De tres, tres, rumbo a las presidenciales

En 140 días, tres elecciones y tres triunfos para la Revolución Bolivariana, que luego de ganar el pasado domingo más de 300 de las 335 alcaldías en juego comienza ya los preparativos —con un evidente respaldo popular— rumbo a las presidenciales del próximo año.

Desde el 30 de julio hasta la fecha, el proceso revolucionario, a pesar de las adversidades que atraviesa Venezuela a causa del boicot capitalista, obtuvo grandes victorias cuando ese día ganó la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), en octubre, 19 de 23 gobernaciones y ahora 308 alcaldías, todas en procesos transparentes y autentificados.

En los últimos comicios de este año participó un 47,8 % de los votantes convocados, lo que significa, según las autoridades electorales, una alta cifra en comparación con el 23 % que lo hizo en las municipales del 2013.
Partidos opositores que se alejan de las posiciones radicales de importantes grupos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) participaron en la lid y obtuvieron siete alcaldías, y dos más de aspirantes independientes.

El triple triunfo del chavismo resulta muy importante cuando el presidente Nicolás Maduro manifestó que será candidato a la reelección, una tarea que desde ahora puede considerarse prioridad para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el más importante miembro de la coalición Gran Polo Patriótico de fuerzas progresistas y revolucionarias que mantienen en pie el proceso socialista iniciado por el finado comandante Hugo Chávez Frías.
Maduro tiene las de ganar el próximo año y no porque cometa fraude, como lo acusan sus enemigos y amplifica la media privada.

Una de sus grandes posibilidades para mantenerse en el Palacio de Miraflores radica en que de manera inteligente va cumpliendo, a pesar de las amenazas y el boicot económico de Estados Unidos, con los compromisos de su gobierno, tanto a lo interno como en el plano internacional.

La situación económica nacional pasa por momentos difíciles, pero su gobierno no ha paralizado los programas sociales, una de las armas más poderosas del chavismo en su unión con el pueblo humilde, que es aún mayoritario, mientras busca nuevos caminos para impulsar el ahora semiparalizado desarrollo nacional debido al boicot financiero dictado por la Casa Blanca.

Pero, las Revoluciones son como ríos indetenibles. Una de las medidas que ha reafirmado su compromiso con el pueblo es la actual limpieza a fondo de la corrupción existente en PDVSA, la petrolera estatal, que era conocida y criticada, y que ya puso tras las rejas a más de 60 directivos que robaron millones de dólares del dinero del Estado.

El plan anticorrupción bajo las órdenes del fiscal general Tarek Williams está solo comenzando, según sus palabras, pues el análisis económico y la depuración de las filas revolucionarias se volcará en otras ramas productivas y de servicios.

Los grandes partidos opositores, por su parte, mantienen su postura intransigente de no participación en las invitaciones hechas por Maduro para que formen parte de los proyectos públicos y políticos, así como de los tres comicios realizados y las presidenciales, cuya fecha aun no está determinada.

Para el ala más radical de la oposición, dirigida y apoyada en el orden financiero por Estados Unidos, el chavismo está en el fondo del pozo, mientras que, en la práctica, se van quedando más aislados y divididos en el espectro político nacional.

El chavismo tiene motivos para celebrar en este 2017 que comenzó con una crisis de violencia radicalista que dejó más de 140 fallecidos y centenares de heridos, cuyo fin está inscripto como una de las principales victorias de la ACN y sus 545 diputados, pues el país se encontraba en un caos originado por las políticas de odio impulsadas por el siempre amenazante Washington.

Con el triunfo en 308 alcaldías, donde se concentran más del 90 % de los votantes del país, el gobierno posee la garantía de que habrá una comunión superior con el pueblo de cara al cumplimiento de sus proyectos recogidos en el Plan de la Patria hasta el 2030 y la garantía de una campaña electoral en el 2018 muy cerca de las bases.

En esta lid, que cierra un círculo político de poder revolucionario, también hubo elecciones en Zulia, donde el electo gobernador opositor Pablo Guanipa fue destituido por no aceptar juramentarse ante la ANC. La prepotencia opositora perdió este domingo el gobierno del Estado Zulia, uno de los tres de la llamada Media Luna separatista, cuyo pueblo puso su confianza en Omar Prieto, el candidato oficialista, con 57,3 % de los votos.

En ese Estado se presentó el líder opositor Manuel Rosales, quien se había exiliado en Perú y luego en Panamá. Regresó seis años después y pasó un año en prisión por actividades contrarrevolucionarias. Luego de ser habilitado, se postuló y cedió ante el empuje del candidato chavista.

No se trata solo de números. En el distrito caraqueño, con cinco municipios, Libertador eligió a Erika Farías, la primera mujer alcaldesa de Caracas, quien ganó con más de un 65 % del sufragio. También recuperó el de Sucre.

Tres independientes opositores próximos al partido opositor Primero Justica, de Henrique Capriles, ganaron en Chacao, Baruta y El Hatillo, conocidos bastiones antichavistas.

El Gran Polo Patriótico se impuso en 21 municipios capitales de Estado, mientras la oposición lo hizo en Libertador, de Mérida, con el Movimiento al Socialismo (Mas) y el Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei), en San Cristóbal, Táchira.

La asistencia a las urnas de 9 139 564 ciudadanos, que no hicieron caso al llamado al abstencionismo contrarrevolucionario, es cifra sin precedentes para este tipo de elección.

Los partidos opositores, que prometieron presentarse en una segunda ronda de conversaciones con el gobierno el próximo día 15 en República Dominicana, deben reconocer que con una actitud hostil y la negativa a formar parte de la maquinaria electoral seguirán perdiendo posibilidades de convertirse en un ente de equilibrio para el chavismo, pero desde posiciones pacíficas y la admisión de que lo verdaderamente importante es el desarrollo de Venezuela.

Maduro anunció el domingo, luego de conocerse los resultados, que pronto se reunirá con los alcaldes electos con el propósito de diseñar un plan nacional de servicios, con prioridad en el transporte y la viabilidad.

El camino está expedito para las presidenciales del próximo año y el referendo del 2019 para la aprobación del nuevo documento constitucional que será redactado por la ANC, que entonces cesará en sus funciones.

Cierra un 2017 de grandes amenazas para Venezuela, con una oposición que comenzó el año apuntalada por las amenazas de la Organización de Estados Americanos (OEA) de una intervención civil, a lo que siguieron declaraciones injerencistas y medidas prohibitivas del presidente estadounidense Donald Trump, apoyado por varios países títeres de Suramérica.

La Revolución Bolivariana vivió otro año duro, bajo la posibilidad latente de un ataque bélico de la mayor potencia militar del mundo. El pueblo venezolano demostró, una vez más, su fibra revolucionaria y su capacidad de resistencia, las dos armas más poderosas con que cuenta la unión cívico-militar de ese país como instrumento principal de defensa.