El jefe de la Casa Blanca Donald Trump debe haber sufrido lo suyo horas antes de presentarse al Congreso este enero para dar a conocer su valoración sobre los primeros doce meses de desempeño presidencial.
Y es que, entre otras cosas, se vio obligado a suspender por veinticuatro horas su enfermizo uso de Twitter, porque al parecer alguien le dijo que un “respiro” en su acostumbrada verborrea digital le daría aires de “beneficioso suspenso” a lo que repetiría poco después ante el legislativo.
Porque en sustancia, el tan presuntamente esperado mensaje a la nación a un año de su llegada a la Oficina Oval, fue, en buen cubano, lo “mismo con lo mismo”, es decir, la reiterativa maqueta de que los Estados Unidos tiene que ser el regente del mundo a como de lugar.
Y por encima de una de las más bajas notas de popularidad para un mandatario norteamericano a doce meses del inicio de su desempeño, apenas treinta por ciento de aceptación, Trump alabó las medidas económicas de corte proteccionista y aislacionista que ha tomado su administración, y que no pocos expertos consideran un importante ingrediente del nocivo aislamiento global en que se va sumiendo la primera potencia capitalista, y que está dando magníficas oportunidades a naciones como China y Rusia para extender sus lazos multifacéticos por todo el globo.
Sobre el tema apuntaba la agencia norteamericana Associated Press previo a la presencia de Trump en el capitolio, que “considerando el estado de la economía local, el presidente estará frente a los legisladores en una posición notablemente débil. Sus niveles de aprobación han rondado el treinta por ciento gran parte de su presidencia y al cierre de 2017, solo tres de cada diez estadounidenses opinaban que Estados Unidos iba en la dirección correcta… en el mismo sondeo, sesenta y siete por ciento de los estadounidenses consideraron que el país estaba más dividido debido a la nueva administración”
La fuente añadía finalmente que “es poco probable que Trump pueda confiar en una robusta agenda legislativa para revertir esas cifras en 2018. El Congreso no ha logrado un acuerdo tan básico como el de financiar al gobierno, lo que hizo que el gobierno cesara labores brevemente hace unos días, situación que solo quedó resuelta con un arreglo de corto plazo que corrió hasta el cercano 8 de febrero el plazo para definir el gasto.”
Por demás, Trump no cejó en pedir rodear a los Estados Unidos de pretendidos muros que frenen la llegada de foráneos a sus divisorias, reivindicó su irracional política de sanciones a aquellos que estima incómodos (Venezuela, Cuba, Irán, Corea del Norte, Rusia, etc, etc, etc…), y para los todavía no enterados reiteró que en lo adelante golpear a Beijing y Moscú es el objetivo supremo de la política exterior y militar de su administración.
En consecuencia, no son pocos los analistas que en sus primeras evaluaciones precisan que el presidente no ofreció nada novedoso en su diatriba congresional, y que su descarga verbal estuvo centrada en intentar reforzar su imagen de “mago” capaz de relanzar a Washington a su deteriorado “estrellato global”, solo que con remedios que más bien establecen nuevos abismos para el real logro de tan predicada intención.
En pocas palabras, que en Washington están trágicamente urgidos de estadistas serios, objetivos y positivamente lúcidos, y no de paquidermos enjaulados en habitaciones de cristal.
ENRIQUE
1/2/18 6:25
MIENTRAS SIGA SIENDO APOYADO POR EL CMI (COMPLEJO MILITAR INDUSTRAL) NO PASARA NADA. LA UNICA OPCION PARA SU DESTITUCION ES QUE SE UNAN TODOS LOS MILLONARIOS PERJUDICADOS EN SUS INTERESES POR ESTE EGOCENTRICO, FACISTA Y RACISTA PRESIDENTE (HAY MAS ADJETIVOS, PERO NO CABEN AQUI). SALUDOS.
antonio
31/1/18 13:32
American shame
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