Compromiso con el diseño responsable de las ciudades cubanas

A finales del 2017, se unieron los arquitectos Iván Gracia Hernández (35 años), Linnet Valdés Rivero (27 años) y Frank Barrios Hernández (48 años) con la intención de crear en La Habana el grupo DCERO, un estudio creativo para el desarrollo de proyectos.

El grupo se enfoca en la Arquitectura, Diseño de Interiores y Paisajismo y tiene como misión diseñar y proyectar con responsabilidad, de manera tal que se garantice la profesionalidad y calidad de los trabajos.En ese sentido, su visión es ejecutar sus propios proyectos, realizar una arquitectura de autor, que eleve la calidad de vida y contribuya al desarrollo económico de la sociedad de una manera eficiente y respetuosa con el medio ambiente.

Recientemente los artífices de DCERO obtuvieron sendas menciones en el XIII Salón Nacional de Arquitectura celebrado entre el 27 y el 29 de octubre en esta capital.En la cita, promovida por la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba y la Sociedad Nacional de Arquitectura, DCERO presentó por primera vez dos propuestas en la categoría de Ideas Conceptuales: Vivienda Aldabó y Edificio Multifuncional Estación de Gas Manufacturado.

En el caso de la Vivienda Aldabó, indica Barrios Hernández, decidimos presentar una de las variantes del proceso creativo, aunque no fue la solución definitiva aprobada por el cliente, por ser esta propuesta consecuente con nuestra línea de diseño. Además, apostamos por proteger la privacidad de los propietarios.

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Las premisas conceptuales que consideraron para su intervención y que condicionaron la expresión formal y funcional del inmueble, fueron las necesidades de cada miembro de la familia, la morfología del terreno, el respeto de las colindancias, según las regulaciones urbanísticas del sitio, y la utilización de materiales locales, en su mayoría producidos por el negocio familiar, asociado a la construcción.

Afirma Frank  que partieron de la zonificación de la parcela mediante las secuencias constructivas de la obra nueva, con el objetivo de preservar, hasta que fuese necesario, la vivienda existente, propuesta a demolición en la última etapa."Tomamos como referencia el repertorio nacional habitacional sobre la incorporación de la vegetación y las terrazas, como elementos armónicos y humanizadores", asegura.

Esta idea del proceso constructivo por fases, condicionó la nueva distribución en bloques individuales funcionales, conectados por un pasillo como eje central. Los vacíos generados entre los bloques estructurales se aprovecharon como patios interiores, lo cual contribuyó a un mayor confort térmico y lumínico de los espacios. Los vanos se dispusieron hacia los interiores y se minimizaron las aberturas en las fachadas, para dotar al conjunto de mayor privacidad y amplitud espacial.

Por otra parte, el proyecto de la Estación de Gas Manufacturado, lo seleccionaron para el concurso por su carácter polifuncional y la interrelación, en su propuesta, tanto de la obra nueva como de la rehabilitación industrial.

Según Valdés Rivero, a finales del 2019 les propusieron recuperar una estructura edilicia en desuso dentro del complejo industrial de la Empresa de Gas Manufacturado de La Habana, en el municipio Marianao. El objetivo era su reconversión en un centro cultural-recreativo en relación directa con la zona administrativa.

Explica la más joven de los tres arquitectos que el programa funcional abarcaba una sala de proyección, salón de protocolo, sala de maqueta, oficinas, cafeterías y zonas de esparcimiento donde realizar las actividades de los trabajadores. El espacio a intervenir contaba con una estructura deteriorada por la falta de mantenimiento continuo, desprovista de cierres o terminaciones.

La premisa fundamental del proyecto era potenciar el carácter industrial de la construcción, aprovechar la espacialidad y juegos de volúmenes de las estructuras inconexas existentes y brindar una imagen contemporánea. "Mediante la incorporación de nuevos elementos arquitectónicos se unificaba lo nuevo y lo viejo bajo un mismo lenguaje expresivo", dice Linnet.

Se manejó el concepto de la honestidad de los materiales, el empleo de texturas envejecidas, pétreas, metálicas y grandes cortinas de vidrio como cierres virtuales que enmarcan las visuales hacia los espacios exteriores. En el segundo nivel se diseñaron terrazas verdes como miradores del conjunto industrial. Recurrieron al recurso de la vegetación y el patio central, como en el proyecto anterior, para garantizar un adecuado confort térmico y visual.

En opinión de Gracia Hernández los arquitectos cubanos "tenemos un enorme compromiso con nuestras ciudades en pos de su protección y desarrollo. Desde nuestra posición hoy contribuimos a mejorar las condiciones y calidad de vida de nuestros clientes, aunque consideramos que aún es insuficiente nuestro aporte, condicionado a las políticas imperantes sobre el ejercicio de la profesión".

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Advierte que: "Si bien es necesaria la labor de los arquitectos en las grandes obras constructivas y en los planeamientos de las zonas urbanas donde intervienen los organismos gubernamentales, también es imprescindible nuestro esfuerzo en obras de menor envergadura, de micro-escala, pero no menos importantes dentro de la trama urbana".

A partir de investigaciones realizadas desde la Academia se conoce que la vivienda representa aproximadamente el 80% de la imagen de la ciudad, hoy en visible deterioro, y los arquitectos pueden contribuir a su reanimación.

Con la aparición de nuevos actores económicos en el escenario cubano actual como: Mipymes, Cooperativas no agropecuarias (CNA), Proyectos de Desarrollo Local (PDL), entre otros, se hará cada vez más necesaria la infraestructura constructiva y el asesoramiento técnico de estos profesionales.

"Mantenemos la disposición y el optimismo en que nuestros reclamos sean escuchados, porque son reclamos de nuestras ciudades y representan el legado a las futuras generaciones", concluye Barrios Hernández.