Por: Claudia Maria Delgado Torres
Con el objetivo de promover la cultura ambientalista, un grupo de educadores ambientales crearon el proyecto Sueños y Fantasías en la comunidad costera de Ciudamar, de Santiago de Cuba, zona de alta contaminación de las aguas por el accionar del hombre.
Según los diagnósticos de los especialistas, esta región es propensa a escapes de hollín, provocado por las calderas de la Refinería Hermanos Díaz, derrames de petróleo de las embarcaciones y basuras arrojadas al mar por las industrias enclavadas en el área.
María Luisa Soria, coordinadora del programa, comentó a la Agencia Cubana de Noticias la realización de talleres con pobladores y trabajadores de centros laborales aledaños, en aras de adoptar medidas para evitar el vertimiento de los desechos en los océanos.
(Cortesía de la entrevistada)
Una vez por semana involucran a los niños en la labores de limpiezas de la costa y reciclan los materiales plásticos para confeccionar juguetes, subrayó la activista.
Soria refirió la recolección de piedras, algas y otros elementos marinos que donan al Museo Tomás Romay, institución encargada de atesorar valiosas muestras de la biodiversidad cubana con 12 salas expositivas.
Destacó el vínculo con el proyecto Casa Común, liderado por los centros Oriental de Ecosistema y Biodiversidad y Loyola para la formación de promotores ambientales.
La protección de las aguas constituye una prioridad en Santiago de Cuba con la aprobación de estudios para disminuir la contaminación en la bahía y la cuenca del río San Juan, situados ambos en el municipio cabecera.
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