Jhoan Báez y el deber ser de la producción musical en Cuba

Jhoan Báez es diseñador de sonido y mixer para media, productor musical, cantante, compositor, y a su lista de habilidades se suman, en paralelo, reconocimientos que denotan la valía de su trabajo y dan a pensar que hablamos de un hombre que quizás lleva mucho tiempo en la industria, alguien que ya peina canas. Jhoan Báez tiene 32 años.

El hincapié en su edad va aparejado a la sorpresa que provoca leer su currículo profesional, logrado siendo todavía una persona joven: posee 10 años de experiencia como productor musical, cuenta con dos nominaciones a los premios Cubadisco y un Premio Cubadisco 2021, además, es miembro del Latin Grammy, es especialista de productos en Cuba de Yamaha/Steinberg en Beta Music, y está certificado por la Academia de Mastering de Hamburgo (Alemania). Entre sus logros más recientes se encuentra el haber sido nombrado Ingeniero de excelencia, en el 2020, por el Instituto Latino de la Música.

El Sr. Báez, como se hace llamar, señala la necesidad de reconocer el talento joven, premiarlo, sin tener que esperar a que pase de 50 años para eso. “En otros países salen casi todos los días muchos nuevos talentos, creo que Cuba tiene que romper con esos cánones”, dijo.

 
Jhoan Báez es un joven productor musical cubano, nombrado en 2020 Ingeniero de excelencia por el Instituto Latino de la Música / Foto: Karla Castillo Moret

“Yo, ante todo, soy músico, director de la agrupación Jhoan Baby, del Centro Nacional de Música Popular. Soy cantante y compositor, y mis inicios están en el Movimiento de Hip Hop. Vengo de familia de músicos, mi papá era un excelente ingeniero de sonido en aquella época, cuando se hacían los grandes espectáculos en el Anfiteatro de La Habana, y era uno de los técnicos ahí.

”La técnica, en ese sentido, me viene desde que tenía 9 años, pero nunca fue el motor a seguir en cuanto a mis ambiciones, mis ambiciones eran la música, eran cantar, rapear, y comencé a tener un desarrollo dentro de ese mundo y la composición, pero hace alrededor de 15 años tuve el interés de saber qué es lo que hay detrás de un artista, qué lo mueve. Fue cuando volví a buscar la técnica del sonido, ese universo de la producción musical. Esos son mis verdaderos inicios.

”Actualmente soy egresado de la Academia de Mastering de Hamburgo, de Alemania, y para mí es un privilegio, ya que no conozco a nadie en Cuba que tenga esta certificación. Luego, por la compañía Yamaha /Steinberg Latinoamérica recibo el certificado como official dealer de equipos como este sistema, que es una superficie de control”.

Superficie de control Nuage, de la Yamaha / Foto: Karla Castillo Moret  

“Dan títulos porque es bastante difícil manejarlos, para ello hay que pasar por un proceso muy engorroso de técnica y conocimiento. Esta certificación es para mí también un privilegio porque me abre al mundo la posibilidad de ya presentar un currículo sólido y extenso a nivel internacional, y luego a través de esto recibo la membresía a los Latin Grammy, que fue hace cuatro años”.

A pesar de tener la oportunidad de trabajar en otros países, defiende su labor en su país natal: “Para mí, Cuba es uno de los países que tiene gran reconocimiento tanto en el mundo nuestro de la música y el entretenimiento, como en salud, periodismo. Llegó un momento en que la mayoría de los artistas se iban a otros países a terminar trabajos de masterización y mezcla.

”A pesar de que Cuba ha tenido excelentes ingenieros de sonidos, los cuales han obtenido nominaciones a los Grammy y ganado premios, en el caso de la masterización quedaba eso de terminar los trabajos o reproducciones y luego ir a otras partes del mundo a masterizar.

”Gracias a las posibilidades que ofrece Beta Music y mi disposición como especialista de producto, nos dimos a la tarea de demostrar que en Cuba sí se pueden hacer buenos trabajos terminados en cuanto al proceso del disco, o de una película, y a través de todo lo que hemos realizado lo estamos logrando, se puede hacer sin tener que ir a otro país, incluso con mejores resultados.

”Por eso decidí quedarme en Cuba, porque era muy fácil estar en cualquier parte del mundo y tener toda la técnica y la posibilidad, es más difícil estar aquí, con todas las cosas que conocemos, pero sí resaltando que cuando uno trabaja sinceramente con amor y dedicación, se pueden hacer los mismos trabajos que desde cualquier estudio del mundo, por eso decidí hacer las cosas desde aquí, desde nuestra patria, y ahí están los resultados”.

“Nos dimos a la tarea de demostrar que en Cuba sí se pueden hacer buenos trabajos terminados” / Foto: Karla Castillo Moret

“Casualmente, la compañía Beta Music está concertando un convenio con el Ministerio de Cultura, para hacer un curso de producción musical en Cuba. Estarán vinculadas la Famca (Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual), el ISA (Instituto Superior de Arte) y la ENA (Escuela Nacional de Arte). A través de estos cursos vamos a dar la posibilidad de que los muchachos conozcan las nuevas tecnologías usadas a nivel mundial y a permitir así un desarrollo mayor para ellos, los nuevos talentos, ya sean productores, compositores…

”Considero que en Cuba hay excelentes productores musicales. Creo que la producción musical en el país tiene un gran avance desde el punto de vista artístico y pienso que hay que darle más difusión, hacer más encuentros. Hace unos años tuvimos uno en Fabrica de Arte, que fue parte de una edición de América por su Música (AM:PM), y fue una experiencia muy bonita en la que tuvimos la oportunidad de compartir con otros productores de talla internacional, fue algo que en mi vida marcó, y también demostró que sí hay buenos productores en Cuba.

”El productor musical va más allá de ser una persona que se pueda sentar a hacer música, no específicamente tiene que hacerlo, puede ser alguien conocedor del concepto musical, pero no obligatoriamente debe sentarse a hacerla, a eso lo llamamos programación. El productor debe tener una visión de hacia dónde quiere llevar al artista, debe conocer de mezcla, masterización, puede ponerlo en práctica o no, pero debe saber cuál es el ingeniero que buscar para algún tipo de música, y es aquel que luego interactúa con las personas del sello para saber hacia dónde va ese producto.

”Sí creo que la producción musical tiene, y ha tenido, gran alcance, también pienso que hay que fortalecerlo más al menos con talleres y programas que resalten al productor musical como una figura importante. El artista no se hace solo, los músicos no se hacen solos, creo que el productor musical es la herramienta y eje central de que todo esto funcione y del éxito de un gran artista. Eso hay que fortalecerlo más. El movimiento está avanzando, pero hay que seguir caminando”.