“El tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con los dioses”, acierta un proverbio japonés. Cuando se entrevista a un humorista, una cree que va a reír, y a reír mucho. Sorprende entonces encontrar a una persona seria, directa al grano, sin muchas intenciones de regodearse en ironías, doble sentido o chistes para decir lo que piensa.
El artista y director del Centro Promotor del Humor, Kike Quiñones, no hace reír en su oficina; el tiempo apura porque están al sucederse los Pre-Aquelarres y otros eventos antesala de la gran cita de esta manifestación: el Festival Aquelarre.
Mas la prisa no deja estelas de improvisación; y bien parece que, sobre el humor cubano, se piensa, y se piensa mucho.
-¿Cómo describirías el humor que se hace hoy en Cuba? Aunque tal vez, contemplando su diversidad, deberíamos preguntar por los “humores”…
-El humor que se hace hoy en Cuba es bastante diferente del que se realiza en el mundo, dígase especialmente de la sitcom, o comedia de situación.
“Desde sus orígenes, el humor cubano se ha basado en la representación vernácula; es un humor costumbrista, un humor que toma de las situaciones cotidianas para elaborarse. Por ello, en determinados momentos es también efímero, inmediato; se desactualiza con cierta facilidad.
“De modo general, las representaciones hacen un gran énfasis en lo teatral, abundan las caracterizaciones y las referencias al contexto. Pero ello no es criticable; más bien sería lo que nos distingue, y desde el Centro Promotor del Humor defendemos esos modos de hacer.”
-En ese quehacer contemporáneo, ¿cuáles prácticas consideras que enriquecen a los públicos, y cuáles crees que desvirtúan y demeritan, pues, a los humoristas cubanos?
-Como en todas las manifestaciones artísticas, hay buenas y malas prácticas; hay buen y mal humor. Mi percepción es que la crítica enfatiza demasiado en los lunares, en las cosas reprochables; y aunque tales fenómenos ocurren, no son mayoría.
“Muchas veces sucede que se toma como referente el humor que se exhibe en la televisión para establecer generalizaciones sobre lo que se hace en Cuba hoy en este tema. Ese humor es muy diferente del que se realiza, por ejemplo, en los teatros, a donde acude además un público más selecto y conocedor. Obviamente, la televisión es el medio de mayor acceso, pero en la pequeña pantalla para nada se agota el humor que se realiza en la Isla ni el humor que promueve el Centro.
“Otras veces se juzga por las representaciones apreciadas en centros nocturnos, donde en ocasiones tienen lugar chistes burdos y agresivos; y aunque ello es deplorable, tampoco es la generalidad del humor que se hace en la isla.”
-En ese escenario, ¿cuál sería la misión del Centro Promotor del Humor, que hoy diriges?
-El Centro resulta único de su tipo en el mundo, y se crea con apoyo estatal para agrupar a los artistas que se dedican a las representaciones humorísticas en toda Cuba. Es, por tanto, un espacio donde los públicos pueden exigir y juzgar sobre el humor que desean, porque las necesidades del país atraviesan nuestro trabajo.
“Tratamos de resaltar los valores que nos identifican como nación, para lo cual se despliegan tareas, no sólo de promoción, sino también de formación de los profesionales del humor.
“Por su costumbrismo e inmediatez, me gusta entender que nuestro humor se adelanta al sentir de las personas sobre los sucesos cotidianos, y les hace pensar sobre ellos a partir de mostrárselos de forma sobredimensionada, desfigurada, ridiculizada en ocasiones.”
-¿Qué importancia tiene el Festival Aquelarre en la labor del Centro y en la vida artística de los humoristas del país?
-El Aquelarre es el evento más importante que organiza el Centro. Es la gran oportunidad que tienen artistas de todo el país para reunirse e intercambiar, y los menos conocidos para presentarse ante el gran público capitalino.
“Resulta asimismo la oportunidad para el Centro de evaluar lo que se hace en la Isla, y proponerse tirar del desarrollo de la manifestación en aquellos lugares donde se necesite, y se pueda.”
-¿Qué traerá entonces el Aquelarre 2012?
-Esta edición tiene a los Preaquelarres entre los espacios importantes que se rescatan; constituyen una forma de estimular y preparar a los humoristas de las provincias, además de que “levantan el techo” del Festival.
“Los Preaquelarres comenzarán a desarrollarse en los próximos días en Guantánamo, Ciego de Ávila y Pinar del Río; y los humoristas seleccionados y, en general, los miembros del Centro Promotor del Humor, participarán luego en cursos y talleres de superación. Se plantea que el Centro debe abandonar su centralidad en la capital para alcanzar por igual a todas las provincias.
“Como antesala del Aquelarre, tendrá lugar además “¿Piensas ya en el humor?”, un espacio teórico que resurge, este año con la intención de analizar los vínculos de la manifestación con el cine, la sexualidad, la medicina.
“El Festival está planeado para celebrarse del 1ro. al 8 de julio, y se ha programado que todas las presentaciones tengan una mayor elaboración escénica, a niveles de espectáculo.”
-Según tus experiencias como humorista y como director del CPH, ¿qué humor -o humores- crees que necesitan hoy los públicos cubanos?
-El humor que los públicos necesitan es aquel que logre reflejar su realidad. Cuando la gente se ve representada, se siente entonces defendida, protegida; no siente que las cosas de la vida pasaron sin que a nadie le importara; no siente que fue olvidada.
“Claro, los humoristas no están para resolver los problemas, pero sí para decirlos con sagacidad, con audacia, con respeto, y de forma que hagan reír, y reír mucho.”
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