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martes, 5 de noviembre de 2024

Cambios en la cancha

Los recientes episodios militares entre agresores sionistas y defensores palestinos muestran un escenario bilateral diferente...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 24/05/2021
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Bomberos-fuego almacenes-Franja de Gaza
Los bomberos intentan extinguir el fuego luego de que el ejército israelí atacara varios almacenes de plástico en la Franja de Gaza (Ali Jadallah/Agencia ).

Al menos por ahora la calma ha regresado a la sufrida y heroica Franja de Gaza, y en los cuarteles sionistas las desbordadas alarmas y preocupaciones deben haber cedido en cierta medida.

El hecho es que Tel Aviv, diga lo que apostille el monstruo mediático occidental, tras once días de ataques contra la población árabe debió aceptar el cese incondicional del fuego entre su ejército y la resistencia palestina, convertida en este lapso en un rival de consideración.

Porque si bien los agredidos debieron pagar una importante cuota de muertos, heridos y destrucción, no menos de tres mil misiles palestinos fueron lanzados contra el otro lado de la frontera, originando una ola de desasosiego y pavura desconocida hasta ahora en territorio israelí.

Por demás, tanques, vehículos artillados y agrupaciones de infantería sionistas se vieron impedidos de realizar sus tradicionales incursiones a territorios palestinos luego de los ataques aéreos, ante el poderío del armamento de la resistencia en toda la línea del frente, que dio cuenta de un buen número de blindados y soldados enemigos.

En pocas palabras, que en esta ocasión la guerra no solo estuvo sobre las cabezas árabes, sino que también alcanzó ciudades y unidades bélicas hebreas, y puso en entredicho el mito sionista de manufactura gringa “Cúpula de Hierro”, un entramado antiaéreo que se suponía era invulnerable ante cualquier raid coheteril externo.

De manera que, en la esfera meramente militar, la balanza movió sus platillos, y no precisamente para favorecer a Tel Aviv.

Pero las consecuencias de lo acontecido van más lejos. La nueva batalla ha dado un fuerte aire a la lucha antisionista del pueblo palestino al revitalizar un amplio y combativo movimiento unitario dentro de sus filas, y confirmar que la población árabe no ha olvidado ni dejado atrás sus metas de independencia y retorno a la tierra patria usurpada.

Un reverdecer que implica el destrone del titulado Plan del Siglo establecido por la administración de Donald Trump para reconfirmar a Israel y desbaratar de una vez a la resistencia palestina, y que a la vez paraliza el contubernio de ciertos poderes regionales con esas deleznables metas a través, entre otras censurables actitudes, del reconocimiento diplomático de Tel Aviv sobre la base de tan indecentes condiciones.

Del lado de quienes apoyan los derechos inalienables del pueblo palestino, no puede haber menos que satisfacción a pesar del alto costo de esta victoria, y así lo han manifestado gobiernos y entidades internacionales ligadas a la solidaridad directa y concreta con la causa de Palestina, y que se oponen a los planes de diluir por la fuerza a una nación entera en favor de un ente ligado al hegemonismo y al absolutismo de factura reaccionaria.

No es de dudar, según ya atisban analistas, que en el devenir inmediato, a la hora de antojadizos nuevos caprichos expansionistas y xenófobos, los dueños de Tel Aviv y sus socios externos se la pensarán con más calma, porque la lección de estos días, con toda seguridad, no será cosa de mera celebración simbólica entre los palestinos.

Si hubo lecciones importantes para el enemigo, también las hay para quienes los enfrentan, que seguramente los combatirán mucho mejor y con mayor eficacia en el futuro.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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