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sábado, 16 de noviembre de 2024

Cierto tufillo enrarece el gobierno de Temer

En las calles, más de un millón de personas rechazan al presidente...

Clara Lídice Valenzuela García en Exclusivo 23/03/2017
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Fora Temer
En 20 ciudades de Brasil millones de ciudadanos tomaron las calles en rechazo a las eventuales nuevas leyes que causarán sociales, despidos, reducción de salarios y del monto de las pensiones a quienes ya cumplieron su etapa laboral.

Muy mal, apestosa podría decirse, está la situación para el presidente brasileño Michel Temer: millones se movilizaron contra sus reformas antisociales, estalló el escándalo de los frigoríficos que vendían carne en mal estado al mercado nacional e internacional, en tanto Luiz Inacio Lula da Silva es reconocido como el líder nato de las próximas presidenciales.

Muchas cosas unidas para el usurpador del cargo presidencial en agosto del pasado año mediante una truculenta política para derrocar a la mandataria legítima Dilma Rousseff, quien sigue al lado de Lula da Silva en un recorrido nacional de reafirmación política, con vistas a los comicios del 2018, en los que, si antes no es despedido del cargo, Temer concluirá su paso por Brasilia. .

Este líder político de Brasil tiene en su hoja de ruta, desde que puso los glúteos en el sillón presidencial, una carrera por las privatizaciones de grandes empresas nacionales, incluida la petrolera Petrobras, y la puesta en vigor de un grupo de medidas neoliberales que arrasan con los logros alcanzados primero por Lula y luego por Rousseff como representantes del Partido de los Trabajadores (PT).

En la combativa ciudad de Río de Janeiro, escenario de protestas contra el golpe de estado parlamentario dirigido por Temer contra la presidenta, y ahora por las reformas en discusión en el Congreso —las de las jubilaciones y la laboral— se reunieron más de un millón de personas con la consigna que ya forma parte de la historia contemporánea: Fora Temer.

Pero las protestas no fueron solo en el Estado fluminense. En otras 20 ciudades del gigantesco país suramericano, otros millones de ciudadanos tomaron las calles en rechazo a las eventuales nuevas leyes que causarán, entre otros daños sociales, despidos, reducción de salarios y del monto de las pensiones a quienes ya cumplieron su etapa laboral.

UN DOMINGO TERRIBLE

El pasado domingo resultó fatal para el conservador mandatario del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), rodeado del hedor que emanaba de los frigoríficos de carne vencida o en pésimo estado —incluso se comprobó la existencia de reses muertas por enfermedades— para la exportación y la venta al pueblo, gran consumidor de ese alimento.

La idea más feliz que se les ocurrió a los asesores de este político, también conocido como Camaleón, por sus cambios hacia donde hay más dinero en juego o posiciones de poder, fue invitar de emergencia a 33 embajadores acreditados en Brasilia que amenazan o decidieron embargar las importaciones de carne brasileña.

Armó un “churrasco” o parrillada con diferentes tipos de carne de vaca para demostrar —vaya ingenuidad, o estupidez, o duda de la inteligencia de los diplomáticos— que si él ingería el producto es porque mantiene su hasta ahora reconocida calidad mundial.

La situación, empero, se le va de las manos al gobierno derechista, que aunque trató de convencer, no pudo tapar el sol con un dedo.

Hace unos días, la Policía Federal informó sobre casos de corrupción —otro más— en los principales frigoríficos nacionales, cuyos propietarios sobornaban a oficiales del Gobierno para vender carne de res vencida y alterada con ácido ascórbico. Treinta personas están detenidas, tres frigoríficos clausurados y otros 21 son investigados en la operación llamada “Carne débil”.

La repercusión de este mayúsculo incidente que pone en peligro la salud humana hizo que varios países importadores de carnes brasileñas suspendieran sus negocios, entre ellos China, Unión Europea (UE) y Chile, en tanto la Comisión Europea (CE) anunció que “está en proceso de asegurar que los establecimientos implicados en el fraude suspendan sus exportaciones a la Unión Europea”, informó el portavoz de Seguridad Alimentaria Enrico Brivio.

Mientras, Daniel Rosario, portavoz de la CE, indicó que continuarán las negociaciones del futuro acuerdo de libre comercio UE-Mercado Común del Sur (Mercosur), del cual Brasil es socio fundador, al igual que Argentina y Uruguay, grandes exportadores de cárnicos.

A pesar de las declaraciones oficiales europeístas, Pekka Pesonen, secretario general de Copa-Cogeca, el principal sindicato europeo de agricultores, protestó por la inseguridad de las neveras del Mercosur que, opinó, “no tienen las mismas normas sanitarias que nosotros”.

Los frigoríficos gigantes FBS y BRF, entre los más importantes del mundo, según la Policía Federal brasileña integraban una organización mafiosa que vendía carne hasta de reses muertas por enfermedades al mercado interno e internacional, con la complicidad de fiscales del Ministerio de Agricultura.

LULA CON EL FAVOR DEL PUEBLO

Mientras el escándalo bautizado como Churrascón por la prensa sigue adelante, ya que cada vez son más las naciones que retiran sus importaciones de los cárnicos, en la localidad de Monteiro, estado de Paraíba, el expresidente Lula da Silva era recibido con honores y vítores por sus pobladores, en su mayoría muy pobres, que ya lo consideran candidato a la presidencia en 2018.

Lula, acompañado de Dilma Rousseff, visitó las obras de canalización del río San Francisco, iniciadas y construidas durante los 12 años de gobiernos del PT, las que permiten llevar el agua a unas 12 millones de personas.

En las áridas tierras de donde salió cuando era un niño para sobrevivir en el ambiente obrero de Sao Paulo, el exmandatario se perfila como favorito para los próximos comicios, con más del 30 % de las intenciones de voto, el triple de los ubicados en un segundo lugar.

Sobre su eventual candidatura, precisó: “No se si estaré vivo en esa fecha, pero ellos (los oficialistas de derecha) quieren evitar por cualquier medio que me presente” mediante trampas jurídicas para apartarlo del proceso, pues si se postula gana de nuevo la presidencia, según se verificó en los actos realizados en 24 capitales del país.

En este contexto, el mandatario, que goza de solo un 2 % de popularidad, debe estar preparado para eventuales renuncias de otros ministros y funcionarios. Solo en los primeros meses de su mandato ocho titulares hicieron dejación de los cargos por sospecha de corrupción.

Y ahora, medios de prensa brasileños apuntan a que los próximos serán el ministro de Justicia, Osmar Serraglio, del Partido de Temer, y el jefe de Agricultura, Blairo Maggi, ambos —de acuerdo con la policía— implicados en el nuevo y grave escándalo de lo que el pueblo llama “carne podrida”.


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Clara Lídice Valenzuela García

Periodista


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