Las acciones realizadas durante ocho años por los participantes en el proyecto internacional Conectando Paisajes en la región especial de desarrollo sostenible (REDS) Bamburanao, en el centro del país, logran impacto en la conservación de ese ecosistema montañoso y mejoran la calidad de vida de sus habitantes.
Leonor Méndez Herrera, coordinadora de esa REDS, destacó la realización de un modelo de ordenamiento ambiental que constituye herramienta para el desarrollo de sistemas productivos sostenibles, al establecer procedimientos para el adecuado manejo de los recursos naturales.
Durante un recorrido por zonas del proyecto, subrayó la instauración de un ordenamiento para el corredor biológico que se extiende desde el municipio de Florencia, en la provincia de Ciego de Ávila, hasta la cordillera de Dos Sierras, en el territorio de Remedios, correspondiente a la jurisdicción de Villa Clara, logrando un vínculo con el ecosistema costero.
Se refirió a la existencia de una zona priorizada entre los ríos Barro Amarillo y La Vega, única dentro del macizo donde no existía relación con las zonas de ribera, por tanto, se restableció una franja hidrorreguladora de aproximadamente tres kilómetros al plantar más de 280 especies de árboles, incluidos frutales, maderables y 17 especies nativas.
Méndez Herrera significó como otro resultado relevante la declaratoria oficial de dos nuevas áreas protegidas, con categoría de Elemento Natural Destacado (las lomas de Las Tasajeras y La Canoa‒La Chucha), contempladas dentro de la geografía espirituana.
Las primeras constituyen un reservorio de biodiversidad y los campesinos que las habitan sobresalen por el adecuado manejo de los recursos ambientales; mientras, en Lomas La Canoa-La Chucha se ubica la cueva de calor más importante de Cuba, donde habita el murciélago frutero, especie insignia del corredor biológico, dijo.
Añadió que en esta última sierra también posee inventarios florísticos y faunísticos abundantes, favorecidos por la dispersión de semillas que realizan las aves y los referidos quirópteros.
Se avanza en la construcción de redes de biodigestores que permiten disminuir la carga contaminante de los residuales porcinos y obtener biogás que es aprovechado como fuente de calor directa o para la cogeneración de energía mecánica o eléctrica.
La terminación de la red Oeste de esos dispositivos suministradores de una energía renovable favorece el mejoramiento de la calidad del agua que reciben unos 49 mil habitantes y aporta biogás a unas 29 viviendas emplazadas en las comunidades rurales del municipio espirituano de Yaguajay.
Mientras, la infraestructura que abarcará la porción Este, en fase constructiva, suministrará esa sustancia a otros 33 hogares y una escuela, siempre que exista una producción porcina que garantice cantidades de desechos suficientes para el funcionamiento de la tecnología, aclaró.
El proyecto contribuye al mejoramiento del fondo habitacional y se reconoce por su integralidad al aunar esfuerzos de diversas instituciones para garantizar la protección efectiva de la biodiversidad contra amenazas actuales y futuras en paisajes de montaña.
Están incorporados cinco centros universitarios, 29 escuelas primarias y las comunidades ubicadas en la ZEDS Bamburanao, donde conocen y se identifican con esa iniciativa.
Auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Grupo Empresarial Forestal, y los ministerios de la Agricultura y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, este proyecto aporta conocimientos y concibe mejoras en las condiciones de vida y trabajo para el desarrollo de sistemas productivos sostenibles.
En el país abarca, además, los macizos montañosos de Guaniguanico, Guamuhaya y Nipe-Sagua-Baracoa.
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