¿Alguna vez ha pensado ver la imagen escénica de nuestros actores y actrices con materiales como nylon, metal, plástico, papel de periódico?
Desde esta mirada subversiva soñaron y materializaron sus propuestas estéticas 19 diseñadores cubanos quienes, a partir de los presupuestos del diseño extremo, indagaron sobre la función dramática del vestuario y el proceso de comunicación sígnica de la imagen dentro de la escena.
En junio de 2011, un grupo de artistas cubanos tuvieron la oportunidad de participar en la XII edición de la Cuadrienal de Praga, el evento internacional de mayor envergadura en materia de diseño e imagen escénica.
“Extremos fueron los cauces por los que pudimos asistir a ese evento y traer de vuelta la exposición que hoy nos provoca. Extremo es también este intento”, explica Geanny García Delgado, curador de la exposición colectiva Imagen extrema que hasta el 12 de octubre se puede apreciar en la galería Raúl Oliva (13 esquina I, Vedado).
—¿Cuál fue la principal contribución de la Cuadrienal de Praga para quienes piensan la imagen escénica en la Cuba de hoy?
—Como digo en las palabras del catálogo, la Cuadrienal de Praga nos propuso un concepto del vestuario que va más allá de la simple vestimenta escénica.
“Nos mostró una imagen en interacción y diálogo, no sólo con el cuerpo físico del actor-performer, sino también con sus estados emocionales y psíquicos, con el contexto representacional y, en algunos casos, con determinadas condiciones ambientales.
“Evidenció la performatividad propia del traje y su evolución durante el acto de la representación, a la vez que hizo énfasis en que una parte de esta performatividad es resultado de la esencia experimental del vestuario, de su afán de ser único”.
—¿A qué se refiere el concepto de imagen extrema?
—La muestra está relacionada con los vestuarios realizados con materiales no tradicionales o tradicionales, pero trabajados de forma extrema, es decir, la palabra con todo su significado, incluso comercial, es parte de lo que estamos exponiendo, más allá de las posibilidades que brindan los materiales, y de la repercusión que puedan tener para la escena cubana.
—¿En este concepto de diseño extremo se puede hablar también del reciclaje?
—Si, por supuesto. El reciclaje está relacionado con materiales que ya han sido empleados y en la muestra hay parte de eso. Sin embargo, cuando pensamos en el material extremo tratamos de explorar más allá, porque lo más representativo son los vestuarios realizados con materiales tradicionales.
“En este caso hay ejemplos de tejidos costumizados, es decir, superpuestos para crear una nueva sensación de tejido; otros realizados con recorterías que dan una idea también del reciclaje”.
—¿Qué criterios se siguió para la museografía de Imagen extrema?
—Lo extremo está presente en la museografía de manera muy coherente. Se trabajó no solo desde los trajes sino también desde la imagen de la galería.
“El material fundamental que empleamos en la decoración fueron latas de refresco que se adhieren, como una suerte de escenografía o telón de fondo, en la exposición”.
—¿En qué medida se insertan el diseño escénico y el diseño de vestuario para pasarelas?
—En la exposición hay una gran muestra de trajes realizados, especialmente para el proyecto Arte y Moda, la gran cantera o fuente de donde se nutre Imagen extrema. En menor cuantía se representan los trajes para la escena.
“Lo que nos une es justamente este concepto de los materiales extremos. Hacemos énfasis, y esto es un elemento más importante aún que el carácter externo de los materiales, en los procesos, modos y objetivos mediante los cuales se llegó a la solución extrema”.
—¿Cómo se produce, en esta muestra, el diálogo entre distintas generaciones y especialidades de diseñadores?
—El proyecto Arte y Moda está representado por figuras como Otto Chaviano, Nachi (Ignacio Carmona), Sandra de Huelbes, Ileana Jiménez, Celia Ledón —casi recién graduada del Instituto Superior de Diseño (ISDi)— pero que ha hecho un trabajo muy notorio con el vestuario.
“Por la parte de teatro están Jesús Ruiz y algunos trajes de la agrupación el Ciervo Encantado. Complementan la exposición trabajos de estudiantes del ISA y el ISDi, pues observamos con detenimiento el espacio de experimentación que procuran ambas academias y el ansia exploratoria que se genera en los alumnos durante sus procesos de formación artística profesional”.
Como asegura Geanny García en las palabras del catálogo:
“Se reúnen en esta muestra lo exagerado, lo intenso, lo abundante, lo enorme, lo desmedido, lo desatinado, lo excesivo, lo inusual, lo inesperado, lo extravagante, lo extremo.
“Ojalá que así de provocadoras y exaltadas sean las reflexiones que produzca la exposición en el público, en general, y en los teatristas, en particular. Si es así, habremos completado el ciclo”.
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