Cuba está determinada a que su transporte sea menos dependiente de los combustibles fósiles. En ese sentido da los primeros pasos y comienza inversiones. Un ejemplo de ello es el aumento en el país de transporte eléctrico de diversos tipos. Sin embargo, no tiene todavía todas las condiciones creadas para extender ese tipo de movilidad, más fiable y menos contaminante. El objetivo está en crear la forma de ampliar su uso de manera sostenible, pero también hacer que no recargue al sistema electroenergético nacional, el cual tiene sus limitaciones.
En parte de esas iniciativas trabajan Aguas de La Habana y la empresa extrajera ElectroAir. Sobre el tema comentaron a la prensa durante la Segunda Feria Internacional de Energías Renovables, en la que Cubahora estuvo presente.
Aguas de La Habana, a convertirse en pionera en la distribución de vehículos eléctricos
Aguas de La Habana ya acumula cuatro años de experiencia en el uso de vehículos eléctricos. Ahora pretende extenderla hacia otras partes de la capital y provincias. “Estamos trabajando con mucha energía con la compañía ElectroAir que es un productor importante de soluciones técnicas en energía solar como vehículos eléctricos, cargadores y estaciones de recarga para que se pueda generalizar esta experiencia no solo en Aguas de La Habana, sino también en el resto del país”, comenta su Director de Mecanización Lázaro Torres Laurenti.
¿Cómo les dan mantenimiento a los vehículos?
Los vehículos eléctricos tienen una tasa de falla muy inferior a los convencionales, pero cuando se rompen igual hay que arreglarse. En ese caso Aguas de La Habana previó la capacitación de su personal para estar en condiciones de atender las posibles fallas que pueda presentar esta tecnología y darle sostenibilidad en el tiempo. No solo ese mantenimiento, estos llevan un grupo de componentes de seguridad para los mecánicos como guantes.
Aguas de La Habana cuenta con 24 vehículos eléctricos (Foto: Excelencias del motor)
Generalmente, cuando hacemos contacto con los proveedores solicitamos que nos hagan capacitaciones del origen de estas tecnologías y sobre los equipos de diagnóstico de manera que se pueda acceder al vehículo que haya fallado y conocer con rapidez y precisión cuál es el origen de la falla antes de ponerlo a la producción.
¿Qué beneficios ha traído para la empresa el empleo de esos vehículos?
Todos los programas del país como educación y salud necesitan un suministro de agua y era muy difícil, a partir de la situación de los combustibles y de la adquisición de repuestos, mantener un nivel de servicio que garantizara la reposición de la red de distribución en el tiempo ideal para que el resto de los organismos pudieran realizar sus tareas.
Utilizar la energía renovable pasa por la idea de conseguir la soberanía energética del país. Acceder al combustible fósil es cada vez más difícil porque tiene implicaciones políticas, pero tiene implicaciones financieras. Si podemos producir una tecnología que no depende de eso nos permitirá llegar a los resultados de una manera soberana y evidentemente se ahorra combustible. El 60% de lo que gastaba en combustible, ahora me lo he ahorrado en vehículos eléctricos.
Y si hablamos del ahorro en mantenimiento también es significativo. Son equipos muy fiables. Muy positivo su uso desde el punto de vista económico y medioambiental.
ElectroAir: La idea general es comenzar a introducir energía fotovoltaica que permita complementar la movilidad eléctrica
Sobre los proyectos de ElectroAir explica su subgerente en Cuba, Javier Ramos González:
La idea que nosotros tenemos es que las personas puedan moverse en un auto eléctrico con el confort de cualquier vehículo moderno de combustión interna, y que no use la energía del sistema eléctrico nacional. A partir de ese concepto hay tres elementos fundamentales: la generación eléctrica, el cargador del auto y el auto en sí. La primera básicamente se concentra en la fotovoltaica con paneles solares. Estos son pequeños, pero se pueden escalar a la medida de las necesidades de los proyectos que se generen.
Esa energía obtenida del sol a través del panel hay que adaptarla al auto, para eso se necesitan los cargadores de los autos. Estos se pueden dividir en tres grandes grupos: el cargador de emergencia que es como el de una bicicleta eléctrica, cabe el maletero y es el más lento; los cargadores de corriente alterna que el rango va de siete a 22 kW de potencia y están los cargadores rápidos que permiten velocidades de carga de casi el 80% en 30 minutos. En todo el mundo se ha estandarizado las normas de los productos, existen las normas europeas, son muy amplias, tienen un marco técnico muy preciso, y están las normas chinas. Los cargadores son distintos.
De manera general, el país está enfocado ahora a determinar qué normas irá a seguir. Como fabricantes estamos adaptándonos para construir una estación de carga que permita ambas cosas, pero está en proyecto. La idea es suministrar los autos, pero fundamentalmente la solución de carga del auto adaptadas a las necesidades cubanas y en vistas a una estandarización de todo ese tema en Cuba.
Básicamente, es un problema de conectores y de protocolo de comunicación, como somos fabricantes podemos adaptarnos a esas necesidades y solucionarlas. Ese es precisamente el proyecto que vamos a emprender con la industria electrónica para comenzar a expandir este tipo de tecnología en Cuba y hacer nuestro pequeño aporte a lo que es la movilidad eléctrica en el país.
La idea general es comenzar a introducir energía fotovoltaica que permita complementar la movilidad eléctrica, para no ser una carga al sistema eléctrico nacional que como todos sabemos tiene sus dificultades.
La experiencia de conducción de nuestro auto es bastante confortable y tiene un sistema inteligente, por ejemplo, detecta cambios de carril y señales de tránsito. Además, es muy sencilla su conducción, no es un auto mecánico. Es un auto Nissan Leaf con una batería nueva de 40 kWh fabricado en Europa y la tecnología está certificada, eso le da unas prestaciones muy altas.
Nissan Leaf con batería de 40 kWh (Foto: insideevs)
Uno de los problemas para el empleo de la energía renovable es la aceptación de las personas a ese cambio. ¿Se ha tenido en cuenta en el proyecto esa dificultad?
Todos los cambios implican cambios de mentalidad y con la movilidad eléctrica hay uno importante. Cuando uno se compra un auto lo primero que piensa es hasta dónde puedo llegar. Cuba es un país estrecho y alargado donde las distancias a recorrer son prácticamente largas. Con el carro de combustión interna pasas por un garaje y ya, pero con el eléctrico lo primero que te preguntan es dónde lo cargo, cómo lo cargo. Ese es el primer caso que debemos resolver: crear una estructura que permita que este auto pueda ser usado de manera extensiva, que permita una carga rápida. Esta tecnología es cara. Tiene muchas bondades de amortización económica en el futuro, pero su instalación inicial es costosa. Lo segundo es que esa energía no puede tomarse del sistema electroenergético. Por lo tanto, implementar autos eléctricos en Cuba pasa insoslayablemente por la necesidad de usar energía renovable, que permita que estos se carguen con ese tipo de energía. Eso va en contra del costo de cualquier proyecto, porque no solo es el cargador, sino también el sistema solar.
La idea de ElectroAir en alianza con la Unión Eléctrica, en este caso la fábrica Che Guevara, es hacer una transferencia tecnológica y juntos abordar estos problemas de la forma más económica posible. Por ejemplo, fabricar en Cuba los inversores solares, fabricar o instalar aquí nuestra tecnología de autos eléctricos, crear capacitación y condiciones para dar los primeros pasos.
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