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jueves, 31 de octubre de 2024

Perú: Crisis en el Altiplano (+ Fotos) (+Audio)

Tres gabinetes en unos seis meses de gobierno, un Congreso en contra, y otros sucesos colocan al presidente Pedro Castillo en una compleja crisis política...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 10/02/2022
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Congreso peruano
El Congreso peruano mantiene, históricamente, una difícil relación con el Ejecutivo. Ahora impide la aprobación de los gabinetes ministeriales propuestos por Castillo. (Foto: resumenlatinoamericano.com)

La derecha peruana está decidida a derrotar al gobierno del presidente Pedro Castillo, un exprofesor de primaria sin gran experiencia política pero dispuesto a reestructurar las bases de la nación, cuya pobreza conoce desde niño. Desde antes de su asunción en julio pasado, el mandatario sufre un acoso continuo de sus enemigos conservadores.

A Castillo quieren presentarlo como un ignorante de la política peruana, complicada no ahora, sino desde hace más de 30 años, con cinco presidentes en el último cuatrienio. A pesar de la complicada historia, los derechistas consideran al mandatario un inepto para dirigir el país.

Ese concepto es el arma más usada contra el mandatario, un prestigio bien ganado entre el campesinado y los grandes grupos de poblaciones vulnerables.


Pedro Castillo presentará su cuarto gabinete en seis meses de gobierno (Foto: Presidencia)

Llegó a la presidencia de un país de 33 549 788 habitantes – un 31,1 % de ellos viviendo en pobreza- — casi de casualidad, por el partido progresista Perú Libre, cuyo líder, Vladimir Cerrón, declinó la candidatura por estar acusado de corrupción, y sujeto a juicio. Al parecer, y dado el agobio de la población por los escándalos del oficialismo,  el maestro era la mejor opción de la organización política.

La mayoría de los peruanos pensaba entonces que sería la derechista Keiko Fujimori la nueva mandataria de la nación, dada su insistencia (tercer intento) por ganar la primera magistratura y la parafernalia muy bien pagada de su campaña electoral.

Pero el maestro dio la gran sorpresa al ganar la primera vuelta, y de inmediato la oligarquía le diseñó un destino. Ganó la presidencia por unos 50 000 votos de diferencia con Fujimori, pero el Tribunal Electoral demoró más de un mes en aceptar su victoria debido, dijo, a las interpelaciones de la lideresa de Fuerza Perú. Trataron de desgastarlo aun antes de asumir el cargo, pues ni tiempo tuvo para el traspaso gubernamental.

Ahí comenzó el vía crucis con el Congreso Nacional en el que su partido carece de mayoría. Cerrón y Perú Libre rompieron con el mandatario al no poder designar el gabinete, como pensaba. Es decir, Cerrón quería gobernar en las sombras.

Tres gabinetes en menos de seis meses. En cualquier momento comenzará un cuarto Ejecutivo si lo aceptan, pero quizás, no muchos días después, tendría que renovarlo por la sarta de denuncias —verdaderas o falsas — publicadas por la prensa, aceptadas por el Legislativo y que hicieron zozobrar a figuras designadas y aprobadas previamente.

Es evidente que pretenden no dejar gobernar a quien se autoproclamó progresista, intentan darle un golpe de Estado orquestado en el Parlamento y sacarlo de la vida política.

El órgano legislativo, históricamente, corroe a los gobiernos peruanos. En la última gestión antes de Castillo cambió tres mandatarios en menos de un mes. Por tanto, con el exprofesor no debía ser diferente.

Además, Fujimori, que este año será sometida a juicio por lavado de dinero y otros delitos de corrupción, pero aun en el Congreso, dio una orden tajante:  ¨“A Pedro Castillo hay que sacarlo¨.”.

Hace apenas un mes, un grupo de diputados solicitó su vacancia o destitución, la cual no prosperó por carencia de los votos necesarios. Pero la amenaza está latente y en cualquier momento surge un nuevo intento de deshacerse del mandatario, quien tampoco –—y así lo reconocen voces de distinta tendencia- — ha hecho la mejor selección para nombrar sus ministros, parece inseguro y no se impone.

Una de las enemigas más peligrosas de Castillo es la presidenta del Parlamento, María del Carmen Alva, quien recibió duras críticas por alentar su destitución. 

La ciudadanía recuerda en las redes de Internet la ausencia de autocrítica de Alva sobre sus responsabilidades en la actual situación, cuando desaprobó dos gabinetes ministeriales en cuatro días.

“Se debe convocar solo a elecciones presidenciales”, afirmó hace pocos días, pero sin mencionar la salida obligada del mandatario y de la vicepresidenta, Dina Boluarte, para tratar de desmarcarse de  parlamentarios de extrema derecha.

