Darfur, macabro escenario sudanés

A Naciones Unidas le preocupa el reciente brote de choques tribales en Darfur Oeste, donde más de 11 000 personas abandonaron sus hogares en los últimos siete meses por los enfrentamientos entre comunidades.

Esos eventos constituyen en alguna medida la prolongación del conflicto acaecido entre 2003 y 2008, causante de cerca de 300 000 muertos y 1,8 millones de desplazados.
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) manifestó su temor por el posible deterioro acelerado de la situación, pese a que las autoridades nacionales enviaron fuerzas de seguridad a la zona en un intento de frenar los combates.

El nuevo brote de violencia sucedió al asesinato de un hombre árabe por un miembro de la tribu negroafricana masalit, y causó de inmediato ocho muertos y el desplazamiento de 11 100, precisó la OCHA.

Lo ocurrido en Darfur Oeste –cuya capital es Al Geneina- no es ajeno a los sucesos en los otras dos provincias  del escenario darfurì.

Un reporte indicó que entre el 15 y el 19 de enero las víctimas mortales de los choques tribales ascendieron a 214  y más de 270 personas sufrieron heridas en enfrentamientos en dos áreas de la región sudanesa tras la salida de la misión de paz de la ONU.

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"En Darfur Oeste, la cifra de muertos subió hasta 159 y la de heridos hasta 202, algunos de ellos en estado crítico", informó en un comunicado el Comité de Médicos de esa zona fronteriza con Chad.

Otro evento de esa índole se desató en Darfur Sur, donde el número de decesos como consecuencia de las refriegas fue de 55 y 73 la cifra de lesionados, confirmó a la prensa el gobernador, Musa Mahdi. Allí se desplegaron fuerzas conjuntas del Ejército y la Policía para  detener los combates  entre tribus árabes Falata y Rizeigat por pozos de agua y pastizales

Enero comenzó con tensiones en Al Fasher, capital  de Darfur del Norte, tras los ataques lanzados por milicias comunales contra almacenes del Programa Mundial de Alimentos, de donde se sustrajeron más de cinco mil toneladas de víveres destinados a la unas dos millones de personas que requieren ayuda humanitaria.

Algunos analistas vinculan la inseguridad en los tres estados del occidente sudanés con la retirada de la Operación Híbrida de la Unión Africana y las Naciones Unidas en Darfur (Unamid), desplegada en el terreno desde 2007, la cual concluyó sus funciones policiales y militares en 2020.

El mandato de la Unamid comprendía la supervisión y apoyo a la seguridad, el seguimiento y la denuncia de las violaciones del acuerdo de paz de 2004, así como la protección de los civiles -sin menoscabo de la responsabilidad gubernamental - y el desarme y retirada de los grupos beligerantes.

La conclusión en junio pasado de la misión, también relacionada con la labor humanitaria, generó incertidumbre en África por la poca capacidad real de Jartum de ocupar el espacio dejado, máxime cuando esa administración està inmersa en un proceso de transición política tras el derrocamiento en 2019 del presidente Omar Hassàn Al Bashir.

Aunque el gobierno asumió su deber con la protecciòn de la población darfurì,  el retorno seguro es percibido  por millares de desplazados como una utopía, mientras persisten disputas comunales, que se vinculan con asuntos históricos de carácter socioeconómico ahora impactando con más fuerza en el complejo articulado político del país

Cuéntese también las características locales que adopta el subdesarrollo y los desequilibrios en la distribución de bienes, por ejemplo la guerra desatada en 2003, la causó la marginación de comunidades por élites asociadas al poder económico, afirmaban  líderes guerrilleros.

Las fisuras que dejaron penetrar gérmenes de las rivalidades y la hegemonía, devinieron profundas heridas hoy difíciles de cerrar en Darfur, donde subsiste un  escenario macabro.