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sábado, 2 de noviembre de 2024

Cuba en la ONU: Verdades objetivas

Los pronunciamientos de Cuba en la ONU pretenden una percepción exacta de esta hora mundial...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 28/09/2015
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En efecto, las primeras apariciones del mandatario Raúl Castro en los podios de la Organización de Naciones Unidas, ONU, constituyen un pase de revista mesurado y concreto de los acontecimientos y causales que caracterizan la compleja hora histórica global.

Alejados de complacencias e interpretaciones apocalípticas extremas, los pronunciamientos del presidente cubano en el diálogo de alto nivel sobre las renovadas Metas del Milenio y el dedicado al Empoderamiento de la Mujer, respectivamente,  hablan de una realidad que, si bien suma determinados logros en materia de reivindicación humana, todavía acumula tremendos abismo, recios entuertos y riesgos mortales, que van desde la destrucción ecológica y el peligro de devastación  nuclear, hasta la persistencia de un orden económico y político cargado de exclusiones e injusticias.

De manera que si bien vale felicitarse por lo sumado para bien y las proyecciones en ese sentido, hay que saber a consciencia que el planeta no ha salido aún del caos que intentan perpetuar los que aspiran a servirse de los demás a cuenta de sus mezquinos intereses.

Por eso resultan válidas las cifras de hambre, desempleo, carencia de educación, discriminación de género y gastos militaristas, entre otros factores negativos, citados una y otra vez por Raúl Castro en sus análisis ante la más alta tribuna mundial, como un claro alerta de que lo mucho que aún queda por conquistar sobrepasa con creces toda escalada de declaraciones y documentos refrigerados, o la usual verborrea demagógica de determinados voceros.

La realidad concreta habla, por ejemplo, decía el líder cubano, de “dos mil 700 millones de personas que en el mundo viven en la pobreza. La tasa global de mortalidad infantil en menores de cinco años, sigue siendo varias veces la de los países desarrollados. La mortalidad materna en las regiones en desarrollo es catorce veces más alta que en aquellos.”

En el caso de las mujeres, “una de cada tres féminas experimenta violencia física y sexual; el noventa por ciento de los 2,5 millones de víctimas de la trata de personas pertenecen al sexo femenino; sus niveles de desempleo son más elevados y reciben, como promedio, solo entre el sesenta y el setenta y cinco  por ciento del salario de los hombres por trabajo de igual valor.”

Y frente a esto, todavía hay quienes haban de “falta de recursos” cuando en el planeta se dedican 1,7 millones de millones de dólares anuales en gastos militares, sin cuya reducción no serán posibles el desarrollo ni una paz estable y duradera.”

Alertas y consideraciones que no podrán soslayarse si realmente se quiere que tantas buenas ideas y propósitos expuestos por estos días en Naciones Unidas se transformen en realidad cotidiana y no –como hasta el presente- en una lluvia de vocablos  que, como el agua, se nos va entre los dedos.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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