En tal eventualidad, la titular del Legislativo podría acceder a la Presidencia presidencia por ser la tercera en la sucesión constitucional, lo que logró en 2020 el también titular entonces del Congreso Manuel Merino tras la vacancia (destitución) del presidente Martín Vizcarra. Una gran protesta popular obligó a Merino a renunciar.

DAÑOS A LA CREDIBILIDAD

La situación política que vive Perú,  según analistas, fomenta el escepticismo e inestabilidad en la población, en especial entre la juventud que acudió de manera masiva a las calles para que se certificara la victoria del maestro en julio pasado.

Hay coincidencia en esas fuentes que Castillo no logra crear un gabinete que satisfaga, no a los beligerantes diputados de derecha sino a la población que le entregó sus esperanzas al concederle el voto.

Tres cambios de ministros, entre ellos tres titulares del Interior y tres de Educación y una campaña de demolición brutal orquestada desde los medios de comunicación hegemónicos hace que hoy luzca por demás precaria e inestable la administración actual, y  ella genera dudas respecto, incluso, a su sobrevivencia.

En ese contexto, y más allá de compromisos diplomáticos, el mandatario fue muy criticado por reunirse con su homólogo brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Sonrientes en las fotografías, como antiguos amigos, en el encuentro fue considerado un entendimiento entre iguales.

En junio, días después de las elecciones peruanas, Bolsonaro afirmó que solo un "“milagro" ” evitaría la victoria de Castillo y criticó sus vínculos con la izquierda.

Pero en la cita sostenida la pasada semana en la ciudad de Porto Velho, en la Amazonía brasileña, los presidentes emitieron un comunicado conjunto de 36 puntos, entre los que sobresalen la voluntad de impulsar el intercambio comercial, el cual frisó los 4 300 000 dólares en 2021.

Trascendió además que se estrecharán los intercambios en materia de la industria de defensa, para lo cual entre otras cuestiones se prevé, mediante  la Base Industrial de Defensa de Brasil y los Astilleros Servicios Industriales de la Marina, suministrar  productos de defensa confiables, competitivos y tecnológicamente avanzados a Perú.

FALLO POLÍTICO

Asimismo, la designación del último primer ministro de su gabinete, Héctor Valer, luego de la renuncia de Mirtha Vásquez, fue vista como un giro a la derecha del mandatario, pues este individuo, que duró cuatro días en el cargo, es considerado uno de los líderes del conservadurismo peruano, miembro del Opus Dei, y un reconocido abusador de mujeres, dadas las denuncias presentadas por su hija y antes su fallecida esposa.

 En el 2016, Valer hizo acto de fe de su anticomunismo, su odio visceral a la izquierda y de su ignorancia supina referida a la igualdad de sexos y a los derechos cívicos y a la propiedad asociativa de las Comunidades Campesinas.

Ante este fallo de talla mayor, los defensores del presidente consideran que estaestá siendo mal aconsejado por sus asesores, mientras sus enemigos indican que la ecuación es simple: no sabe gobernar y Perú le queda grande.

Este escenario fue la estrategia planificada en un principio por los opuestos a una nueva forma de gobierno esbozado por Castillo, ahora emplazado por un gobierno poco popular y sin credibilidad. En los corillos políticos muchos piensan que con Valer el giro a la derecha era seguro. Mientras, el país vive en una gran tensión.

Algunos observadores consideran que Castillo está dando saltos al vacío y que solo si es capaz de movilizar a la población que le otorgó la presidencia, haría que el Parlamento modere sus ataques, aunque el caso de su posible último primer ministro posee connotaciones diferentes.

Para tratar de encontrar soluciones, la presidenta del Poder Judicial de Perú, Elvia Barrios, alertó que si Castillo renuncia sería ¨“echarle masmás leña al fuego¨. ”.

La magistrada precisó la necesidad de ¨“encontrar alternativas y soluciones para la crisis, en el marco de la Constitución, nada al margen de ella”.


La presidenta del Poder Judicial, Elvia Barrios, instó al presidente a convocar al Consejo de Estado, que integra a los tres poderes de la nación para tratar de salir de la crisis política en que está inmerso Perú. (Foto: elcomercio.pe)

Informó que solicitó formalmente a Castillo que convoque al Consejo de Estado, que integra a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, además de a los organismos autónomos como la fiscal de la Nación, el Defensor del Pueblo, el presidente del Tribunal Constitucional y otras autoridades para analizar la crisis y buscar fórmulas democráticas de solución, como ocurrió en anteriores situaciones problemáticas.

Hoy, la situación luce precaria, más aun si la campaña contra Castillo inunda la prensa y las redes digitales. Para estos medios, los días del maestro en la presidencia están contados; para otros, si logra hacerse de un gabinete fuerte y duradero, quizás sobreviva y alcance las metas prometidas a la gente pobre de su país.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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