¿Aguas mansas?

La tarde no cae de golpe… se desliza sobre aguas dormidas. Un susurro serpentea entre los árboles que las circundan. En el centro de la Isla grande del Caribe yacen estos pequeños mares, atrapados por amplias compuertas de hormigón y asfalto. Sosegado y discretamente conmovido por el paisaje queda el viajero si por azar se encuentra ante los 2 413 km² que abraza una de las represas más grandes de las Antillas: Zaza; o ante los más de 2 millones de metros cúbicos contenidos en el embalse Agabama.

Pero la aparente quietud de estos acuíferos resulta solo el principio de sus encantos. Con la llegada de la primavera puede que el dios Tláloc convierta los remansos de espiritualidad en solemnes torrentes que logren violentar las amplias compuertas. Cuando agite sus sueños algún aguacero incisivo, las aguas comenzarán a escurrirse sobre fuertes murallas hasta causar inundaciones, pérdidas materiales o humanas y evacuaciones continuas.

Con esta zozobra viven unos 38 mil habitantes y más, pertenecientes a 15 comunidades de la región central de Cuba. Ellos han visto mutar en reiteradas ocasiones la apacible quietud de Zaza y Agabama; significando no solo un peligro al hombre sino también a los recursos cañeros- azucareros y agropecuarios de esta región, en la cual está ubicado más del 80 % del suelo agrario.

Belkis Ramírez Piquera, especialista principal de la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico en Villa Clara asegura que además de los temibles huracanes, lluviosos extremos, hondonadas tropicales y otros fenómenos meteorológicos difícilmente pasan de largo por nuestra geografía, larga y estrecha.

“El 23 de septiembre de 2015 las precipitaciones registradas en el municipio Placetas, de la provincia villaclareña, acumularon la significativa cantidad de cien milímetros en veinticuatro horas”  —especificó la experta en sus declaraciones para Cubahora.

Por esa razón, autoridades, especialistas y posibles damnificados, emprenden un proyecto que, al parecer, disminuye el notorio peligro de estos embalses y sus ríos afluentes. Se trata del Fortalecimiento del Sistema de Alerta Temprana (FORSAT) en la región central.

Colaboran representantes del Departamento de Ayuda Humanitaria y Protección Civil de la Comisión Europea (ECHO) para el Caribe, así como del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) —refirió Argelio Fernández Richermen, especialista principal de servicios hidrológicos y disponibilidad de agua en el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.

“Tras el paso del huracán Sandy comprendimos que las herramientas con que contábamos para ejercer la vigilancia hidrológica resultaban bastante ineficientes. Se hizo necesario fortalecer este sistema, de modo que sus integrantes trabajen con mayor precisión y velocidad, desde los encargados de la vigilancia hasta quienes toman las decisiones finales.

Argumentó el funcionario que FORSAT comparte escenario con otros dos proyectos, uno de ellos referidos a la educación sobre desastres naturales y otras situaciones de peligro, y el otro comprende la alerta sísmica en las provincias orientales de Cuba.

PARA QUE EL AGUA NO SORPRENDA A LA TIERRA…

“Un sistema de alerta temprana aborda cuatro componentes esenciales: la vigilancia meteorológica, el análisis de datos por parte de los especialistas (en este caso la Empresa de Recursos Hidráulicos), la intervención de autoridades pertinentes y el parte a los medios de comunicación”  —explicó Rosendo Mesías, oficial del programa que atiende el área de producción de riesgo de desastres en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Cuba.

Así FORSAT permite al hombre adelantarse a los efectos de desastres naturales mediante el uso de tecnología de punta y novedosas pesquisas en las zonas proclives a catástrofes.

Dijo Ramírez Piquera: “Una garantía a la tranquilidad ciudadana y a la preservación de la economía resultan las casi una decena de estaciones meteorológicas que por estos días instalan en la provincia técnicos de los recursos hidráulicos, con el objetivo de monitorear la parte alta de las cuencas Zazas y Agabama, así como las zonas colindantes a los municipios Sancti Spíritus y Placetas”.

“Fluviógrafo, panel zonal, una antena para transmisión del dato automático. Entre estas tecnologías se mueven los sistemas de alerta temprana en Cuba mediante el nuevo proyecto de cooperación” —aseguró el oficial Mesías.

 “Esos equipos modernos permitirán a los expertos prevenir en tiempo real las catástrofes asociadas a intensas lluvias, crecidas y escurrimientos de las represas” —argumentó la especialista de aprovechamiento hidráulico.

En esa misma medida el fortalecimiento de nuestros sistemas de alerta promovió la presencia de observadores voluntarios, quienes ahora escoltan el paso hacia al mar de las represas, dotados de un moderno quipo de radio que les permite ofrecer partes certeros ante posibles cambios climáticos.

¡ALERTA TEMPRANA!

En el mundo, los desastres relacionados a fenómenos hidrometeorológicos se cuentan entre los que mayor número de afectaciones registran. Responsables de su tesoro natural, los expertos cubanos han proyectado una herramienta que les permite realizar cálculos certeros y actuar con la mayor brevedad sobre ese peligro.

Así, funcionarios del gobierno, expertos de aprovechamiento hidráulico, geógrafos, directores de lo órganos de prensa y financistas, entre otros, discutieron el plan de trabajo que comprende tareas específicas para cada organismo. Sucedió a esto varios talleres provinciales y municipales… “y comenzó a caminar FORSAT”.

Virginia Andrés, integrante de la dirección general de ayuda humanitaria de la comisión europea (ECHO), dijo que las discusiones con las autoridades se han llevado a cabo para garantizar la viabilidad del proyecto y la utilización de los recursos.

Andrés argumentó que ECHO constituye uno de los principales socios cubanos, generalmente favorece la región del Caribe en lo referente a la protección frente a riesgos y desastres naturales. El convenio actual durará alrededor de 15 meses, hasta finales del año 2016, y cuenta con un financiamiento de 8 millones de dólares.

A su vez, “…esta experiencia proveerá a la región europea de buenos ejemplos para enfrentar mejor ese tipo de desastres futuros y educar nuestras poblaciones al respecto” —puntualizó.

Vidas, plantaciones, suministros para la alimentación del pueblo, viviendas y escuelas, artefactos domésticos de cualquier tipo o quién sabe qué otra cosa puedan arrastrar en sus aguas crecidas dos de los embalses artificiales más importantes de Cuba.

¡Tan temibles resultan estos enormes espejos de agua que han llegado a transparentar en igual medida la incertidumbre y el progreso! Y aun cuando los posibles perjuicios suelen arrancar miradas de triunfo ante lo que pudieron ser; hoy día, en la Isla sobreviviente de enormes huracanes, especialistas y funcionarios oponen la ciencia más avanzada a estas y otras catástrofes.