia en la sala de Melania Trump, con quien Francisco hasta habló de cocina eslovena.

Luego, el presidente norteamericano marchó a Bruselas para vérselas con los socios ota-nistas, en una reunión donde, si bien reconoció que la entidad gerrerista “no es obsole-ta”, tal como había repetido en sus discursos de campaña, si insistió en que la “defensa colectiva” debe ser sufragada por todos, en alusión a los pagos atrasados de buena parte de los miembros europeos.

El asunto es que cada integrante de la OTAN debe dedicar al menos dos por ciento de su Producto Interno Bruto anual a gastos militares, y según Trump, ese requisitio única-mente lo cumplen los Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Polonia y Estonia.

De hecho, al parecer se llegó a un consenso para que aquellos deudores establezcan medidas especiales que zanjen las actuales diferencias en los aportes.

Otro tema donde todavía no se puede hablar de acuerdos definidos es la lucha contra el terrorismo, porque si bien los presentes confimaron su rechazo a esa plaga global, muchos de ellos no están aún convencidos de asumir acciones militares con el sello de la OTAN contra semejante flagelo.

De estas jornadas quedó además la anécdota del empujón de Trump al primer ministro de Montenegro, Dusko Markovic, para sacarlo del medio mientras los asistentes avanzaban en grupo.

El cierre de esta primera gira internacional del madatario norteamericano sería la Cumbre del G 7 en la ciudad de Taormina, en Sicilia, donde al parecer Trump moderó de boca para afuera sus pareceres sobre la Unión Europea y el proceso conocido como Brexit, por el cual Gran Bretaña abandonará en breve a la entidad comunitaria.

Sin embargo, en ese mismo contexto, insistió en establecer barreras a la emigración masi-va que llega a las costas del Viejo Continente desde Medio Oriente y África, no dio res-puesta afirmativa sobre una posible incorporación de los Estados Unidos al tratado de París relativo a la defensa del entorno, ni pareció inclinado a considerar sus tendencias económicas proteccionistas y su abandono del desvalijado Tratado de Libre Comercio Asia Pacífico como expresión de su aversión a protocolos que atenten —según ha dicho— contra su sectario slogan “America first”.
 

 


Compartir

Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


Deja tu comentario

Condición de protección de datos