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miércoles, 30 de octubre de 2024

Donbás-USA-OTAN: Lagrimones de cieno

Atrapado en su propio riesgoso juego, Occidente intenta reflotar sus mentirosas proyecciones...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 24/02/2022
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Donbas-Apoyo a Rusia
Mientras Washington, la OTAN y la UE alborotan, en Donetsk y Lugansk los asediados festejan.

Las sesgadas repuestas de los gestores de la crisis no  han demorado mucho en aflorar ante al hecho consumado de una Rusia que acaba de hacer realidad concreta, tangible y firme, su permanente advertencia a Washington y al resto de la OTAN en torno a la existencia de rayas rojas frente a su “desfile militar” hacia el Este.

Es evidente que el reconocimiento ruso a la independencia de las autoproclamas repúblicas de Donetsk y Lugansk y la orden a su ejército de brindar seguridad a ambas previo acuerdo con las autoridades locales, ha descolocado el juego hegemónico de Occidente.

Y, por supuesto, nada decente que reclamar, mucho menos por una Europa donde la OTAN desmembró años atrás por vía violenta a Yugoslavia, e intentó similar receta en otros escenarios cercanos (siempre bajo tutela de USA) en la puja gringa por adelantar ilegal terreno hacia el oriente.

En el caso de Donetsk y Lugansk, vale reiterarlo, Rusia, uno de los impulsores de los acuerdos de Minsk de 2015 para un arreglo pacífico de los diferendos en Ucrania, esperó pacientemente siete largos años por reacciones positivas del otro lado, y solo encontró un mayor despliegue castrense occidental en suelo ucraniano, el rearme acelerado de Kiev, multiplicadas tensiones fronterizas y con relación al Donbas, y el cierto e inadmisible riesgo de tener los misiles enemigos a cinco minutos de impactar sobre Moscú…y cabe preguntar entonces a Joe Biden y su coro europeo qué harían ellos, tan celosos de su guarda propia, en situación similar.

Desde luego, es una cuestión de imagen lo que ahora mueve a USA y sus socios, porque no existen fundamentos para reclamos serios, y porque en términos prácticos remover el cuadro ya no suena posible ni mucho menos.

Lo primero ha sido el vociferar de Biden desde la Oficina Oval en torno a que “Rusia comenzó su invasión a Ucrania”, o las diatribas de los voceros de la UE y la OTAN, que previo “lamento” de que Moscú ha abandonado el camino de la diplomacia”, se reducen servil y exclusivamente a juzgar las reacciones defensivas del Kremlin mientras con toda impudicia se le pretende poner la soga al cuello.

La Casa Banca anunció además un paquete inmediato de sanciones a entidades bancarias y a funcionarios militares rusos, y la paralización de la puesta en marcha del tan indeseado –por los monopolios norteamericanos- gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania, a la vez que “aprovechará” la situación para remitir efectivos gringos a Estonia, Letonia y Lituania con el “noble propósito” de “reforzar su defensa fronteriza.”

Vale indicar que, curiosamente, estos puntos estaban ya contenidos en una propuesta de represalias contra Moscú presentado el pasado 16 de febrero por la bancada republicana al Congreso de la Unión, y que al parecer ha sido asumido por el ejecutivo demócrata sin mayores contratiempos.

Por la parte euro occidental, mientras tanto, se habló de un “duro paquete de restricciones” que –hasta que se redactan estas líneas- evitará las visitas al Oeste continental de parlamentarios rusos y apoyará la congelación de la apertura del Nord Stream 2, una controvertida ordenanza para una zona que depende en más de 40 por ciento de los suministros rusos de gas para uso doméstico y de la producción industrial regional.

Y es que, como apunta en ese sentido el analista político José Antonio Alcaide, con semejante decisión en el sector energético “Europa no solo se ha pegado un tiro en un píe, sino que se  ha cercenado ambos por completo”,  con lo que profundiza su ya total incapacidad de enfrentarse económicamente con Rusia”. Pero qué hacer, apuntamos nosotros, cuando dejarse achicharrar para beneficio unilateral de un poderoso ajeno y distante se convierte en una endemia.

Rusia, mientras tanto, no parece inmutarse. Y es una reacción lógica de quien ha decido no pasar una más y enfrentar lo que sea necesario antes que permitir la vulneración de sus derechos y quedar a merced de los antojos del presunto guapo del barrio.

Según versiones de prensa, con el empoderamiento del Donbas, ha dado Moscú por fenecido oficialmente el acuerdo de Minks que los firmantes de lado opuesto jamás honraron, por tanto las vías diplomáticas no se supone volverán a abrirse hasta tanto los reclamos justos, lógicos, razonados y razonables de Rusia sean asumidos por las contrapartes, y la asimetría socarrona sucumba ante la verdadera equidad. Occidente tiene ahora, y de lleno, la pelota en su terreno.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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