Chile, año 2009. Las tres cadenas farmacéuticas que concentran más del 95 % del mercado, de acuerdo a lo señalado por la Fiscalía, incorporaron a sus arcas unos 41 millones de dólares tras ponerse de acuerdo para elevar los precios de estratégicos medicamentos. La denuncia fue hecha por la Subsecretaría de Salud Pública del Gobierno de Chile.
Es simple, entre las farmacias Ahumada, Cruz Verde y Salcobrand fijaron precios, lo que se tradujo en que los valores de 48 medicamentos de uso diario y de primera necesidad duplicaron su valor. Este caso se denominaría “Colusión de las Farmacias”, donde estas se vieron obligadas a retornar parte del dinero. En efecto, devolvieron aproximadamente cada una 4,4 millones de dólares, vale decir, casi un tercio de lo que se embolsaron. Un chiste.
En este escenario se produjo un rechazo total por parte de la opinión pública ante este tipo de malas prácticas del empresariado, rubro que comenzó a ser visto con desconfianza, tanto por el común ciudadano como por los organismos a cargo de custodiar la fiscalización de precios justos. No podía ser de otra forma, pues fueron cientos de miles de personas vulnerables las que se vieron damnificadas por este abuso.
UN GANCHO AL MERCADO
Recoleta, Santiago, año 2012. El militante del Partido Comunista Daniel Jadue (arquitecto y sociólogo) es el nuevo alcalde de la comuna de Recoleta. Tres años más tarde materializaría una de sus grandes obras. El 15 de octubre de 2015 abrió la primera farmacia popular en las instalaciones de su mismo municipio. En este caso, el Gobierno Comunal de Recoleta adquiere medicamentos de los laboratorios a precios convenientes para ponerlos a disposición de personas de su comuna, no incorporando el margen de ganancia que sí hacen las farmacias. En suma, un alcalde de una comuna vulnerable daba uno de los más duros golpes a las cadenas de farmacias, las que, a esa altura, estaban en las cuerdas. Con desparpajo, y sin poros en la piel, las empresas farmacéuticas no se demoraron en tildar la iniciativa como “competencia desleal”.
El golpe de gracia vino cuando alcaldes de todo Chile, y de un variopinto de sensibilidades políticas, comenzaron a realizar estudios de factibilidad con el fin de materializar la iniciativa que había efectuado Jadue con un rotundo éxito. El año pasado fueron 150 municipios los que comenzaron a realizar las gestiones necesarias para la implementación de sus farmacias populares. Los datos nos dicen que hoy los municipios con sus farmacias abiertas al público ya superan las 55 comunas.
En un Chile donde estos últimos diez años la credibilidad en los políticos, mercado y organismos escasea, esta idea vino a ser un bálsamo, donde muchos se quisieron ―y aún lo hacen― subir al carro de la victoria. Los ganadores fueron los ciudadanos, que ahora se ven beneficiados con los precios más justos. Daniel Jadue, además de ser reconocido por su gestión con la reelección hace un par de semanas, se dio el gusto de dar un golpe certero al corazón del monopolio que establecieron las farmacias a costa de la gente.
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